El e-mail que hizo cerrar las escuelas en Los Ángeles

El martes por la mañana, las autoridades decidían cerrar todos los centros del distrito escolar de Los Ángeles, el segundo más grande del país. Más de 600,000 alumnos no pudieron asistir a clase. La razón: una "amenaza creíble" que había llegado vía electrónica.
Ramón Cortines, superintendente de Los Ángeles, explicó brevemente el contenido del correo que habían recibido y por qué habían tomado una decisión tan estricta. Finalmente, todo resultó una alarma y los centros abrieron el miércoles.
El mensaje fue enviado a uno o más oficiales del consejo escolar. Los Angeles Times ha confirmado su autenticidad aunque las fuentes lo han hecho de manera anónima.
Este es el e-mail que provocó la alarma:
A quien le pueda concernir:
Le envío este correo para informarle lo que pasará el martes 15 de diciembre de 2015.
Algo grande va a suceder . Algo muy grande. Saldrá en los titulares del país. Y puede que incluso en el resto del mundo. Mire, mis últimos cuatro años aquí en una de las escuelas de secundaria del distrito escolar han sido un verdadero infierno. Absoluta, completa, agonía. El acoso, la soledad, el rechazo… es algo continuo. ¿Y por qué? ¿Simplemente porque soy diferente?
No. Se acabó. Soy un devoto musulmán, y antes estaba en contra de la violencia, pero ahora me he unido con una célula yihadista local dado que es la única vía que me permitirá llevar a cabo mi masacra de una manera correcta. Yo, y mis 32 camaradas, moriremos en el nombre de Alá. Cada una de las escuelas del distrito de Los Ángeles ha sido un objetivo. Tenemos bombas escondidas en los lockers en numerosas escuelas. Están situadas estratégicamente y están destinadas a desmoronar los pilares de los edificios que generan tanto odio y discriminación. Hay bombas de ollas a presión, escondidas en mochilas en las escuelas. Están cargadas por 20 libras (9 kg) con pólvora para causar el máximo daño. Se detonarán vía teléfono celular. No solo hay bombas, sino también agentes de gas nervioso preparados para explotar a una hora determinada: durante la hora del luch. Para rematar, mis hermanos de Alá y yo tenemos rifles Kalashnikov, pistolas Glock 18, y múltiples granadas de mano. Los estudiantes de cada escuela en el distrito unificado de Los Ángeles serán masacrados, sin piedad. Y no hay nada que pueda hacer para impedirlo.
Si lo intenta, tal vez reforzando la seguridad, o cancelando las clases del día, no importa. Su seguridad no podrá pararnos. Somos un ejército de Alá. Si cancela las clases, las bombas explotarán de todas maneras, y llevaremos nuestras armas a las calles y las oficinas de Los Ángeles, San Bernardino, Bakersfield y San Diego.
Le deseo lo mejor. Es el momento de rezar a alá (sic) puesto que puede que este sea su último día.