"Diferencias significativas" entre EEUU, México y Canadá retrasan la renegociación del Nafta hasta 2018
No será este año sino el próximo cuando se finalice la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), si se logran armonizar soluciones que hasta ahora tienen, en boca del negociador estadounidense, "significativas diferencias conceptuales".
El principal promotor de la revisión del tratado ha sido el propio presidente Donald Trump, para quien el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá "es un desastre" para los intereses estadounidenses. Desde que era candidato presidencial, Trump ha amenazado en varias ocasiones con finalizarlo de manera unilateral.
Pero la renegociación del Nafta, en vigor desde 1994, sigue adelante: comenzó en agosto y ameritará rondas "adicionales" que se prolongarán hasta el primer trimestre de 2018.
Robert Lighthizer, representante de Comercio Exterior de EEUU, dijo este lunes en una rueda de prensa en Washington que la nuevas propuestas surgidas en las conversaciones iniciales "han creado desafíos", y los ministros han discutido "significativas diferencias conceptuales".
Las próximas conversaciones, lideradas por Lighthizer; el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, y la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, tendrán lugar entre el 17 y el 21 de noviembre en Ciudad de México.
El objetivo, subrayó el documento suscrito por las tres partes, "es mantener un mayor periodo de tiempo entre sesiones antes de la próxima ronda para evaluar las propuestas" y "explorar modos creativos de salvar estas diferencias".
La declaración conjunta no hace sino confirmar los obstáculos, especialmente los de Washington que exige el incremento de la cuota de componentes estadounidenses en automóviles que se ensamblan en México y se otorguen más contratos gubernamentales a empresas estadounidenses a las que se oponen México y Canadá.
Phil Levy, alto miembro del Consejo de Chicago sobre Asuntos Mundiales, piensa que la probabilidad de que el tratado sobreviva es de menos del 50%.
Terminar con el Nafta sacudiría a todo el continente. Los granjeros estadounidenses dependen del mercado mexicano. Los fabricantes han construido complicadas cadenas de suministro que cruzan las fronteras de Norteamérica. Los consumidores se han visto beneficiados por los precios más bajos.