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Venezuela

¿Se puede ser chavista y confiar en Trump? En Venezuela, es posible

El chavismo más radical de Caracas, el de la "esquina caliente", ve con buenos ojos la elección de Donald Trump. Creen que por ser empresario preferirá hacer negocios con Venezuela que hacer la guerra.
10 Nov 2016 – 08:07 PM EST
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Los del Colectivo Patriótico de Resistencia y Rebelión, instalado frente al Parlamento de Venezuela, representan al chavismo más radical y vigilan cada día a los diputados opositores que amenazan "la revolución". Crédito: Pedro Pablo Peñaloza

CARACAS, Venezuela. Pedro Briceño tiene 66 años, se declara chavista hasta los tuétanos y confía en Donald Trump. “Los dos candidatos eran malos, pero creo que Trump puede ser mejor”, opina este hombre delgado y encanecido, que todos los días monta guardia a las puertas de la Asamblea Nacional para vigilar muy de cerca a los “apátridas imperialistas” que amenazan la revolución bolivariana.

Desde que la oposición venezolana asumió las riendas del Parlamento, el 5 de enero, Briceño y sus camaradas instalaron frente al Palacio Federal Legislativo, en el centro de Caracas, un toldo rojo que decoran con fotos del presidente Nicolás Maduro y plantaron bandera. “Nosotros somos el Colectivo Patriótico de Resistencia y Rebelión”, gritan a una sola voz. Allí ven pasar las horas, mientras discuten las noticias del día.

Este jueves el tema de debate no podía ser otro. La victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos marca la agenda informativa y azuza las lenguas de los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Sin embargo, estos defensores de Maduro se muestran más tranquilos y optimistas que los de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

“Trump no es guerrerista, es empresario, lo suyo es el dólar, el consumo. No se va a meter en una guerra para perder. En cambio, Hillary Clinton representaba la continuidad de la Doctrina Monroe. Ya Trump dijo que le gustaría trabajar con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y China”, destaca Briceño, quien resalta orgulloso que dedica su vida “a luchar por la revolución a tiempo completo”.

El Gobierno de Venezuela acusa a Estados Unidos de promover golpes y actos de desestabilización en su contra. Maduro afirma que los altos índices de inflación y escasez que registra el país son producto de una “guerra económica” que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca, y denuncia permanentemente que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es financiada por el “imperio”.

Dejando a un lado las tensiones políticas, el Ejecutivo nacional emitió un comunicado en el que felicita a Trump y “hace votos para que se pueda avanzar en un futuro donde impere el respeto a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, que consagra la igualdad soberana de los Estados y la autodeterminación de los pueblos, entre otros, mediante relaciones políticas y diplomáticas bilaterales respetuosas”. Caracas y Washington no intercambian embajadores desde 2010.

Buenos amigos

“Creo que Trump tendrá buenas relaciones con Venezuela”, asegura Luis Vásquez, quien se jacta de “siempre haber sido revolucionario”. “Yo estoy de acuerdo con que haya ganado Trump, viene con nuevas ideologías, sobre todo para Venezuela, que ha estado muy golpeada por Estados Unidos”, apunta este comerciante de 65 años.

Vásquez habla desde su trinchera, la famosa “esquina caliente”, ubicada al frente de la plaza Bolívar, en el corazón de Caracas. Hace 17 años, grupos radicales del chavismo echaron por la fuerza a simpatizantes de la oposición para tomar el control de este territorio. Hoy, más tranquilos, se reúnen bajo un toldo rojo, siguen las transmisiones de la estatal Venezolana de Televisión (VTV) y escuchan canciones grabadas por su difunto líder.

La “esquina caliente” sirve este jueves como un estudio al aire libre para la emisora comunitaria “Negro Primero”, identificada con el Gobierno. “Los demócratas y republicanos son como Acción Democrática y Copei (partidos que dominaron el bipartidismo en Venezuela hasta 1998). Los norteamericanos eligieron entre el cólera y la gonorrea”, brama el locutor a todo pulmón.

Vásquez se aleja de las visiones catastrofistas. “Trump no será tan radical, él es un empresario y sabe que Venezuela es un país rico, que le conviene tener buenas relaciones por el petróleo”, aclara. A su lado, Pedro Pulvet, de 67 años, discrepa. “No hay diferencias, es el mismo imperio, la gestión de Trump puede traer desequilibrios a escala mundial y no me extrañaría que fuera peor para América Latina”, advierte este vendedor.

La Cancillería informó que el secretario de Estado, John Kerry, se comunicó con Maduro, luego de que se oficializara el triunfo de Trump. Según la nota oficial, el mandatario “insistió al secretario Kerry en la necesidad de establecer y dejar una agenda de trabajo positiva para la próxima istración en pro de las relaciones bilaterales y el conjugamiento favorable para nuestra región”.

Washington respalda el proceso de diálogo que el Gobierno y la oposición iniciaron el domingo 30 de octubre con el acompañamiento del Vaticano, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá). Tras el primer encuentro sostenido por las partes, el subsecretario de Estado, Thomas Shannon, voló a Caracas para conversar por separado con Maduro y delegados de la oposición.

¿Parecidos o distintos?

El primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, recordó este miércoles una de las polémicas de la campaña norteamericana que salpicó a Venezuela. “Compararon a Trump con Chávez para que perdiera, Trump ganó y ahora nadie se acuerda de que lo compararon con Chávez”, ironizó el antiguo jefe del Poder Legislativo.

A Farilis Aguilar, otra contertulia de la “esquina caliente”, jamás le gustó esa comparación. “No hay ninguno que se le parezca a Chávez porque mi comandante fue muy humanitario y siempre ayudó a los pobres”, señala Aguilar, una enfermera de 49 años. Nafir López piensa igual. “Chávez no se compara con ninguno, hicieron el molde y lo rompieron”, sentencia.

López, una asistente de veterinario que ahora solo trabaja “en la defensa de la revolución”, forma parte del Colectivo Catedral Combativa Ejército del Poder Parroquial. Como el resto de sus compañeros, esta mujer de 38 años usa chaqueta negra y pide no ser fotografiada. “Trump es una guillotina para Venezuela, ahora existirá una mayor probabilidad de invasión”, alerta parada en la puerta principal de una casa ubicada cerca de la Cancillería venezolana y que tiene pintados en la fachada los rostros de Chávez y el Che Guevara.

Enderber García milita en el mismo grupo de López. Mientras enciende un tabaco, ite que no ha leído mucho la prensa ni conoce al detalle la realidad norteamericana, pero los comentarios que han llegado a sus oídos no son tan malos. “Clinton quería una guerra y Trump quiere reunirse con Maduro. Quizás Trump puede lograr cosas buenas como Chávez y las cosas entre los dos países van a mejorar”, asevera este cocinero de 21 años.

La plaza Bolívar este jueves es un hervidero. Las consignas a favor de Chávez y Maduro bailan al compás de la música llanera que sacude el mediodía. No existe el silencio. Bajo el toldo rojo de la “esquina caliente”, la abogada Miroslava Torres se protege del sol inclemente. “Trump juega con posiciones racionales, es un empresario, viene del mundo económico y conviene esperar antes de dictar sentencia”, sugiere la profesional de 51 años.

Convencida de que se impondrá un pragmatismo bañado en petróleo, Torres aconseja aplicar al magnate la misma fórmula que en su momento propuso el ex embajador norteamericano John Maisto para evaluar a Chávez: “Hay que mirar lo que hace y no lo que dice”.

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