¿Y si Dylan Farrow no mintió al acusar a Woody Allen de abusarla a los 7 años?: Hollywood empieza a hacerse la pregunta tras 25 años

Para los actores de Hollywood, trabajar en una película dirigida por Woody Allen no había sido más que sinónimo de una asenso en su carrera. Una verdadera bendición de la industria.
Durante décadas el director ha logrado mantener intacto su prestigio a pesar de que en 1992, la actriz y entonces pareja del director, Mia Farrow, lo señaló públicamente de asaltar sexualmente a su hija de 7, Dylan Farrow, en medio de una batalla legal por la custodia de sus hijos, en la que, además, salió a relucir el amantazgo que mantenía Allen con Soon-Yi, una de sus hijastras de 22 años. Mia había llegado a la vida de Allen con seis hijos: Matthew, Sascha, Fletcher, Soon Yi, Lark Song y Daisy. Luego tuvieron uno juntos, Ronan, y adoptaron dos más, entre los que estaba la pequeña Dylan.
A pesar de esas turbias memorias, y de que Allen terminó casándose con la jovencita, 35 años menor que él, el director pareció gozar de un aura de invulnerabilidad que hizo que cualquier fantasma de ese pasado se mantuviera controlado, imperceptible y que se diluyera ante la relevancia de su obra cinematográfica.
Las cosas, sin embargo, han empezado a cambiar. Hace una semana actores como Timothee Chalamet y Rebecca Hall hicieron pública su decisión de donar la totalidad de su sueldo por su participación en la próxima película de Allen, ‘ A Rainy Day in New York’, a fundaciones que trabajan contra la violencia sexual.
Su acto, que parecía una manera efectiva de limpiarse las manos al trabajar con un hombre sobre el que pesa la duda de un posible asalto sexual contra una niña, no solo fue aplaudido, sino que le fue demandado masivamente a otras actrices de la talla de Selena Gómez. Ante la presión de las redes, Selena salió a confirmar que ella había hecho lo mismo con su pago por su trabajo con el director.
La esporádica iniciativa que ponía en evidencia que al menos en todo este caso de abuso contra Allen gravita una inmensa duda, encontró de nuevo eco en las redes sociales, una semana después, esta vez señalando a una de las grande musas del director: Scarlett Johansson.
Ante las insinuaciones de la actriz contra James Franco, estrella de Hollywood señalada por cinco mujeres de acoso sexual, la gente calificó a Scarlett Johansson de “hipócrita”. Acaso qué había de diferente entre las acusaciones de esas mujeres contra Franco (ninguna de las cuales ha escalado a una demanda penal) y la que lleva haciendo desde que es una niña Dylan Farrow sobre el abuso de su padre.
¿Por qué Scarlett era tan capaz de levantar su voz con contundencia en contra de Franco y, por el contrario, defender a capa y espada al director asegurando, como lo dijo alguna vez a The Guardian, que todas las acusaciones contra Allen eran “conjeturas”?
Nuevas dudas sobre Woody Allen
Desde siempre Woody Allen ha negado enfáticamente la acusación de haber molestado a su hija de 7 años, y aunque es verdad que Mia Farrow nunca fue a la policía a poner una demanda por abuso sexual, sí hay algunos detalles en el caso del director que de no haberse revelado hace 25 años, quizás hoy sí estuvieran causando estupor en Scarlett Johansson y muchas más personas de la industria que con reverencia y beneplácito han aceptado trabajar con Allen.
Como lo recuerda Vanity Fair en un artículo, en las 33 páginas en las que el juez Elliot Wilk consignó su veredicto en la batalla penal por la custodia de los hijos de Mia Farrow y Woody Allen, quedó consignado que su comportamiento había sido “groseramente inapropiado” y que se debían tomar “medidas para protegerla”. Además, a la niñera se le dio expresa orden de nunca dejar sola a la pequeña con su padrastro.
Además, el fiscal estatal, Maco, dijo públicamente que tenía una causa probable para presentar cargos contra Allen, pero se negó, debido a la fragilidad de la "niña víctima". No querían someter a Dylan a un juicio exhaustivo, y sin ella de soporte, no podría procesar a Allen.
En medio de la nueva ola de ruido que ha gravitado sobre el comportamiento de Allen y la conveniencia de trabajar con él, D ylan Farrow ha hecho su primera aparición en televisión, el pasado 18 de enero en la cadena CBS. “Quiero dar la cara, contar mi historia”, dijo ante las cámaras compungida: “Yo amé a mi padre. Lo respeté. Él fue mi héroe. Y eso obviamente no le quita lo que hizo. Pero hace que la traición y el dolor sean mucho más intensos”.
Luego pasó a recontar el episodio del abuso que ya había detallado en una carta abierta publicada en 2014 en The New York Times: “Me llevó a un pequeño espacio en el ático de la casa de campo de mi madre en Connecticut. Me dio instrucciones para que me acostara boca abajo y jugara con el tren de juguete de mi hermano que estaba preparado. Y se sentó detrás de mí, y mientras jugaba con el tren de juguete, fui asaltada sexualmente... Cuando tenía 7 años, habría dicho que tocó mis partes íntimas”.
¿Por qué durante tanto tiempo el testimonio de Dylan Farrow ha sido desestimado, y por qué tantas mujeres que han vilipendiado a Harvey Weinstein por las cientos de acusaciones que han surgido en su contra, aún se niegan siquiera a dejar que se asome un atisbo de duda en el caso de Allen?
"El movimiento #Metoo es selectivo"
En el pasado diciembre de 2017, Dylan publicó justamente una sentida carta en el diario LA Times en la que señalaba que el movimiento #Metoo “era selectivo”. “¿Por qué Harvey Weinstein y otras celebridades acusadas fueron expulsadas por Hollywood, mientras que Allen recientemente obtuvo un acuerdo multimillonario de distribución con Amazon?”
El mutismo al que se ha condenado el alegato de Dylan Farrow, que ha sostenido de manera coherente y sistemática a través de los años, podría ser comparable a ese mismo silencio al que fueron sumidas las víctimas de otro famoso que parecía intocable, Bill Cosby que, como recuerda en una columna el hermano de Dylan Ronan Farrow, después de décadas fue condenado por sus abusos.
“Ese tipo de silencio no solo está mal. Es peligroso. Envía un mensaje a las víctimas de que no vale la angustia de presentarsea las autoridades. Envía un mensaje sobre quiénes somos como sociedad, qué pasaremos por alto, a quién ignoraremos, quién importa y quién no”.
Con todos estos nuevos actos emergiendo contra Woody Allen – a la lista de detractores se han unido Natalie Portman, Rebecca Hall, Mira Sorvino-, queda gravitando una pregunta: ¿Está finalmente preparada la industria y la sociedad para oír de nuevo y con otros oídos el testimonio de Dylan Farrow, así sea para ver cómo se destruye uno de sus grandes ídolos?
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