Tim Kaine, un auténtico urbanista

El senador Tim Kaine de Virginia será sometido a un minucioso escrutinio en todos los aspectos, incluyendo su postura sobre el control de armas, el aborto y el comercio mundial. Los tertulianos también considerarán cómo encaja en la estrategia política de esta estridente contienda, así como el interés que por él demuestren los votantes de clase obrera en un estado púrpura, es decir, un estado que no está vinculado necesariamente a un partido.
Pero el compañero de fórmula de Hillary Clinton se destaca por algo que muchos no conocen: es un urbanista.
Al igual que el secretario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por sus siglas en inglés) Julián Castro, quien también fue analizado para posiblemente ser el vicepresidente de Clinton, Kaine fue alcalde, y adquirió toda la mecánica urbana propia de ese trabajo. Llegó a ser director general de la ciudad de Richmond, luego de obtener su título universitario en la Escuela de Derecho de Harvard, donde se enfocó en la vivienda justa, y ganó un caso judicial contra la compañía de seguros Nationwide por prácticas discriminatorias.
Pero fue en la oficina estatal donde reunió un historial que debe despertar el interés de cualquier persona a quien le interesen las ciudades. En un estado conocido por su extenso desarrollo suburbano convencional —remotas subdivisiones unifamiliares y laberínticos parques de oficinas corporativas— Kaine se convirtió en una especie de cruzado contra la expansión suburbana.
Fue uno de los gobernadores que apoyó la causa de un crecimiento inteligente a comienzos de este siglo, junto a Arnold Schwarzenegger (California), Janet Napolitano (Arizona), Christine Todd Whitman (Nueva Jersey), Angus King (Maine), Mitt Romney (Massachusetts) y, por supuesto, el gobernador de Maryland, Parris Glendening.
A través de una lenta evolución de su pensamiento, en la cual se distanció de la idea de construir nuevas carreteras y arterias de ocho carriles, Kaine habló sobre nuevos enfoques en cuanto al transporte que estuvieran más integrados con el uso sostenible de la tierra: aumentar las opciones para incluir el transporte público, los ciclistas y los peatones. Incómodo por la devastación de las tierras agrícolas y y las zonas rurales de Virginia, impulsó una iniciativa de adquisición de espacios abiertos por valor de 100 millones de dólares.
Más recientemente, Kaine tuvo una contribución importante en propiciar la notable transformación de Tysons Corner, de frío símbolo de "edge city" (área urbana relativamente grande situada fuera del centro de una ciudad y que concentra centros de negocios, entretenimiento y tiendas) a polo de desarrollo orientado al tránsito. Kaine favorecía la construcción de un túnel para la extensión del Metro de Washington hasta el lugar, lo cual posiblemente revitalizaría aún más la zona (aunque, al parecer, bromeó sobre la feroz defensa de los "hombres topo" durante el debate sobre si construir la extensión del metro bajo tierra o en la superficie).
Como señaló el grupo de defensa Smart Growth America cuando fue nombrado presidente del Comité Nacional Demócrata, Kaine siente aprecio por el diseño urbano. Invitó al Governor’s Institute on Community Design a Virginia para "una de las primeras sesiones de planificación y políticas a puerta cerrada con un gobernador y su personal", dice la SGA (Student Government Association).
Conocí a Kaine poco después de publicar un libro sobre la expansión suburbana, y había pasado del Boston Globe a la oficina de crecimiento inteligente de Mitt Romney en Massachusetts. El estado de Virginia estaba interesado en la iniciativa organizacional de Romney para coordinar las agencias estatales involucradas en el crecimiento y desarrollo — transporte, vivienda, medioambiente, energía, y desarrollo económico—, la que finalmente fue adoptada en una asociación federal de tres departamentos (Transporte, Medioambienve y Vivienda) durante el mandato del presidente Obama.
Kaine sabía de mi libro y rápidamente me lanzó algunas bromas de analista político. Frente a mí estaba un hombre cuyos ojos se iluminaban al mencionar las regulaciones sobre uso de suelo, el tipo de gente que me cae bien. También fue agradable y modesto, una observación que desde entonces he escuchado a muchos otros repetir.
En el mundo tumultuoso de las políticas territoriales, existe la posibilidad de que la campaña Trump-Pence o personas relacionadas con el candidato republicano utilicen el apoyo de Kaine al crecimiento inteligente en su contra. Durante muchos años, se ha desarrollado cierto argumento en contra de la densidad, el cual ha sido expresado en las protestas del Tea Party en las reuniones de planificación local. Un fervor por los derechos de propiedad y la resistencia asociada a la planificación, presente a raíz del caso de la Corte Suprema de Estados Unidos Kelo contra New London (donde dicha ciudad triunfó sobre un puñado de residentes para tomar un terreno que nunca se usó par nada), es también parte de esa rebelión.
Al igual que Glendening y Romney, quien es republicano, Kaine no hizo mucho énfasis en los límites del crecimiento urbano como incentivos para diversas opciones de crecimiento y desarrollo. En términos generales, estar a favor del desarrollo sostenible actualmente es inherente a una postura ambiental post carbono: intentar disminuir el cambio climático, reducir las emisiones mediante medios de transporte alternativos (lo cual es posible gracias a mejores patrones de uso de suelo), favorecer el uso de las energías eólica y solar. Probablemente nada de eso será bien recibido por una candidatura republicana que pide la abolición de la agencia medioambiental EPA.
Es destacado que ambos partidos estén celebrando sus convenciones en ciudades agobiadas, pero hasta el momento ninguno ha hecho mucha referencia a la política urbana. Ahora en Tim Kaine tenemos a una persona del ámbito nacional que es una eminencia en la materia.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.