Conoce el buggy que dejamos abandonado en la luna

Hoy 26 de julio, se cumplen 46 años del lanzamiento del la misión espacial Apolo 15. La cápsula que aterrizó en la luna el 31 de julio de 1971, no solo llevaba en su interior a los astronautas David R. Scott, Alfred M. Worden y James B. Irwin, sino también transportó el primer vehículo lunar errante (LRV por sus siglas en inglés), el cual fue bautizado por el público como el buggy lunar.
El buggy lunar fue desarrollado por Boeing a un costo de 38 millones de dólares, el equivalente en 1971 a 157,636 millones de dólares de hoy en día. Por esa cantidad NASA obtuvo cuatro vehículos utilizados en las misiones Apolo 15, Apolo 16 y Apolo 17. El cuarto vehículo no fue utilizado debido a la cancelación del programa de exploración lunar.
Para los estándares actuales, el buggy lunar o rover como era conocido también, era un vehículo eléctrico bastante básico. Su energía estaba almacenada en dos baterías de oxido de plata de 121 A.H (amperio hora) cada una, para una capacidad total equivalente a la de 14 baterías de automóvil regular, lo que le otorgaba una autonomía aproximada de 22.3 millas por carga. Su velocidad máxima era de 14 millas por hora.
Su potencia total era de un solo caballo de fuerza, generado por cuatro motores de 0.25 caballos cada uno. Lo que en apariencia parecería poca fuerza, era más que suficiente en un ambiente donde los objetos pesan apenas un sexto de lo que pesan en la tierra, especialmente cuando consideramos que el peso del rover en la tierra era de apenas 460 libras. La estructura del buggy lunar era capaz de soportar hasta 1.080 libras de peso (180 en la luna) lo cual era muy necesario para transportar los voluminosos equipos que necesitaban los astronautas para cumplir con su misión. El vehículo tenía una altura de 3.6 pies, medía 10 pies de largo y contaba con una distancia entre ejes de 7.5 pies
Aunque el diseño básico y la construcción final de los vehículos estuvo a cargo de Boeing, los laboratorios de investigación y defensa de General Motors tuvieron una gran participación en el proyecto, ya que les encargaron el suministro de las ruedas, motores y suspensión del vehículo. Su estructura estaba compuesta por tubos de la ‘aleación de aluminio 2219’ (notoria por su resistencia) soldada en un chasis de tres partes con bisagras en el medio para poder plegar el vehículo y guardarlo en la bodega del modulo lunar. Sus asientos estaban compuestos también por una estructura de tubos de aluminio con malla de nailon. La dirección del rover era eléctrica y movía las 4 ruedas.
El 31 de julio de 1971, 4 días después del lanzamiento, el rover puso sus ruedas por primera vez sobre la luna permitiendo a los astronautas explorar más superficie de la que las caminatas les habían permitido a las misiones previas. El pequeño paso al que se refirió Neil Armstrong se había convertido, tres años más tarde, en un cómodo paseo sobre ruedas. En sus tres días de operación, el primer buggy lunar recorrió una distancia total de 17.25 millas en 182 minutos, alejándose en su trayecto más largo un total de 3.1 millas del módulo lunar.
Tanto el primer buggy lunar como los dos otros rovers que viajaron a la luna en las misiones Apolo 16 y Apolo 17, más los dos vehículos de operación remota enviados por la Unión Soviética, conforman hoy el primer montón de chatarra generada por el ser umano localizado fuera del planeta tierra.
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