¿Regresarán a casa los puertorriqueños después del huracán María?

Incluso antes de que esta devastadora temporada de huracanes dejara su huella sobre de Puerto Rico, el equipo de demógrafos con quienes trabajo en la Universidad Estatal de Pennsylvania y el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico habían pronosticado que la población de la llamada ‘isla del encanto’ se reduciría en las próximas décadas. ¿Aceleraron, Irma y María, esta tendencia?
Ralentizar el declive poblacional es una cuestión central en el plan de recuperación económica redactado por el gobierno insular en marzo del presente año. Si la emigración desde la isla se intensifica, es probable que el gobierno local afronte desafíos incluso mayores para cumplimentar las metas previstas.
Datos preliminares tomados del Estudio de la Diáspora Puertorriqueña, que recientemente concluí, pueden ayudar a sopesar mejor las probabilidades de que muchos boricuas, salidos de la isla, regresen a casa y a conocer cómo muchos otros se han ido para siempre.
Buscando refugio
Durante los dos meses que siguieron a la llegada de María, los oriundos de la isla han abandonado sus hogares en proporciones no vistas con anterioridad. Datos de vuelos comerciales recientes indican que entre el 20 de septiembre, el día que María tocó tierra, y el 7 de noviembre, cerca de 100,000 personas volaron desde la isla. Esa cifra excede las 89,000 personas que la abandonaron durante todo 2015, y se incrementa día a día.
La falta de a la electricidad, al agua potable y a la atención médica está prácticamente empujando a la gente a salir. Recientes pronósticos migratorios, realizados por el Centro de Estudios sobre Puerto Rico de la Universidad de la Ciudad de Nueva York sugieren que, a causa del huracán María , la isla puede perder hasta 470,335 residentes, o un 14% de su población actual, hacia 2020. Esto representaría el doble en términos de emigración si se comparara con los años anteriores.
Encuestando a la diáspora
Mi encuesta está encaminada a recabar información de los puertorriqueños en Estados Unidos acerca de sus familiares que permanecen en la isla. Esta se aplicó del 17 de octubre al 13 de noviembre. Más de 6,000 personas la completaron.
Empleé una técnica de reclutamiento apoyándome en las redes sociales y usando mensajes dirigidos a mi público meta: los boricuas en Estados Unidos. Gracias a la ayuda de organizaciones que asisten a puertorriqueños y latinos en todo el país fue que se pudo materializar el reclutamiento. Asimismo, los sondeados usaron las redes sociales para amplificar la iniciativa.
Se les preguntó sobre las intenciones de sus parientes o amigos que han emigrado o que tienen planes de hacerlo.
Las estadísticas ilustran que algunos inmigrantes puertorriqueños tienen planes de establecerse de forma permanente en Estados Unidos, si bien otros han decidido quedarse solo provisionalmente. Sin embargo, hay un tercer grupo que está indeciso, esperando ver cómo se repone su terruño. Este tercer grupo es extenso, representando al menos la mitad de quienes se espera que dejen Puerto Rico antes de 2020, es decir, entre 131,925 y 245,186.
El retorno a la normalidad en materia de electricidad, agua potable y otros servicios básicos pudiera ser crucial a la hora de reducir la emigración definitiva desde Puerto Rico. Eso, a cambio, contribuiría a estabilizar la población total de la isla y permitiría que el gobierno completara con éxito los propósitos del plan de recuperación económica.
¿Qué sigue?
Ayudar a regresar a los puertorriqueños no solo será de provecho para la isla, pues aliviaría también la situación en territorio continental.
Los puertorriqueños que permanecen en Florida y otros estados constituirán un desafío para los gobiernos locales y estatales en Estados Unidos. Esta población requerirá servicios públicos como educación, atención médica y vivienda. Florida ya está lidiando con el aumento del número de estudiantes, y con el contrato de profesores de Puerto Rico para dar una mejor respuesta a la nueva población boricua. Pero tanto el llamado Sunshine State como ciudades del estado de Nueva York han comenzado a contribuir con viviendas para los desplazados de Puerto Rico.
Si no se revierte este patrón, el influjo de boricuas transformará el perfil demográfico de las áreas donde se establezcan y producirá modificaciones en los mercados de fuerza de trabajo y empleo. De hecho, pudieran trastocar el perfil político de los votantes que participan en las elecciones de mitad de legislatura y, por qué no, en las futuras presidenciales.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en The Conversation.