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Tiroteo en San Bernardino

Los interrogantes que siguen abiertos un año después del ataque terrorista en San Bernardino

A punto de cumplirse el primer aniversario del atentado en San Bernardino en el que murieron 14 personas y 22 resultaron heridas, el caso sigue abierto y el lugar de la masacre, cerrado.
1 Dic 2016 – 04:24 PM EST
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Esta imagen recuerda a las 14 víctimas mortales del ataque en San Bernardino cerca del lugar del siniestro. Fecha: 18 de noviembre, 2016. Crédito: Jae C. Hong/AP

SAN BERNARDINO, California.- Un año después del ataque terrorista que costó la vida a 14 personas y dejó 22 heridos en el complejo Inland Regional Center (IRC) de San Bernardino (California), la investigación sobre lo ocurrido sigue abierta y el escenario del atentado continúa cerrado bajo estrechas medidas de seguridad.

“Siempre en nuestros corazones”, reza un cartel que marca el lugar del horror vivido el 2 de diciembre de 2015 cuando un especialista en Salud Ambiental que trabajaba para el condado de San Bernardino y su esposa irrumpieron poco antes de las 11 de la mañana en una reunión navideña que celebraban sus compañeros de trabajo, a los que dispararon indiscriminadamente antes de huir.

Los responsables directos, el estadounidense Syed Rizwan Farook y su mujer, la paquistaní Tashfeen Malik, se fueron del lugar en una camioneta alquilada y merodearon por la zona intentando detonar -sin éxito- varias bombas caseras que dejaron atrás, mientras policías y ambulancias acudían frenéticamente hasta el IRC.

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Cuatro horas después del ataque, Farook y Malik eran interceptados en su vehículo y fallecían en un tiroteo con las autoridades. Los terroristas eran padres de una niña que por entonces solo tenía 6 meses.

¿Enemigos de la Navidad?

La pareja recurrió a internet para jurar lealtad al Estado Islámico (ISIS), que reconoció la autoría del ataque, aunque las autoridades no parecen haber encontrado una conexión directa entre el ataque y la organización yihadista.

El jefe de Policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, manifestó en declaraciones emitidas por ABC News el miércoles que los autores materiales del atentado buscaron en las redes información sobre Abu Bakr al-Baghdadi, líder de ISIS en Irak, antes de publicar su declaración de adhesión a ese grupo.

“No pensarías que alguien que verdaderamente quiere hacer eso, alguien que está realmente comprometido, estaría buscando eso ese día en particular", comentó Burguan, quien sugirió que el detonante de los hechos podría haber sido la aversión de la pareja por las tradiciones navideñas.

Farook y sus compañeros de trabajo asistían ese 2 de diciembre a unas sesiones de entrenamiento en un contexto de celebración festiva por la Navidad. La sala donde tenía lugar el encuentro estaba decorada con elementos propios de esa época del año.

Según los correos electrónicos recobrados por el FBI -cuyo contenido reveló ABC- Malik estaba molesta por el hecho de que su esposo tuviera que ir a una reunión navideña, siendo él (y ella) musulmán.

Farook fue a esa junta por la mañana y convivió con sus colegas, incluso se tomó una fotografía delante de un árbol navideño con algunos de ellos. Después de marchó y regresó con su mujer para perpetrar la masacre.

"Ella dijo esencialmente en una cuenta de internet que no pensaba que un musulmán debiera participar en un evento no musulmán. Esta es realmente una de las muy pocas piezas de evidencias potenciales que tenemos que podemos señalar y decir 'es una causa probable en este caso'", indicó el jefe de policía.

El FBI confirmó a Univision Noticias que las diligencias continúan y su portavoz en Los Ángeles, Lourdes Arocho, recalcó el hecho de que "hay cuatro individuos esperando juicio en relación con este caso”.

Se trata de los acusados Enrique Márquez, quien supuestamente facilitó las armas a los terroristas y conspiró para cometer atentados, y tres familiares de Farook, Mariya Chernykh, Tatiana Farook (hermana de Chernykh) y Syed Raheel Farook (hermano del acusado), acusados de fraude migratorio.

