Cómo contenidos falsos sobre covid-19 se generan en Estados Unidos y llegan a América Latina sin mayores barreras

Estados Unidos exporta todos los años a América Latina más de $250 millones en máquinas, aparatos electrónicos, derivados de petróleo, coches, sustancias químicas y alimentos. Pero, desde que la pandemia del covid-19 empezó, otra mercancía producida a gran escala en territorio estadounidense comenzó a aterrizar en América Latina con mucha frecuencia: la desinformación sanitaria.
Un monitoreo de redes sociales realizado a lo largo del primer trimestre de 2021 comprobó que al menos seis grandes desinformaciones sobre el coronavirus y las vacunas anti covid-19 identificadas por los fact-checkers del continente llegaron a los latinoamericanos tras viralizarse en Estados Unidos.
El estudio, presentado por primera vez en esta columna (y publicada también por Chequeado, en Argentina), también reveló que el proceso de exportación de desinformaciones sobre salud de Estados Unidos es impulsado por colectivos que en muchos casos se identifican como cristianos, conservadores o por personas que dicen defender los valores de la familia. También participan en este proceso políticos de varios rangos y celebridades mundialmente conocidas por posturas negacionistas.
En el trayecto que conecta a Estados Unidos y América Latina, la desinformación sanitaria también encuentra un conjunto de "carreteras digitales" amplias y muy poco vigiladas. Facebook, Twitter, Instagram y Reddit todavía demuestran dificultades para combatir falsedades que surgen en inglés y se traducen al español.
El monitoreo de falsedades identificadas en el primer trimestre del año evidencia que la forma en la que se viralizan los contenidos desinformantes que están en inglés parece estar más vigilada que en español.
La “plandemia”: teorías conspirativas que se traducen y circulan con pocas barreras en español
“Plandemic” fue uno de los primeros grandes casos de “importación de contenidos falsos” sobre el covid-19 producidos en Estados Unidos y exportados a América Latina. Es un video de 26 minutos en inglés, en el que se presentan una serie de teorías conspirativas sobre la pandemia. Entre las falsedades que expone está la que sostiene que las mascarillas hacen daño a sus s y la de que el médico Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en inglés), fue el culpable de difundir el nuevo coronavirus por todo el planeta.
“Plandemic” se estrenó en Estados Unidos el 4 mayo de 2020 y, en pocos días, registró más de 8 millones de visualizaciones. Entre la primera y la segunda semana de aquel mes, era tema de debate en redes sociales, grupos de amigos e incluso en importantes medios de comunicación, como el The New York Times y The Washington Post.
Los fact-checkers entraron en acción el día siguiente del estreno del “documental”. El 5 de mayo, el equipo de Science clasificó el trailer de “Plandemic” como “engañoso”. Dos días después, PolitiFact publicó un amplio artículo, desmontando ocho frases dichas en el video. Enseguida vinieron las verificaciones de FactCheck.org, AFP y otros más.
Facebook, YouTube y Vimeo decidieron remover “Plandemic” de sus sistemas, pensando que podrían impedir así su difusión. La medida, sin embargo, no tuvo el éxito esperado por las plataformas. La grabación sumó subtítulos en otros idiomas y cruzó fronteras. El 12 de mayo de 2020, por ejemplo, “Plandemic” ya había llegado a Paraguay, llevando a los verificadores de El Surti a publicar el primer chequeo sobre ese contenido en lengua española. Después de El Surti, otras cinco verificaciones de de la red LatamChequea saldrían a la luz en el mismo idioma.
Dos meses más tarde, en agosto de 2020, otra sorpresa: el estreno de “Plandemic 2”. En casi 1 hora y 30 minutos de video, el segundo pseudo-documental traía más falsedades sobre el covid-19, las redes sociales e, incluso, el trabajo de los verificadores de datos. Sus creadores sostenían que el mundo asistía a un intento de adoctrinamiento por parte de una red de entidades internacionales que se habían organizado para controlar a la sociedad.
