La pugna entre células del cártel de los Beltrán Leyva recrudece la violencia en el estado de Guerrero

Ciudad de México.- Una pugna entre Los Ardillos y Los Jefes, dos células que pertenecieron al cártel de los Beltrán Leyva, ha recrudecido la violencia en el sureño estado mexicano de Guerrero.
En lo que va de esta semana, en la región central de Guerrero se han perpetrado más de 20 asesinatos y han sido halladas 18 bolsas plásticas con cadáveres desmembrados. Solo la madrugada de este jueves, la Fiscalía encontró un automóvil con cinco personas calcinadas en su interior en el municipio de Chialapa, luego de que una llamada de emergencia al 911 alertó a las autoridades.
Una pugna entre las bandas criminales de Los Ardillos y Los Jefes (antes denominados Los Rojos), enfrentados para no extinguirse ante el debilitamiento del cártel de los Beltrán Leyva, es la causa de estos últimos incidentes violentos, dijo una fuente de la Fiscalía estatal a la agencia EFE.
"En Guerrero no existe un control del narco, todo mundo está peleando con todo mundo. Cuando se fortaleció la militarización en 2014, luego del caso Ayotzinapa, se fragmentaron todos los cárteles de forma espantonsa. Cuando llegó como gobernador Héctor Astudillo hubo una pelea por el control, pero ahora nadie controla nada y por eso vemos todo tipo de células peleándose entre sí", explicó a Univision Noticias Francisco Cruz, autor del libro La Guerra que nos ocultan y quien ha documentado zonas conflictivas de Guerrero.
" Lo que sucede con cáda célula, banda o grupo, es que están tratando de prevalecer. Es difícil saber cuántas bandas hay, incluso hay bandas de pillaje narco que están tratando de recoger todo lo que dejan los enfrentamientos", detalló Cruz.
Una pugna que se remonta al 2014
Los Ardillos y Los Rojos pertenecían al cártel de los Beltrán Leyva, según información de inteligencia de 2016 a la que obtuvo Univision Noticias vía Ley de Transparencia.
Ese cártel fue fundado por los hermanos Arturo, Alfredo, Héctor y Carlos Beltrán Leyva. De ellos, los tres últimos fueron detenidos y el primero fue asesinado en un enfrentamiento contra marinos en 2009. En los últimos cinco años han ido surgiendo nuevos líderes, pero también han sido arrestados o han fallecido.
Hacia 2016, los Ardillos se concentraron en la región montañosa y en una parte del centro de Guerrero. Su bastión es el municipio de Chilapa, por donde atraviesa la amapola que se siembra en las zonas altas.
Mientras tanto, Los Rojos se enfocaban en el norte del estado, aunque con algo de presencia en la región central.
La pugna entre las dos bandas se remonta a fines de 2014, cuando medios de comunicación comenzaron a reportarla. En noviembre de 2014, por ejemplo, hubo un enfrentamiento en el municipio de Chilapa, pero cuando las autoridades llegaron solo encontraron armas y casquillos percutidos. Horas después, 11 cuerpos decapitados por Los Rojos fueron abandonados en una carretera de ese municipio junto a un mensaje dirigido a Los Ardillos.
Fue para mayo de 2015 que Los Ardillos lograron el control de Chilapa.
"Los Ardillos asumieron el control de la cabecera municipal ante la inacción de militares y policías federales y estatales. Al menos 30 personas fueron privadas de su libertad, pero sólo se denunciaron ante la autoridad ministerial 16 casos", publicó ese año el semanario Proceso.
Guerrero es golpeado por la violencia de las células delictivas pertenecientes a tres cárteles: La Familia Michoacana, que mantuvo su presencia en 2016 con su célula 'desertora' Guerreros Unidos o Nueva Empresa; el cártel de los Beltrán Leyva, operado por Los Granados, Los Rojos, Los Ardillos y el cártel Independiente de Acapulco' y el cártel Jalisco Nueva Generación.
El estado no solamente cuenta con una zona montañosa idónea para la siembra de amapola o marihuana, sino que también es rico en yacimientos de oro, uranio y titanio. Tanto la producción de droga como la minería son dos de los negocios por los que pelean los grupos del crimen organizado.
En enero de este año se registraron 165 homicidios en Guerrero, cifra similar a las 166 ejecuciones del mismo mes del año pasado.
Es el estado con la mayor tasa de homicidios del país, con 2,213 casos asesinatos en 2016. Estos a pesar de que han sido apostado allí 14,000 elementos del Ejército y de la Marina.