El exalguacil Joe Arpaio, condenado por perseguir latinos e indultado por Trump, presenta su candidatura al Senado
El exalguacil del condado Maricopa en Arizona, Donald Trump.
"Me estoy lanzando al Senado de Estados Unidos desde el gran estado de Arizona por una razón inquebrantable: para apoyar la agenda y las políticas del presidente Donald Trump en su misión por Hacer a Estados Unidos Grande Nuevamente", escribió Arpaio en un mensaje en su cuenta Twitter.
El republicano, de 85 años, culpable en un caso de desacato relacionado con el perfil racial. Su oficina incurría en prácticas que fueron descritas en tribunales como cacerías de indocumentados, algo que se le pidió detener, pero que Arpaio obvió y por eso fue condenado al no cumplir una orden judicial.
En un comunicado, el polémico alguacil especificó que ha dado el paso porque esta "harto de la pedantería que se ha instalado en las cámaras del Senado de nuestro Capitolio y estoy harto de los políticos de carrera y sus temas de discusión, diciendo una cosa y haciendo otra cosa".
"Es más que hora que el Senado vuelva a contar con la confianza de los estadounidenses", recalcó en la nota, en la que sostiene que "tenemos el poder de preservar o proteger nuestros valores tradicionales de libertad o estar sin hacer nada y ser testigos directos de la caída" de Estados Unidos.
Durante la campaña presidencial, Arpaio acompañó a Trump en varios eventos y el candidato republicano alabó lo que describió como un esfuerzo "patriótico" por hacer cumplir las leyes de inmigración.
Arpaio quiere ocupar el puesto que dejará Flake, uno de los senadores republicanos considerados moderados que más se ha enfrentado al presidente Trump, quien nunca ocultó su desprecio por el senador elegido en 2012.
En octubre pasado, tras ser objeto de varios mensajes ponzoñosos en Twitter por parte del presidente, Flake sorprendió al dar un apasionado discurso en el Senado denunciando los peligros que considera que existen tras la “nueva normalidad” que se ha establecido en la política de Washington bajo el gobierno de Trump.
"Un sinvergüenza"
Activistas en Phoenix reaccionaron poco después del anuncio expresando su rechazo a las aspiraciones de una figura polémica a la que consideran enemiga de la comunidad hispana e inmigrante en general.
“Francamente, no sé lo que está pensando este señor, pero es un sinvergüenza, acaba de aceptar que es un criminal solamente aceptando un perdón del presidente y ahora quiere presentarse para el Senado”, dijo a Univision Noticias Lydia Guzmán, quien testificó en el caso de perfil racial contra Arpaio.
Por parte, Tom Pérez, director del Comité Nacional Demócrata, calificó a Arpaio en un comunicado como "uno de los agentes más notorios del racismo y la intolerancia que ha pasado su carrera destrozando familias y comunidades inmigrantes latinas".
En septiembre del año pasado, dos semanas después de recibir el beneficio presidencial, Arpaio aseguró a Univision Noticias que "nunca" se disculparía con los latinos por el terror que causó en la comunidad de Arizona con sus redadas.
"¿Un perdón por hacer mi trabajo? Eso no pasará nunca", dijo Arpaio en septiembre durante una entrevista exclusiva en su oficina de Fountain Hills, Arizona. "Creo que si me subiera a una torre grande y le gritara a todo el mundo, a todos los hispanos, y les dijera que estoy en desacuerdo con todas las deportaciones y les dijera 'les quiero a todos' no serviría para nada".
El exsheriff asegura que fue víctima de una caza de brujas dirigida por el gobierno de Jeff Sessions quienes mantuvieron los cargos hasta la condena del 31 de julio.
Durante la entrevista, Arpaio enfatizó que no tiene nada contra los latinos y en un par de ocasiones puso como ejemplo que incluso dio empleo como sheriff a muchos de ellos, también a inmigrantes con green cards.
"Realmente no creo que me odien cuando lo miras bien. Recibo amenazas pero no provienen de hispanos", añadió.
La condena de Arpaio por desacato no representa un obstáculo para su candidatura al Senado. Según un reporte recopilado por el Servicio de Investigación Congresional, solo existen tres requisitos para que alguien pueda obtener un escaño en el Congreso: ser mayor de 25 años; haber sido ciudadano estadounidense por al menos siete años; y vivir en el estado al que se busca representar.
"Específicamente, no existe una calificación en la Constitución de que uno no sea un criminal convicto", dice el informe.