2017: el año en que más rascacielos se construyeron en el mundo

Cuando finalmente se completó el Centro Financiero Pin An este año, fue un hito que marcó el pico de la obsesión con los rascacielos de la ciudad de Shenzhen, en China. Con una altura de 1,965 pies (555 metros), la elegante construcción de 115 plantas es el segundo edificio más alto en China y el cuarto más alto del mundo. A su vez, fue el más elevado construído este año, el que ha estado marcado por un boom de los rascacielos.
En todo el mundo se concretó una cantidad asombrosa de 144 nuevas torres de más de 200 metros (660 pies). Se trata de más rascacielos de esta altura que en cualquier año, según indica un reporte del Council on Tall Buildings and Urban Habitat. Esto incluye 15 de los calificados como ‘superaltos’, es decir, los que llegan al menos 300 metros (980 pies) de altura.
En 2017 también creció la cantidad de ciudades con este tipo de torres. Desde Shenzhen y Yakarta a la Ciudad de Nueva York e incluso Pyongyang, en Corea del Norte, 69 ciudades erigieron por lo menos un rascacielos este año (en comparación con 54 ciudades en 2016).
En celeste, la cantidad de ciudades que han completado edificios superiores a los 200 metros de altura. En azul, la cantidad de países que ostentan ese record.
Durante el décimo año seguido, China encabeza la lista en cuanto a cantidad de edificios: el país ha construido a más de la mitad de los últimos rascacielos concluídos, los que se localizan en 35 de sus ciudades. Sólo Shenzhen ha completado una docena, seguido por Nanning con siete rascacielos y Chengdu con cinco. Cabe notar que muchos de estos edificios han surgido en pueblos más pequeños como Dalian, Dongguan y Suzhóu, los cuales han sido catalogados por China como “las nuevas ciudades de primer nivel” con la esperanza de incrementar las inversiones y la actividad económica en sus áreas menos pobladas.
La obsesión de este país con los rascacielos es un reflejo de su urbanización rápida a medida que experimenta la migración humana más grande de la historia, según indican los investigadores. También es el resultado del cambio de China hacia la arquitectura moderna, el cual empezó a principios de la década de 2000. Pero a pesar de todos los esfuerzos del gobierno de atraer a los inquilinos con rascacielos elegantes y comodidades de alta tecnología, economistas e inversionistas han advertido sobre la existencia de una potencial burbuja inmobiliaria. Algunos de los edificios más lujosos en las megaciudades de China —como la Torre Shanghái, la más alta del país, construida el año pasado— están mayormente vacíos. Y en las llamadas ‘ciudades fantasma’ no resulta poco común que filas y filas de rascacielos estén totalmente vacíos.
Este gráfico muestra la cantidad de rascacielos construidos por país en 2017: en azul, el número total de edificios. En gris se ve la sumatoria de sus alturas. (Council on Tall Buildings and Urban Habitat)
Mientras tanto, África está recién empezando a seguir la tendencia de los edificios de gran altura. El más reciente —y el primer— rascacielos en África que llegó a ser incluido en la lista anual del Council on Tall Buildings and Urban Habitat fue la Torre Britam en Nairobi, Kenia. Con una altura de poco más de 200 metros, esta torre de oficinas es la más alta en este país del África oriental y el segundo edificio más alto en toda África. Según el criterio del Council on Tall Buildings and Urban Habitat, este también es el primer rascacielos del continente desde 1973, año en que el Centro Carleton —con 223 metros de altura— fue completado en Johannesburgo, Sudáfrica. Pero vienen muchos más por el camino. África tiene la población de más rápido crecimiento del mundo: las Naciones Unidas pronostica que, para 2050, los africanos constituirán más de la mitad de los 2,200 millones de personas que se agregarán a la población global. A esa altura África quizás ya habrá añadido varios rascacielos nuevos a la lista mundial. En Kenia, ya empezó la construcción de un hotel de 300 metros, que superará al Centro Carleton en altura. Se espera que ese proyecto esté listo en 2019. Y Marruecos también podría tener un nuevo rascacielos, si se concreta la Torre Al Noor, un edificio multiuso de 250 metros. En mayo 2017 la corporación estatal de construcción ferroviaria de la China anunció que había hecho la oferta ganadora durante el proceso de licitación de construcción del edificio.
Johan Smith / Council on Tall Buildings and Urban Habitat
Sin embargo, algunos proyectos quizás resulten demasiado ambiciosos. Ghana todavía está considerando una torre de oficinas de 270 metros para su próxima ciudad tecnológica pero la construcción aún no ha comenzado, a pesar de una fiesta lujosa de lanzamiento en 2013. Y la ciudad de Gauteng, en Sudáfrica, ha planeado un enorme edificio de 447 metros (1,466 pies), llamado Symbio-City, pero su construcción tampoco ha comenzado.
También existe la preocupación de que al final estos nuevos proyectos no serán mucho más que fantasías urbanas que no lleguen a cumplir con las necesidades del mercado africano. Primero que nada —según explica un planificador urbano en la Ciudad del Cabo— la mayor parte de la población urbana de África sigue viviendo en la pobreza. Lo que realmente se necesita son servicios públicos: mejores vías y opciones para el transporte público, así como infraestructura para el agua y los servicios de saneamiento.
A pesar de todo esto, África se ha unido a la carrera global hasta la cima, una carrera que ni remotamente se haya terminado. De hecho, podemos esperar que en 2018 se establezca otra marca: el reporte del Council on Tall Buildings and Urban Habitat proyecta que unos 160 rascacielos se completen el año que viene.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.