"Esto sigue peor. No hay efectivo ni comida y el sueldo no alcanza": el 'plan económico' de Maduro naufraga en un mes

CARACAS, Venezuela.- “Esto sigue peor, no hay efectivo, no hay comida y el aumento del sueldo mínimo no alcanza”, dice Gabriela Rengifo para describir el impacto inicial del Nicolás Maduro, activó hace un mes. Gabriela, muy delgada, zapatos remendados, vive en una pequeña casa de paredes descascaradas y techo de zinc en Petare, una zona de bajo ingreso en Caracas. Tiene 30 años y tres hijos pequeños que trata de sostener con su empleo en una empresa pública.
El gobierno puso el plan en marcha el pasado 20 de agosto, lanzando una nueva moneda con cinco ceros menos a fin de aliviar el impacto de la hiperinflación en las transacciones. “Se suponía que después de eso íbamos a comprar fácilmente en la bodega porque medio kilo de queso, que costaba millones y tenías que pagar con una paca enorme de billetes pasó a costar solo cien bolívares. Pero vas al banco y apenas puedes retirar cincuenta bolívares, estamos en las mismas”, explica Gabriela Rengifo.
La nueva moneda, bautizada como “bolívar soberano”, dejó intacta la escasez de efectivo porque no solucionó el desequilibrio en las finanzas del Estado. Continuamente el Banco Central genera nuevo dinero para que el gobierno pueda cumplir con sus compromisos, transfiriéndole cifras que escribe en segundos. La consecuencia de este constante aumento de la liquidez es que las monedas y billetes, que no pueden crearse instantáneamente, equivalen a menos de 10% del dinero total, que es la proporción en la que históricamente las transacciones han fluido sin problemas.
La carencia ha convertido a los billetes en una codiciada mercancía al punto de que los comerciantes realizan generosas rebajas a quienes les cancelan en efectivo. Gabriela Rengifo precisa que “un cartón de huevos cuesta 120 bolívares, pero si lo pagas con efectivo te lo dejan en 90, por eso voy cuatro días de la semana al banco, para juntar billetes de a poco”.
Nicolás Maduro considera que sí existen suficientes monedas y billetes, pero las entidades financieras limitan, sin ninguna razón, el monto de los retiros de efectivo. El 20 de septiembre fijó un plazo para que se acaben las restricciones: “ Se les dio 48 horas a los bancos públicos y privados para que liberen el dinero secuestrado al pueblo, le secuestraron la platica a la gente”.
Precios en cohete
Además de la nueva moneda el Programa de Recuperación Económica incluyó una profunda devaluación del bolívar que elevó 2.319% el precio del dólar en el mercado oficial; un incremento de 3,500% en el salario mínimo; el aumento de los impuestos; y el anuncio de que en octubre se acabará la gasolina a precios de regalo y los venezolanos comenzarán a pagar el combustible a la cotización internacional, un golpe que el gobierno suavizará con el reparto de subsidios.
A fin de contener el alza de los precios Nicolás Maduro informó a las empresas privadas que el Estado pagaría el alza del salario durante los primeros noventa días, pero el nuevo costo por trabajador, la mayor carga de impuestos y la escalada del dólar, dispararon la inflación de agosto hasta el punto más alto en la historia del país.
De acuerdo con la medición que realiza la Asamblea Nacional en agosto los precios se triplicaron aumentando a un ritmo diario de 4% y las proyecciones de Síntesis Financiera, firma que realiza un seguimiento constante a las principales variables de la economía, señalan que “en 2018 la tasa anual de inflación superará los 4 millones por ciento”. Ecoanalítica espera un salto de 4,6 millones y el último reporte de FocusEconomics registra que Barclays pronostica 1 millón por ciento y Fitch 1,1 millones.
José Manuel Puente, economista y profesor de la Universidad de Oxford, afirma que los precios seguirán en alza durante los meses que restan de este año porque el Banco Central continuará creando dinero para financiar al gobierno, algo que desequilibra por completo la oferta y la demanda.
“El gobierno aumentó los impuestos, pero no hizo ningún ajuste en el lado del gasto, de hecho, lo elevó considerablemente catapultando el salario mínimo, entonces incrementó el déficit fiscal que cubre con creación de dinero, por eso la hiperinflación va a continuar”, dice Puente.
Agrega que "junto a la devaluación en el mercado oficial el dólar se disparó en más de 100% en el mercado negro y allí la moneda va a continuar devaluándose, esto seguirá afectando el precio de una amplia gama de productos porque empresas y comercios utilizan esta cotización para calcular costos de reposición".
Gabriela Rengifo indica que “cuando anunciaron ese aumento del salario mínimo yo sabía que no podía ser verdad que de la noche a la mañana te iba a sobrar la plata. Ya cobré mi primera quincena y no alcanza para nada porque todo subió, mis hijos están mal alimentados, no puedo darles leche o carne, lo que más comemos es arroz”.
