Escobar se entregó entonces como parte de un acuerdo con el entonces presidente César Gaviria. A cambio de no ser extraditado a Estados Unidos, accedió a ponerse en manos de la justicia colombiana o al menos fingió hacerlo, pues allí seguía controlando su emporio y gozaba de privilegio que no tenía ningún otro recluso. FILES/AFP via Getty Images
Lo que debía ser una cárcel para el jefe del Cartel de Medellín se convirtió en un gigantesco complejo para bandidos, con vista privilegiada sobre la ciudad y todo tipo de lujos. En lugar de celdas y barrotes, el recinto contaba con amplias habitaciones, salas de juego y gimnasio, además una catarata natural y cancha de fútbol, que en algún momento funcionó como helipuerto. En la imagen: el dormitorio de Pablo Escobar en la prisión. Crédito: ASSOCIATED PRESS
Año y medio después de haber ingresado al penal, tras el escándalo creciente en país por las condiciones en que vivía el capo en la cárcel, el gobierno hizo amagos de cambiarlo a un penal miltiar peo Escobar se adelantó y se fugó de La Catedral, tras retener a un viceministro de Justicia, un oscuro y bochornoso episodio para el Gobierno de la época. Crédito: RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images
Hoy, en ese lugar quedan pocos vestigios de aquella prisión. Actualmente es un espacio en el que se tejen distintos relatos muy distintos entre sí, entre imágenes religiosas, placas con oraciones y algunas fotografías del que llegó a ser el narcotraficante más buscado del mundo, quien aparece junto a la leyenda: "Quien no conoce su historia está condenado a repetirla". Crédito: RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images
Allí funciona ahora la Fundación Monástica San Benito Abad, manejada por monjes benedictinos, encargados del asilo, de un monasterio y de una iglesia a donde acuden los feligreses a orar, en contraste con las visitas de nacionales y extranjeros que van tras un pedazo de la historia de Escobar. Crédito: Luis Eduardo Noriega A./EFE
El trabajador advierte que los guías que a diario llegan con nutridos grupos de turistas "les dicen muchas mentiras". Esa opinión la refuerzan los carteles, con textos en español e inglés, que mandó a instalar el padre Elkin Ramiro Vélez, director de la fundación y del monasterio. Crédito: Luis Eduardo Noriega A./EFE
"Acá ya no existe nada de la funesta época que nos tocó vivir. Lo que usted ve fue construido con mucho sacrificio por parte del monje . No los engañe y ojalá no se deje engañar. Estos espacios no hacen parte del narcoturismo. Por favor, déjenos en paz", dice el mensaje más extenso, ubicado al inicio de un corredor, en el que sobresale una estatua de San Miguel Arcángel. Crédito: RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images
Para llegar hasta la antigua cárcel de La Catedral hay que tomar una empinada carretera y subir por un paraje rural, donde algunos habitantes se transportan a caballo y es normal toparse con deportistas que en bicicleta o trotando hacen un ascenso de unas 6 millas (10 kilómetros). Crédito: Luis Eduardo Noriega A./EFE
Historias de ese tipo las cuenta este hombre, junto a su camioneta estacionada en la entrada del refugio, y que le sirve de tienda. Con la puerta trasera abierta, exhibe su mercanía: camisetas con la cara de Escobar, la frase "Se busca" y la recompensa que ofrecían. "Esto salía en televisión, era lo que ofrecían por Pablo", les dice, y les cuenta supuestas historias vividas cuadno estuvo "escondido con 'El Patrón'".
En video: Gilberto Rodríguez Orejuela, apodado 'El Ajedrecista', fue cofundador del Cartel de Cali, en Colombia, y por años exportó cocaína a Estados Unidos antes de su detención en 1995 y posterior extradición en 2004. Este capo, que rivalizó por mucho tiempo con Pablo Escobar, cumplía una condena en una cárcel de Carolina del Norte y falleció tras sufrir un linfoma cerebral. Lee aquí más información sobre la muerte de Gilberto Rodríguez Orejuela en una prisión de Estados Unidos.