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Aprender música puede ayudar a los bebés con el aprendizaje de idiomas y su desarrollo emocional

Estudios demuestran que a través de la música los bebes mejoran la habilidad para procesar ritmos, tanto musicales como del habla, y desarrollan una mayor capacidad para conectarse con otros niños y adultos
24 Abr 2017 – 10:26 AM EDT
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¿Actividades musicales tempranas? ( CC BY-PRO) Crédito: Philippe TeuwenSA

Durante mi infancia en China, empecé a tocar piano cuando tenía nueve años y a aprender inglés cuando tenía 12. Más tarde, cuando estudiaba en la universidad, me sorprendió lo parecidos que son los idiomas y la música.

Tanto los idiomas como la música necesitan ritmo; de lo contrario no tienen sentido. También se construyen a partir de unidades más pequeñas - sílabas y compases musicales. Y el proceso de dominarlos es notablemente similar, incluyendo movimientos precisos, práctica repetitiva y atención concentrada.

También noté que mis compañeros músicos eran especialmente buenos en el aprendizaje de nuevos idiomas.

Todo esto me hizo preguntarme si la música define cómo el cerebro percibe sonidos que no son notas musicales. Y si es así, ¿podría el aprendizaje de la música ayudarnos a aprender idiomas?

Aprendiendo a oir la música en el lenguaje

La formación musical a temprana edad (antes de los 7 años de edad) puede tener una amplia gama de beneficios que van más allá de la habilidad musical.

Por ejemplo, los niños en edad escolar (de 6 a 8 años de edad) que participaron en dos años de clases musicales cuatro horas cada semana, mostraron mejores respuestas cerebrales a las consonantes en comparación con sus homólogos que comenzaron un año más tarde. Esto sugiere que la experiencia en la música ayudó a los niños a escuchar los sonidos de las palabras habladas.

¿Y qué pasa con los bebés que todavía no hablan? ¿La formación musical a tan temprana edad puede ayudar a los bebés durante las etapas necesarias para aprender el lenguaje?

El primer año de vida es el mejor momento de una persona para aprender los sonidos del habla; sin embargo, aún no había estudios que hayan analizado si la experiencia musical durante la infancia temprana puede mejorar el aprendizaje del lenguaje.

Intenté responder esta pregunta con Patricia K. Kuhl, una experta en aprendizaje en la primera infancia. Nos propusimos estudiar si la experiencia musical a los nueve meses de edad puede ayudar a los bebés a aprender a hablar.

Los nueve meses están dentro del período máximo para el aprendizaje de los sonidos del habla de los bebés. Durante este tiempo, están aprendiendo a prestarles atención a las diferencias entre los distintos sonidos que oyen en su entorno. Poder diferenciar estos sonidos es clave para aprender a hablar más adelante. Una mejor capacidad para diferenciar los sonidos del habla a esta edad está asociada con la producción de una mayor cantidad de palabras a los 30 meses de edad.

Así realizamos nuestro estudio

En nuestro estudio, pusimos aleatoriamente 47 bebés de nueve meses de edad en un grupo de música y en un grupo de control, y completaron sesiones de actividades de 12 a 15 minutos de duración diseñadas para el grupo específico.

Los bebés en el grupo de música se sentaron con sus padres, quienes los guiaron a través de las sesiones dando golpecitos al ritmo de la música, con el objetivo de ayudarlos a aprender un ritmo musical difícil.

He aquí un breve video de demostración de cómo era una sesión de música.

Los bebés en el grupo de control jugaron con carritos de juguete, bloques y otros objetos que requirieron movimientos coordinados en juegos sociales, pero sin música.

Después de las sesiones, medimos las respuestas cerebrales de los bebés ante los ritmos musicales y de voz utilizando magnetoencefalografía (MEG), una técnica de imágenes cerebrales.

La música y los sonidos del habla nuevos se presentaron en secuencias rítmicas, pero de vez en cuando se interrumpían los ritmos saltándose un compás.

Estas interrupciones rítmicas nos permiten medir cuán bien los cerebros de los bebés se habían adaptado a los ritmos. El cerebro da un patrón de respuesta específico cuando detecta un cambio inesperado. Una mayor respuesta indica que el bebé estaba siguiendo los ritmos mejor.

Los bebés en el grupo de música tuvieron respuestas cerebrales más fuertes tanto a los sonidos de la música como del habla en comparación con los bebés en el grupo de control.

Esto demuestra que la experiencia musical, incluso a la temprana edad de nueve meses, mejora la habilidad de los bebés para procesar ritmos tanto musicales como del habla. Estas habilidades son importantes elementos básicos para aprender a hablar.

Otros beneficios de experimentar la música

El lenguaje es sólo un ejemplo de una habilidad que puede mejorarse a través de la formación musical. La música puede ayudar en el desarrollo social y emocional también.

Un estudio anterior realizado por los investigadores Tal-Chen Rabinowitch y Ariel Knafo-Noam mostró que parejas de niños de ocho años de edad, quienes no se conocían entre sí dijeron sentirse más cercanos y conectados unos con otros tras un breve ejercicio que consistía en tocar ritmos sincronizándose entre sí.

Otra investigadora, Laura Cirelli, demostró que a los 14 meses de edad, los bebés eran más propensos a mostrar comportamientos de ayuda hacia un adulto después de que se les mecía en sincronía con el adulto que también se movía rítmicamente.

Hay muchas más preguntas interesantes que siguen sin responderse a medida que los investigadores siguen estudiando los efectos de la experiencia musical en el desarrollo temprano.

Por ejemplo, ¿la experiencia musical necesita ocurrir en un entorno social? ¿Pueden los bebés beneficiarse de la música simplemente al escucharla? Y, ¿cuánta experiencia musical necesitan los bebés con el tiempo para mantener este beneficio que contribuye al desarrollo de su lenguaje?

La música es una parte esencial del ser humano. Ha existido en las culturas humanas durante miles de años, y es una de las formas más potentes y divertidas que tienen las personas para conectarse entre sí. A través de la investigación científica, espero que podamos continuar revelando cómo la experiencia musical influye en el desarrollo del cerebro y el aprendizaje del lenguaje en los bebés.

*Christina Zhao tiene un postdoctorado de la University of Washington

The Conversation
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