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Papás y Mamás

Lactancia materna: la batalla de la cantidad vs la calidad

Una de las principales preocupaciones de las mamás es no lograr una producción suficiente para alimentar a sus hijos.
30 Jun 2016 – 03:37 PM EDT
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Calidad vs. Cantidad Crédito: Dreamstime

Inicialmente, muchas mamás se deciden por la lactancia materna exclusiva cuando recién nacen sus bebés. Sin embargo, los primeros días no siempre resultan fáciles.

Una de las principales preocupaciones de las mamás es no lograr una producción suficiente para alimentar a sus hijos. Al principio esto es común, ya que los primeros días no hay leche, sino calostro que es el alimento más perfecto pero que sale a gotas, literalmente.

Lo primero que deben saber es que esto es normal y que esas gotas contienen toda la proteína, glucosa, grasa y demás nutrientes que los bebés necesitan para superar las primeras 72 horas fuera del viente manterno.

¿Por qué causa tanto estrés?
Porque estamos acostumbradas a ver publicidad de mamilas llenas de fórmula que hacen sentir a las mamás que ellas se quedan cortas en su producción de leche materna y creen que así debe comer un bebé.

Pero no es así. El estómago de un recién nacido es apenas del tamaño de una cereza y necesita muy poco alimento para llenarse. Sin embargo, como la leche materna es muy ligera la digieren en dos horas aproximadamente, porque lo piden de comer cada ratito.

Y no es que se queden con hambre, simplemente es que ya procesaron la comida y necesitan más. Por esto es importante que la lactancia manterna sea a libre demanda en las primeras semanas para lograr producir la leche que cada bebé necesita en función de las semanas de gestación, el peso y la talla.

Además es necesario tener claro que cuando se habla de lactancia a libre demanda implica no sólo el horario de cada toma, también aplica para el tiempo que el bebé esté pegado a cada teta.

Dependerá de cada bebé, el tiempo que le tomé vaciar cada pecho, algunos lo podrán hacer en cinco minutos y habrá otros que lo hagan en 10 , 12 o 18 minutos. Lo que nos debe importar no es el tiempo ni la cantidad, sino que la criatura haya quedado satisfecha.

¿Cómo sabemos que nuestro bebé ha quedado satisfecho?
Esa es la pregunta del millón de la lactancia materna, y nadie lo puede establecer. Así como conocemos niños y niñas que comen muy bien y de todo, y otros que casi no comen, pues igual pasa con los bebés. Hay unos que toman más leche que otros.

Lo importante de la lactancia materna más que la cantidad, es la calidad y no hay alimento en el mundo que logre superarla. Una de las razones por las que los bebés alimentados con leche materna casi no hacen popó, es porque la leche de su mamá la absorben al 100 por ciento, es decir, no hay “sobrantes” o desechos, como sucede con el resto de los alimentos.

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¿Cómo sé si mi bebé está comiendo lo necesario?
Lo primero es resistir la tentación de sacarte leche sólo para medir cuánta te sale, primero porque si sale poca, como le sucede a la mayoría en los primeros días, va a provocarte mucho estrés.

Un bebé siempre va a extraer mucha más leche con el o piel con piel que un saca leche que manejamos con la mano, puede, incluso ser el doble de cantidad la diferencia entre el bebé y cualquier aparto artificial.

La manera de comprobar si está comiendo lo suficiente es contar los pañales de pipí al día, que deben ser entre siete y nueve pañales en 24 horas.

Otro indicador es la visita al pediatra, ya que si el bebé sube de peso y crece, quiere decir que está recibiendo el alimento necesario.

Por esto, lo mejor que puedes hacer para tener mucha leche y de buena calidad, es tomar mucha agua, comer bien y evitar de medir tu producción de leche, mucho menos contar cantidades. Eso, lejos de ayudarte puede ser tú peor pesadilla.

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