Si algo abunda durante la Noche de Brujas son las golosinas, lo que puede inquietar a los padres de niños con diabetes que no quieren que los pequeños se pierdan de la celebración, pero tampoco que su salud se vea afectada. No obstante, con la asesoría de tu pediatra y los consejos de expertos y otros padres que viven lo mismo, no hay motivo para que Halloween pase desapercibido.
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“ No podemos prevenir que los niños tengan esas experiencias memorables de la niñez. Hay que incorporar la diabetes, que es solamente una parte de sus vidas”, explica Joanne Roney, educadora certificada en diabetes del Rush Children’s Hospital de Chicago.
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“Los niños con diabetes pueden comer caramelos en Halloween como cualquier otro niño”, explica el Centro de Diabetes Joslin en su página web. Aclaran que lo importante es que los padres controlen la cantidad, planifiquen para incorporarlos en el menú del niño y que se aseguren de tener suficiente insulina para cubrir los carbohidratos.
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Prohibirlo solamente empeorará las cosas. “Cada vez que restringes por completo a alguien de algo, se crea un tabú al respecto y hace que lo quieran más”, dice el psicólogo Michael Avram, de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon.
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Planifica. Ten un plan (consúltalo con el especialista) y comunícaselo a tu hijo(a), de modo que sepa qué esperar ese día. Explícale cuánto caramelo podrá comer y conservar para más adelante. Incluso si decides que no te sientes cómodo dejándolo comer caramelos, puedes decirle qué otros ‘treats’ o juegos sí estarán permitidos.
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Es esencial que conozcas la cantidad de carbohidratos que contiene cada una de las golosinas que tu hijo tenga permitido consumir. Esta tabla contiene los valores de los caramelos y dulces más populares.
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Sustitutos para los caramelos. Existen campañas como Teal Pumpkin Project que promueven que las personas entreguen treats que no sean caramelos ni contengan otros ingredientes que pueden estar restringidos para niños con alergias alimentarias. Los niños seguramente agradecerán si en vez de un caramelo, reciben un regalito más permanente como un lápiz decorado o pequeños juguetes. Ponte de acuerdo con tus vecinos y evalúa si esto es una opción.
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Codiciado canje. Otra buena idea es que permitas que tu hijo recolecte los caramelos, pero que luego le ofrezcas intercambiarlos por juguetes. Bárbara, una madre de Oklahoma, encontró una estrategia muy efectiva: “Mi hijo de 5 años adora hacer trick or treat, pero sé que no debería comer tanto caramelo, así que le permito recolectarlo y luego escoge 5 que pueda comer en los próximos cinco días y el resto lo colocamos en una bolsa que, la ‘Brujita del Canje”, reemplazará por juguetes durante esa noche mientras duerme”.
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Cenar proteínas antes de salir. “Tratamos de que los niveles de azúcar de mi hija estén donde deben estar antes de salir a hacer trick or treat. Le doy una cena alta en proteínas antes, de modo que sus números estén estables. De ese modo, un pedazo de caramelo durante esa noche no la afectará”, cuenta Kim, una mamá de California.
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No se trata sólo del caramelo, también del disfraz. “Cada año hacemos una gran fiesta familiar en la que todos nos disfrazamos. De ese modo, mi hija se emociona más por el hecho de la ropa que por los caramelos”, cuenta Leighann Calentina, autora del blog D Mom, cuya hija de 6 años tiene diabetes tipo 1.
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