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CityLab Política

El Estados Unidos rural está pasando hambre

La inseguridad alimenticia es más común en condados rurales sureños, los cuales a menudo carecen de redes robustas para cumplir con sus necesidades.
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11 May 2017 – 06:16 PM EDT
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Los desiertos alimentarios y el a la comida son un grave problema en el sur del país. Crédito: Rhona Wise/AFP/Getty Images

En el condado Jefferson, en Mississippi, viven unas 7,297 personas y 2,870 de ellas están pasando hambre. El índice de inseguridad alimenticia del condado está en un 38% y es el más alto del país, según indica el reporte Map the Meal Gap (Mapeando la Brecha Alimenticia).

El reporte fue publicado la semana pasada por Feeding America (Alimentando a EEUU), una organización dedicada a la ayuda alimentaria. Coteja datos del Departamento de Agricultura de EEUU, de la Oficina del Censo, de la Oficina de Estadísticas Laborales y de la actual Encuesta Poblacional para ir armando un cuadro de la inseguridad alimenticia a nivel estatal y de los condados. Un mapa interactivo rastrea el porcentaje de casas con inseguridad alimenticia, el costo promedio de una comida, el derecho de los residentes de participar en programas de asistencia y la enorme cantidad de dinero que se requeriría para cerrar la brecha entre las comidas que las familias necesitan y lo que ellas pueden costear. A nivel nacional, los individuos con inseguridad alimenticia están aproximadamente unos 17.38 dólares por debajo de la cantidad que necesitan para cumplir con sus necesidades nutricionales mínimas cada semana.

Más allá de dónde se analice en Estados Unidos, los datos hacen eco de un hallazgo familiar: algún grado de inseguridad alimenticia transciende casi todas las categorías demográficas. La inseguridad alimenticia es particularmente perniciosa en EEUU rural y particularmente en condados sureños. De los condados estadounidenses con los índices más altos de inseguridad alimenticia, un 76% son rurales y un 89% están en el Sur. Once de los 82 condados en Misisipi tienen índices de inseguridad alimenticia mayores de un 30%.

La inseguridad alimenticia es común en el condado Jefferson, Misisipi,
el cual tiene el mayor índice en EEUU. (Map the Meal Gap)

La relación entre geografía y hambre es influenciada por un grupo de factores, entre ellos ingresos familiares y desempleo. A partir del último censo, el ingreso familiar medio en el condado Jefferson —cuya población es predominantemente afroestadounidense— era de 18,447 dólares.

También hay buenas noticias en el reporte. La cantidad total de estadounidenses con inseguridad alimenticia ha ido bajando: desde 50 millones en 2009 disminuyó a 42 millones en 2015, el año más reciente para el cual hay datos disponibles. Pero la infraestructura para aliviar el hambre aún ha tenido dificultades para mantenerse a la par de la necesidad, particularmente en áreas rurales y suburbanas.

Así es el caso en el condado Rockland, en Nueva York. Tal como Henry Grabar escribió para CityLab en 2016, recientemente este condado pudiente que queda al norte de la Ciudad de Nueva York ha experimentado ingresos en declive y un aumento en la inseguridad alimenticia. El índice aún es relativamente bajo —un 9.5%, según el reporte Map the Meal Gap— pero los bancos existentes de alimentos han experimentado un auge en la demanda. Una organización local que estaba atendiendo a 4,000 residentes en 2008 terminó atendiendo a 15,000 en 2016. Aproximadamente un cuarto de esas personas están conduciendo al condado desde pueblos que quedan a unas cuantas millas de distancia.

El condado Rockland en Nueva York tiene un índice bastante bajo de inseguridad alimenticia pero la necesidad ha surgido en años recientes (Map the Meal Gap).

“Están todos los problemas del hambre urbano y luego la distancia física y los problemas de que por lo general son menos problemáticos en áreas urbanas compactos”, dijo Joel Berg, director de la New York City Coalition Against Hunger y nativo de Rockland. En ciudades densas es posible caminar hasta los bancos alimenticios o llegar a ellos mediante el transporte público. En cambio, las áreas rurales quizás tengan recursos muy extendidos que se encuentran a millas de distancia de los residentes que los buscan.

Para salvar esa distancia, Rockland —al igual que otros enclaves— está experimentando con distribuir la comida mediante una furgoneta de reparto. Propuestas tales como First Class Meal — un plan para reimaginar a las oficinas cerradas del correo como centros para el almacenaje y distribución de alimentos alrededor de Los Ángeles— también están buscando soluciones que llevarían a los alimentos donados directamente a las familias que los necesitan. Sin embargo, por ahora esa necesidad persiste.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.

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