Al momento del anuncio el nuevo salario mínimo equivalía a 30 dólares, pero en cuatro semanas se encogió hasta 16 dólares de acuerdo al tipo de cambio del mercado negro.
El desabastecimiento
Mujeres recorren con desazón el laberinto de pasillos del mercado de Quinta Crespo, un edificio de 1951 donde los precios suelen ser más bajos que en el resto del comercio. " No hay carne, ni pasta, tampoco se consigue azúcar ni harina para las arepas y el poco pollo que llegó se acabó, hice una cola de una hora para nada", dice Leticia Ortiz quien trabaja limpiando apartamentos.
En las cuadras que bordean al mercado vendedores informales conocidos como "bachaqueros”"ofrecen los productos que no están en los anaqueles, pero deben ser pagados en efectivo y a precios superiores a los fijados por el gobierno.
“Según el gobierno el kilo de harina para las arepas debería costar 20 bolívares, pero en el mercado no hay. Los bachaqueros lo venden en efectivo a 38 bolívares, yo no tengo esa cantidad, me voy sin nada”, dice Leticia Ortiz.
El gobierno acompañó las medidas económicas con la publicación en Gaceta Oficial del precio que deben tener 25 alimentos básicos. En teoría los números surgieron de común acuerdo con los empresarios, pero en una importante cantidad de rubros las empresas no pueden cubrir sus costos y los comercios no tienen margen de ganancia. El resultado es desabastecimiento en los canales formales y reventa en el mercado negro a precios superiores al regulado.
El pasado 18 de agosto Nicolás Maduro itió que "en la línea de abastecimiento y precios respetados y acordados ha habido perturbación y estamos en esa batalla diaria en todos los municipios y estados del país".
El caso más notorio es el de la carne de res que ha desaparecido por completo de las carnicerías y mercados. Los ganaderos afirman que al precio regulado les es imposible mantener la rentabilidad y advierten que de no haber un ajuste se verán forzados a sacrificar las reses.
“Un kilo de carne a nivel internacional debe estar alrededor de tres dólares. Nosotros estamos pidiendo que se nos reconozca por lo menos un dólar para poder seguir sobreviviendo y dejar de matar el rebaño nacional que todavía es útil al país”, explicó Armando Chacín quien preside la asociación de ganaderos.
Cierre de comercios
En avenidas emblemáticas de Caracas es visible la cantidad de zapaterías, peluquerías y tiendas de ropa que desde el anuncio del Programa de Recuperación Económica permanecen cerradas. María Carolina Uzcátegui, presidenta de Consecomercio, el gremio que agrupa a los comerciantes privados, explica que “no tenemos cifras precisas, pero en la gran mayoría de los estados del país hay cierres en magnitudes importantes, por ejemplo, en Falcón se habla de 35% de los comercios”.
“Hay quienes han cerrado de manera definitiva y otros que están a la expectativa. El aumento del salario tuvo un impacto inmediato, pero además hay efecto retroactivo en los pasivos laborales, prestaciones, vacaciones, el nuevo peso de la carga laboral se convirtió en un costo muy difícil de manejar, sobre todo en comercios pequeños donde los márgenes de ganancia estaban muy ajustados”, dice María Carolina Uzcátegui.
Otro elemento a considerar es que las nuevas reglas en materia de impuestos obligan a pagar los tributos al cierre de cada semana, mientras que la hiperinflación catapulta el costo de reponer la mercancía al final de mes, algo que ha comenzado a erosionar rápidamente el capital de trabajo.
Gilberto Fernández tiene una pequeña zapatería y prefiere no decir la ubicación por temor a represalias. Explica que “no he abierto desde que anunciaron las medidas porque no sé qué va a ocurrir. El dólar sigue subiendo en el mercado negro y es a ese precio que los proveedores te traen mercancía. ¿Nos van a obligar a rebajar los precios? ¿Van a seguir subiendo el salario como ya lo hicieron? Estoy pensando qué hacer”.
El impacto en el comercio amenaza con profundizar la parálisis de la economía que acumula 18 trimestres consecutivos de caída en un entorno donde la sequía de divisas ha dejado a las empresas sin materia prima. El 96% de los dólares que ingresan al país provienen de las exportaciones de petróleo y la cantidad de barriles que se extrae diariamente en Venezuela ha descendido 42% respecto a 2015.
En este entorno, Focus Economics indica que Barclays Capital proyecta que este año el PIB caerá 18,7%, Novo Banco 15% y JP Morgan 10%.
José Manuel Puente advierte que “todo lo malo que tenía la economía venezolana va a continuar, pero peor. El ciclo recesivo e inflacionario se va a agudizar y el desabastecimiento va a seguir creciendo. Lamentablemente todo se va a poner muy caro y quienes tengan algo de dinero en el bolsillo van a conseguir muy poco para comprar”.