Tras orquestar el secuestro de dos marinos mexicanos en 2021, Cristian Fernando Gutiérrez Ochoa fingió su muerte y se escondió en una lujosa casa en California, donde vivía con la hija de su patrón, Nemesio Oseguera Cervantes, jefe del Cartel de Jalisco. La DEA descubrió que el capo había asumido otra identidad y lo arrestó.