Más de un millón de pacientes en EEUU necesitaron atención hospitalaria en un año por problemas relacionados con opioides

1.27 millones de pacientes en EEUU necesitaron atención hospitalaria en un año por problemas relacionados con opioides, lo que representa un aumento de 64% en hospitalizaciones y 99% de visitas al médico por esta causa en una década.
Así se desprende de un reporte publicado por la Agencia de Investigación y Calidad de la Asistencia Médica (AHRQ, siglas en inglés), que comparó las estadísticas de 2005 y 2014, para hombres y mujeres en los 50 estados.
Cada día de 2014, según cálculos hechos por The Washington Post basados en el reporte, los hospitales del país recibieron un estimado de 3,500 personas por problemas relacionados con opioides, lo que contrasta con los 1,800 que lo hicieron en 2005.
Otro hallazgo del reporte es que la cantidad de pacientes itidos en salas de emergencia por consumo de opioides se duplicó tanto en hombres, como mujeres.
Hace 10 años, los hombres eran más propensos a consumir opioides y a ser itidos al hospital por esta razón, pero el índice de mujeres itidas en centros de salud ha ido creciendo tanto, que en el 2014 el número de hospitalizados por los opioides es similar para ambos sexos. Incluso, en la mayoría de los estados, la cifra fue más alta para las mujeres.
Las personas con más visitas al hospital por consumo de opioides son aquellas con edades entre 25 y 44 años de edad. Massachusetts y Maryland son los estados más afectados en todos y casi todos los rangos de edad (1-24, 25-44, 45-64, o 65 años o más) respectivamente. Pero incluso en los menores de 1 año, hubo un incremento de casi 34% en las salas de emergencia.
Estos datos se corresponden con el repunte en las muertes por sobredosis de opioides, que alcanzaron cifras históricas en 2016.
Los opioides son sustancias sintéticas que se unen sus receptores en el sistema nervioso y cuyo principal uso es para aliviar el dolor mediano o severo.
Estas sustancias, como la morfina y la codeína, pueden ser adictivas por la sensación de euforia que generan, llevando a algunos pacientes a probar otro tipo de opioides ilegales como la heroína o el fentanilo, que es extremadamente peligroso y puede llevar a la muerte si se consumen apenas 2 mg.
Muchos argumentan que este problema ha sido exacerbado por los doctores, quienes, según los CDC, en 2013 recetaron cuatro veces más opioides para el dolor que en 1993.