“Me sentía sucia”: cómo tres hermanas mexicanas se volvieron ‘esclavas sexuales’ de la secta NXIVM
Daniela tenía 16 años cuando su padre le regaló en 2002 un curso de superación personal que impartió el grupo NXIVM en Monterrey, cerca de la ciudad donde vive su adinerada familia. Así conoció al gurú de autoayuda Keith Raniere, sin saber que terminaría dentro de una secta secreta, confinada en un cuarto por casi dos años y con el remordimiento de haber reclutado a sus dos hermanas adolescentes, quienes supuestamente fueron abusadas sexualmente por el líder del culto.
“Lamento profundamente no haber sacado a mi hermana en ese momento”, expresó Daniela, quien confesó que ella misma llevó a sus familiares, entonces de 15 y 16 años, hasta las garras de Raniere, quien presuntamente las violó mientras estaban en la sede del grupo en Albany, Nueva York.
El testimonio de Daniela se escuchó este jueves en la corte federal de Brooklyn, donde se realiza un juicio contra Raniere, quien ha sido acusado de tráfico sexual, pornografía infantil, trabajo forzoso, crimen organizado y otros delitos graves.
La Fiscalía federal alega que él usó a su organización para ocultar una hermandad secreta llamada DOS en la cual las mujeres eran obligadas a tener relaciones sexuales con él, seguir dietas estrictas, obedecer cada una de sus órdenes y no decir nada. Las consideraban “esclavas sexuales” y hasta les exigían marcarse las iniciales del guía espiritual, KR, en sus cuerpos, de acuerdo con las autoridades.
Este influyente gurú al cual catalogaban como "el hombre más inteligente del mundo" podría pasar el resto de su vida tras las rejas si es encontrado culpable.
Daniela, cuyo nombre completo no fue revelado por los fiscales por razones de privacidad, relató que abandonó sus planes de estudiar la preparatoria en Suiza para unirse al grupo NXIVM con el apoyo de sus padres. Le convenció la “misión” romántica de cambiar el mundo y su enfoque científico. Le interesaba seguir un sendero hacia el crecimiento personal, como le prometieron.
México es el segundo país donde esta secta tuvo más influencia. La Fiscalía alega que esto se logró por la presunta complicidad del hijo del expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari y esposo de la famosa actriz de telenovelas Ludwika Paleta.
Ella afirmó que los líderes de la secta le ofrecieron mudarse a la zona de Albany para usar sus habilidades autodidactas en la computación y ayudarles a impedir una supuesta catástrofe de proporciones bíblicas que -según sus creencias- ocurriría dentro de los próximos 10 a 15 años.
Aún tenía 16 años cuando llegó a la sede de la organización en Nueva York y comenzó a trabajar como pasante. Se dedicaba a capturar datos del grupo bajo la tutela de Raniere. Sus padres creyeron que ella aprendería programación de computadoras, lo cual nunca ocurrió. Solo le pagaron un par de veces y después le indicaron que no la podían tener en la nómina porque carecía de un permiso de trabajo.
Le decían que ese estilo de vida le permitiría recibir iluminación espiritual.
Daniela se volvió dependiente del líder del culto después de que confesó que había robado dinero de la istración. Este salió en su defensa y la hizo sentir menos culpable por tantos regaños. “Creo que él lo preparó (…) Se hizo ver como el héroe de la historia. Creo que me estaba preparando”, aseveró.
La influencia del “hombre más inteligente del mundo”
Un año después, ambos comenzaron a coquetear a través de correos electrónicos, hasta que él la besó. Era el primero de ella. Daniela, que entonces tenía 17 años, se sintió emocionada y halagada de que su guía espiritual, de unos 40 años, se haya fijado en ella. “Me sentía especial. Me sentía elegida”.
Contó que cuando ambos hablaron de sexo él le insinuó que debía tomar su virginidad cuando fuese mayor de edad y le pidió prepararse para ese encuentro bajando 20 libras. Unos días después de que ella cumplió 18 años, Raniere la llevó a una habitación del complejo de oficinas donde estaba un colchón sucio en el suelo. Ahí le pidió que se desnudara y le practicó sexo oral.
“Luego se subió encima de mí por un rato”, relató ella. “Fue como un largo abrazo”, agregó.
Conforme continuaba la relación, Daniela dijo que le practicaba sexo oral a Raniere a diario, mientras le exigía cumplir normas estrictas, como no tener relaciones con otros hombres, no engordar, no usar anticonceptivos y no decirle a nadie lo que ocurría entre ellos.
Ella mencionó que él solía decir que el sexo era necesario para “ayudarles a crecer” y reparar sus fallas. También le dijo que las mujeres decían que veían luces azules al tragar su semen.
Otros testigos del juicio han detallado cómo los líderes de NXIVM describían a Raniere como “una especie de dios” que incluso tenía el poder de modificar el clima. Daniela dice que su primera impresión fue similar a ver a una “estrella de rock”.
En 2003, las hermanas de Daniela, de 15 y 16 años, estuvieron un tiempo tomando clases en Albany y luego regresaron a México. Según su testimonio, Raniere le insistió para que les pidiera que volvieran. Así ocurrió. Ellas vivían separadas, mientras Daniela realizaba trabajos domésticos sin paga para un integrante de alto rango de la organización. “Sentí que perdía el control de ellas”, lamentó.
Esa fue la ocasión perfecta para Raniere, quien terminó teniendo relaciones con la hermana pequeña. Cuando ella lo confrontó, él lo aceptó y “me preguntó su me importaba”. Confesó que en vez de enojarse por la agresión sexual, sintió celos. “Pensaba: ‘Él hizo que esperara hasta después de cumplir 18 años y ahora está teniendo relaciones sexuales con mi hermana'”.
En una ocasión, el gurú espiritual trató de hacer un trío sexual con ellas. Las invitó a dormir una siesta, que de inmediato se tornó en el inicio de un encuentro íntimo. Daniela relató que él comenzó a besar y a tocar a su hermana menor. Ya le había bajado los pantalones. Su reacción fue llorar y de inmediato contagió a su hermana pequeña. “Yo estaba llorando. Ella estaba llorando. Me sentía sucia”, expresó.
El abogado de Raniere argumentó en el inicio del juicio a principios de mayo que las mujeres se unieron voluntariamente a la secta NXIVM y que nunca fueron obligadas a hacer nada en contra de su voluntad.
La testigo también contó que cuando se venció su visa de turista el grupo NXIVM planeó que tomara un vuelo a Canadá, donde alguien le entregó una identificación falsa que usó para volver a EEUU. En un momento, denunció, Raniere intentó que tuviera relaciones sexuales con él y con la persona que la ayudó. “Sentí que les debía”, dijo.
Por casi dos años permaneció confinada en una habitación con un colchón, un bolígrafo y papel. El testimonio de Daniela continuará el próximo martes.