Así es el amor, según las canciones de José José
La música mexicana tiene piedras de toque sobre las que descansa la educación sentimental de un pueblo. Una de esas piedras, fundamentales en la cultura popular tiene inscrito el nombre del ‘Príncipe de la Canción’, José José, cuya cáncer de páncreas.
Entre las convulsiones de la década de 1960, José Rómulo Sosa Ortíz dio los primeros pasos de su carrera formal: con un trío, una guitarra y una voz idónea para las serenatas, para la música romántica que marcaría el rumbo de sus futuras interpretaciones.
Desde entonces, el amor y sus aristas fueron el hilo conductor en la discografía del Príncipe. Un acervo al que han recurrido generaciones enteras de enamorados y dolidos, sabiendo que en la voz de este intérprete hay una melodía para compaginar con cualquier estatus sentimental como himnos que aluden tanto al romántico (‘Amor, amor’) como al no correspondido (‘El amor acaba’).
A diferencia de otros ídolos (como el propio Juan Gabriel), la música de José José carece de ingenuidad y sus líricas, abrazando los clichés, abarcan un espectro más amplio y complejo de las relaciones humanas: el amor, en sus canciones, es doloroso, suplicante, imperfecto y cotidiano, “amar es sufrir, querer es gozar”, dice la letra de uno de sus grandes éxitos.
Así, el ‘Príncipe’, a veces con tintes autobiográficos y una nota de melancolía, también les dio voz a las facetas más políticamente incorrectas de ese sentimiento: la infidelidad, la ardideza, la lujuria, la seducción, las relaciones entre el de 40 y la de 20 y, en términos de la modernidad, a la codependencia.
Hoy, el 'Príncipe' ya no está entre nosotros. Y, como en cualquier historia sentimental de tropiezos y vueltas a iniciar, nos quedamos con las canciones de este trovador inigualable.
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