La asesina de Selena y su teoría del disparo accidental
Yolanda Saldívar, convicta hace 22 años por el asesinato de la reina del Tex-Mex, Selena Quintanilla, se encuentra tras las rejas de la prisión Mountain View, en Gatesvile, Texas, donde le restan ocho años para solicitar oficialmente el privilegio de libertad condicional.
"Yo no quería hacer esto (...) Traje esta pistola para matarme, no quería dispararle a Selena", se le escuchaba gritar con histeria en las transmisiones televisivas sobre su captura. Saldívar, la menor de siete hermanos de una familia de origen mexicano en San Antonio, Texas, alega desde ese día que se trató un accidente.
Con el paso de los años, lo único que ha cambiado desde su primera declaración ante el entonces jefe de detectives de Corpus Christi, Paul Rivera, son las circunstancias que desencadenaron el supuesto accidente. Acepta que discutió con Selena, pero trae a colación temas, como el supuesto secreto que guardaba de la artista, que en nada alteran o justifican el hecho de que disparó.
La enfermera —que en el 1991 dio inicio a su transformación como presidenta del club de fans de Selena Quintanilla hasta que en el 1994 se convirtió en su confidente y sombra— fue sentenciada el 26 de octubre de 1995 a cadena perpetua, por asesinar a la artista, en el motel Days Inn, en Corpus Christi, Texas.
Catorce años después, en una entrevista que concedió a 'El Gordo y la Flaca' en el 2009, aseguró que nunca había manejado un arma de fuego.
La confinada de 4'7" de estatura (140 cm) y 178 libras de peso (81 kilos), no tiene la menor duda de que Douglas Tinker, el abogado que la representó durante el juicio de 1995 y que falleció en el 2008, "se vendió y vendió mi caso... Él dejó pasar muchas cosas".
En otra entrevista que le concedió al fenecido periodista Enrique Gratas, lamenta que durante su juicio no se presentara ningún testigo que pudiera declarar en el estrado: "Nunca escuché a Yolanda decir que buscaba hacerle daño a Selena".
Y en esa misma entrevista reitera su voluntad de pelear por su libertad "hasta que Dios me de fuerzas".
Para asegurarse de ser representada como quiere, durante el cumplimiento de su sentencia ha estudiado justicia criminal. Tiempo es lo más que ha tenido pues a raíz de las amenazas que recibía de otras reclusas, en un principio se le asignó a la zona de confinamiento solitario, aledaña en donde se encuentran las condenadas a pena de muerte. Esto implicó que pasaba 23 horas del día en su celda y sin interacción durante la hora del recreo con alguna de las 626 confinadas en ese complejo carcelario. Sólo tiene derecho a recibir una visita y durante el fin de semana.
En la última entrevista que concedió su hermano Armando Saldívar a Primer Impacto, confesó que la familia agotó todos sus recursos en intentar liberarla. Y hasta el momento, las cinco mociones buscando apelar su sentencia tampoco han prosperado.
El año pasado, trascendió que Yolanda Saldívar ya no estaba sola en una celda, pues la asesina de Selena demandó al Departamento de Justicia Criminal de Texas, alegando que le violaban sus derechos al no asignarle una cama distinta a la litera de la cual se cayó y que presuntamente seguía representando un riesgo para su salud.
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