"Pasaba un yate y pasaba el otro yate ¡hay que bonita chica!, y yo dije de quién estarán hablando. Me di cuenta que era yo. Me dice, oye nena tú sabes quién soy yo, le dije no, tú sabes quién soy yo. Me dijo sí, tú eres La Chilindrina, le dije, tú eres mi amor soñado". Mezcalent