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Celebridades

¿Por qué Meghan Markle toca tanto su vientre? Esta es la explicación científica

Publicado 14 Dic 2018 – 11:30 AM EST | Actualizado 14 Dic 2018 – 11:30 AM EST
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La duquesa de Sussex disimuló mucho tiempo su embarazo, pero incluso antes de la confirmación a los medios, hubo un gesto que delató a la futura madre ante la audiencia más observadora: no dejaba de tocarse el abdomen.

Con el tiempo, el anuncio del primogénito de Meghan Markle se hizo oficial y la constante persiste: la duquesa rara vez aparta las manos de su creciente pancita.

La realidad es que muchas veces no lo hace a propósito. De acuerdo a la doctora Viola Marx —de la Escuela de Psicología de la Universidad de Dundee en Reino Unido— Meghan y miles de mujeres embarazadas en el mundo toman el hábito de acariciarse la panza. Según Marx, hay 5 razones científicas para ello:

Favorece el movimiento del feto

El o constante de la madre hace que el bebé responda a estímulos externos. Por supuesto la primera interacción que puede darse es la "palmadita" de mamá, así que muchas madres aprenden a "comunicarse" con el bebé mediante esta técnica.

El mecanismo es sencillo: conforme va creciendo el bebé, se mueve más, y naturalmente la madre desea sentir la actividad.

Es simple cuestión evolutiva

Las embarazadas pueden tocarse la pancita tanto como quieran, pero a veces ni ellas mismas son conscientes de que lo están haciendo.

Marx explica que las gestantes llevan las manos a la barriga de manera instintiva. Es algo que se hace desde que las primeras humanas poblaron la Tierra:

«En aglomeraciones, en lugares estrechos o al escuchar mucho ruido, las futuras madres se tocan el vientre para proteger al bebé. A veces ellas mismas se sorprenderán ante esta respuesta».

Comprobar que todo marcha bien

Muy de la mano con la cuestión evolutiva. Sentir movimiento o palpitaciones es esencial para comprobar que el bebé está bien.

Además del chequeo médico mensual, las madres suelen tomar el hábito de revisarse ellas mismas a lo largo del día. Al llevarse las manos al vientre comprueban si el bebé se mueve y la frecuencia con la que lo hace.

Fortalece el vínculo materno-filial

Marx asegura que muchos especialistas recomiendan "hablar" con el bebé. Acariciar la panza al tiempo que se le dirigen unas palabras, estimula su actividad.

La doctora afirma que es gracias a esta comunicación que el niño al nacer es más sensible al tacto materno y es capaz de reconocer la voz de su mamá.

Alivia las molestias en la piel

Un motivo sencillo pero incomprensible para quienes no han pasado por un embarazo: acariciar la barriga alivia el picor de la piel (producido por el estiramiento de la dermis y el aumento de peso en general).

"Rascar" la barriga mientras se da la impresión de acariciar, llega a ser una actividad inconsciente.

Y tú, ¿tuviste una experiencia similar con tu barriga mientras estuviste embarazada? Si planeas ser madre pronto, ahora sabes lo que te espera con tu baby bump.

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