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La dolorosa razón por la que Chiquis Rivera no tuvo una fiesta de 15 como su prima (ni Jenni la felicitó)

El pasado fin de semana, Rosie Rivera, la única hermana de la fallecida 'Diva de la banda', pudo celebrar los 15 años de Kassey, su hija mayor. Hace 18 años, fue ella quien se encargó de que ese día tan significativo no pasara sin pena ni gloria para su sobrina Chiquis. ¿Por qué?
22 Mar 2018 – 06:02 PM EDT
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Aunque hay quienes creen que pasiones que despertaba el hoy confinado Esteban Loaiza, las historias que ambas relatan en sus respectivos libros, dejan claro que las crisis entre ambas se remontan a tiempos tan lejanos como el día en que Chiquis Rivera cumplió 15 años y su mamá no estuvo a su lado y tampoco la felicitó.

Esos días en nada comparan con el festejo del pasado fin de semana, cuando Rosie Rivera celebró el quinceañero de su primogénita Kassey. Y es que para Chiquis Rivera no hubo vestido largo, ni música, ni chambelanes y tampoco una llamada telefónica por parte de su madre, quien unas semanas antes de esa importante fecha, la había botado de su casa tras una pelea que dejó huellas imborrables.

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De acuerdo a la recogería su padrastro Juan López. Pensaba que se había salido con la suya, cuando él le advirtió que Jenni Rivera estaba al teléfono y quería hablarle.

"Chiquis, cuando llegues a la casa no te muevas. Espera a que llegue. Estás en 'deep shit'", le advirtió. El mensaje y el tono, le dejaron saber claramente a la mayor de los cinco hijos de la 'Diva de la Banda' que lo que se avecinaba no era nada bueno. Relató que desde que se destapó el escándalo del abuso sexual que ella y su tía sufrieron por parte de su papá, Trinidad Marín, la relación madre e hija se fracturó. "La sala con el enorme sofá verde (en la residencia de Compton) se convirtió en nuestro cuadrilátero. Yo me estaba volviendo cada día más insoportable... Reconozco que tuve gran parte de la culpa, le fallé en muchas cosas", itió Chiquis en su libro.

Su problema, detalló, era que "sólo quería ser libre y andar de vaga. Odiaba las responsabilidades. (Después de que todos se enteraron de lo que pasó) sentía que el mundo me la debía y que merecía que me dejaran en paz". Pero Jenni Rivera tenía grandes aspiraciones para su primogénita e ignoraba cómo hacerla entrar en razón. Le reclamaba cómo ella, siendo madre a los 15 años y sufriendo violencia doméstica, logró terminar sus estudios con calificaciones de A y Chiquis, teniendo menos limitaciones, solo conseguía tener C.

"¿Por qué mi hermano Gustavo tuvo a los hijos más listos y yo a los más tontos?", reclamaba Jenni Rivera frustrada, sin darle peso a la justificación de su hija mayor, quien achacaba su rezago a que su primer idioma fue el español y con las clases en inglés se le hacía todo más complicado. "¿Por qué eres tan dura conmigo?", le preguntaba a 'la Gran Señora' con insistencia sin anticipar que la respuesta le dolería más: "No llegaste a este mundo con un pinche manual Chiquis, cómo diablos te voy a entender. Yo nunca hice estas cosas (faltar a clases y no ser aplicada), no entiendo por qué las haces tú".

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Precisamente por no entender por qué, si salió temprano de la escuela, no le avisó, sino que se fue sin permiso con sus amigas, Jenni Rivera decidió darle una lección. Agarró una tijera y le cortó el pelo. "A los 14 años, mi cabello era mi vida, era mi personalidad, mi orgullo; lo que me diferenciaba de las otras niñas en la clase, una melena espléndida, colo café brillante con ondas suaves y sedosas". De esa melena solo quedaron mechones, midiendo el más largo cerca de dos pulgadas (5 centímetros). "Parecía que tenía sarna", recordó Chiquis. Y no conforme, la botó de la casa.

En palabras de Chiquis, Jenni Rivera demostró que era tan dulce y amorosa como estricta y drástica. Ese día, la hoy artista llamó a una amiga de la escuela y se quedó en su casa. Al terminar el semestre escolar, llamó a su abuelita Rosa, quien le pidió que se fuera a vivir con ella. Y una semana después de estar allí, el 26 de junio de 2000, cumplió 15 años.

"Para las latinas, en todo el planeta, los 15 junto con la boda son los días más importantes de nuestras vidas. No hay 15 sin una fiesta grande, banda y mariachi, vestido largo y paseo en limusina. Yo, en cambio, lo celebré en la cocina de mi abuelita Rosa, que me compró un pastelito y con mi tía Rosie que me prestó algo de ropa", recordó la intérprete de 'La Malquerida' en su libro.

Jenni Rivera nunca la llamó ni la felicitó. Casi dos meses después, reapareció en la casa de su abuela y le dijo que ya era tiempo de regresar a su casa, donde la puso a dieta y le quitó las trenzas que le había regalado su tío Lupillo Rivera, por las que pagó 1,200 dólares, para quitarle "esa cara de mensa".

Esa fue la primera gran pelea entre Jenni Rivera y Chiquis, la que las mantuvo la mayor cantidad de tiempo distanciadas. La segunda ocurrió hace poco más de cinco años y la muerte no permitió que llegara la reconciliación.

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