Tras el atentado, Márquez declaró en un interrogatorio que recibía una compensación económica mensual por aceptar casarse con Mariya Chernykh con el fin de garantizar la residencia de la mujer en EEUU. Chernykh quedó bajo custodia de las autoridades migratorias (ICE) en el centro de detención de Adelanto, en California.

Cerrado como una tumba

A pesar de que ha pasado un año, el recuerdo del atentado continúa muy presente en el IRC. El escenario donde ocurrió la masacre se ha convertido en una especie de mausoleo, muy protegido y al que muy pocos tienen . A Univision Noticias no se le permitió ingresar, con el argumento de que la investigación no ha concluido.

El inmueble, ubicado cerca de la esquina de la avenida Waterman y la calle Parkcenter, está rodeado por una malla ciclónica y cámaras de vigilancia. Hay constantes recorridos de guardias. Para fotografiar el edificio desde la banqueta, se tuvo que notificar a la istración del lugar.

Detrás de los espejos polarizados del inmueble se alcanzan a ver lonas dispuestas para impedir revelar qué hay en su interior.

“El edificio no está en uso. (La construcción) de un monumento está todavía bajo consideración”, dijo CJ Cook, vocera del IRC.

Uno de los motivos de su cierre, según la organización, es que el ataque dejó un daño importante causado por el agua en el primer piso del inmueble. “Todavía está siendo remodelado”, explicó Cook.

El resto del complejo reanudó actividades, como lugar de operaciones de ciertas dependencias de gobierno y centro para terapias de unas 32,000 personas con discapacidad, un par de semanas después del atentado.

Se espera que el centro de conferencias del IRC se reabra a principios de 2017, pero aún no está claro qué uso se le dará. Los funcionarios solo anticiparon que se reabrirá una cafetería que estuvo ahí y que era frecuentada por el personal del complejo.

Además, se planea que la Junta de Síndicos del IRC reanude sus reuniones en ese sitio.

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'Abandonados' con el trauma

En contraste al período de reflexión, algunos sobrevivientes, incluyendo heridos y testigos de la balacera, reclamaron esta semana a los supervisores de dicho condado que les negaron o retrasaron los medicamentos y el tratamiento para lidiar con el trauma.

“Hemos sido abandonados y traicionados por un compañero de trabajo, y cuando le pedimos ayuda a nuestro empleador, muchos de nosotros fuimos abandonados y traicionados”, comentó al diario Los Angeles Times, Ray Britain, quien era jefe interino de la División de Servicios de Salud Ambiental el día del ataque.

El organismo legislativo, a través de un comunicado, se comprometió a contratar a una empresa con la única función de agilizar el proceso para que los tratamientos fuesen aprobados.

“La recuperación de nuestros empleados es una de las más altas prioridades del condado”, señaló la junta de supervisores.

Por los caídos

Para este viernes, funcionarios del IRC organizan una ceremonia para honrar a las víctimas que incluye la entrega de reconocimientos a las organizaciones que ofrecieron refugio a los empleados y clientes del IRC que aquel día huyeron despavoridos de los terroristas.

Poco antes de las 11 de la mañana (hora local), cuando ocurrió el tiroteo, se guardará un minuto de silencio por los 14 caídos, tres de los cuales eran de origen hispano.

Y a las 6:30 de la tarde habrá otra ceremonia en la Universidad Estatal de California en San Bernardino.

Un año después de que arreglos florales, letreros, peluches, tarjetas y objetos religiosos inundaron los alrededores del Inland Regional Center, ahora solo se observa un cartel en honor a los fallecidos y heridos, y un par de estrellas de cartón con frases y palabras de aliento.

“No hace falta que sigamos poniendo flores, jamás olvidaremos lo que aquí pasó”, dijo Manuel Torres, un residente que pasaba por ese lugar. “Aunque queramos, no lo podemos olvidar”.

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