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Placenta accreta: la enfermedad por la que Kim Kardashian no vuelve a quedar embarazada

Publicado 4 Ene 2019 – 11:11 AM EST | Actualizado 4 Ene 2019 – 11:11 AM EST
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Kim Kardashian tuvo a su tercer hijo por gestación subrogada, una decisión que tomó porque un nuevo embarazo podría poner en riesgo su vida. Si bien no confirmó que tendrá a su cuarto hijo por el mismo método, los rumores están por todos lados.

El motivo por el que optó tener a Chicago por el vientre de alquiler fue por una condición que sufrió cuando tuvo a North y Saint llamada placenta accreta.

Placenta accreta: una condición que puede provocar infertilidad

Kim intentó durante un año quedar embarazada de su segundo hijo y fue muy complicado volver a lograrlo. «Tuve lo que se conoce como placenta accreta [...] y eso hizo que fuera muy difícil volver a quedar embarazada», contó.

Por este motivo, Kim decidió tener a su tercer bebé por gestación subrogada. En su blog explicó por qué optó no quedar embarazada por tercera vez.

«Siempre he sido muy honesta sobre mi lucha con el embarazo. La preeclampsia y la placenta accreta son afecciones de alto riesgo, así que cuando quise tener un tercer bebé, los doctores me dijeron que no era seguro para mi salud, ni para la del bebé. Después de explorar muchas opciones, Kanye y yo decidimos acudir a una portadora gestacional. Aunque he utilizado el término "sustituto" en el pasado, una portadora de gestación es en realidad el término técnico para una mujer que tiene un bebé con el que no tiene ninguna relación biológica. Una madre sustituta tradicional dona su óvulo, es inseminada artificialmente con el esperma del padre y luego lleva al bebé a término. Desde que implantamos mi óvulo fertilizado en nuestra portadora gestacional, nuestro bebé es biológicamente mío y de Kanye.»

Síntomas de la placenta accreta

También llamada placenta retenida, esta condición ocurre cuando la placenta se adhiere a la pared del útero con profundidad y no se puede separar después del parto. Esa expansión de la placenta puede ser severa y crecer a través del útero, incluso puede alcanzar la vejiga.

Según Parents, la placenta accreta es una complicación rara, afecta a 1 de 2500 embarazadas. Prácticamente no tiene síntomas: algunas mujeres tienen un sangrado durante el primer trimestre. Se detecta a través de un ultrasonido y su diagnóstico temprano es muy importante para no tener futuras complicaciones.

En los casos más severos es necesaria la extirpación del útero. Si el útero se salva, igualmente pueden quedar cicatrices importantes, al punto de no poder finalizar otro embarazo. También las mujeres con esta condición corren el riesgo de tener una hemorragia posparto.

De acuerdo a Very well family, hay un mayor riesgo de tener placenta accreta si se ha tenido un parto por cesárea y la placenta se implantó sobre la cicatriz. A medida que aumenta el número de cesáreas, también aumenta el riesgo de una placenta accreta.

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