Es verdad que cuando “Plandemic 2” llegó a internet las redes sociales ya tenían más estructura para evitar su difusión. Según informó The Verge, Facebook bloqueó la publicación del enlace y Twitter avisó a sus s en Estados Unidos sobre la baja calidad de esos contenidos. Sin embargo, otra vez, estos sistemas para reducir la difusión de “Plandemic 2” funcionaron mucho mejor en inglés que en español.
Una búsqueda realizada en Facebook por la palabra “ Plandemia” (versión traducida al español de “Plandemic”) listaba, el 25 de mayo de 2021 (un año después de todo el escándalo estadounidense), una serie de resultados que sugerían que la pandemia del covid-19 era, en realidad, una gran farsa. Un enlace al grupo “Médicos por la Verdad”, mundialmente conocidos como negacionistas y contrarios a las vacunas, salía en segundo lugar entre los resultados.
En inglés, la situación era diferente y sin duda más eficiente en términos de combate a la desinformación. Al buscar “ Plandemic” en Facebook, el recibía como primer link de los resultados, a finales de mayo pasado, una sugerencia para visitar la central de información sobre el covid-19 de la plataforma. Los pseudo-documentales no aparecían.
Al ser ado para este reportaje, Facebook informó que había ajustado su sistema en español y que había agregado su “módulo de información del covid” en las búsquedas de la palabra “plandemia”.
Por escrito, la plataforma subrayó que usa el mismo modelo de machine learning (aprendizaje automático de las máquinas por medio de programación) y los mismos servicios externos de verificación de noticias contra la desinformación en español e inglés, y que ha removido más de 18 milliones de piezas de contenido de Facebook e Instagram por violar sus políticas sobre covid-19. Facebook reconoció, sin embargo, que sus “sistemas no son perfectos y el trabajo contra la desinformación no termina nunca”.
En Twitter, tras un año del estreno de la primera parte de “Plandemic”, una búsqueda de la expresión “ plandemic en español” resultaba en una serie de tuits que contenían enlaces que llevaban directamente a las dos partes del pseudo-documental.
En las búsquedas hechas con la palabra " plandemic" (en inglés), la plataforma no solo ofrecía su central de informaciones sobre covid-19 sino también destacaba en los resultados la palabra “pandemia”, es decir sin la “L”.
Twitter fue consultado sobre esto, a lo que contestó que tiene una política específica para hacer frente a la desinformación sobre las vacunas. Además, subrayó que casos específicos de violación de estos estándares deben ser denunciados ante la empresa.
Las nuevas plataformas: cómo la desinformación viaja sin ninguna verificación
Puede que las marcas BitChute, Rumble y Gab todavía no sean tan populares como YouTube, Facebook y Twitter. Sin embargo, estas son las nuevas redes sociales utilizadas por los desinformadores para difundir falsedades. Y hay una mala noticia: crecen con velocidad.
El 15 de marzo de este año, el médico Steve Hotze, conocido por la prensa americana por tener posiciones negacionistas y controversiales, publicó un video en Rumble. En la grabación, Hotze dice que las vacunas de ARNm contra la COVID-19 son, en realidad, un "peligroso experimento genético". FactCheck.org hizo su trabajo y demostró que eso es falso. Las vacunas contra el covid-19 han sido probadas y son seguras.
A diferencia de lo que hacen otras empresas de tecnología, Rumble parece no tener la intención de verificar contenidos o trabajar con chequeadores para ayudar a que sus s sepan cuándo están delante de un contenido falso. Así que la falsedad de Hotze proliferó y llegó a América Latina. El 9 de abril, una cuenta de Gab en Brasil ya ofrecía el video en portugués. Y el 16 de abril, un perfil de Rumble (posiblemente de Argentina) ya albergaba por lo menos una versión con subtítulos en español.
Rumble nació en Toronto, Canadá. Es del empresario Chris Pavlovski. En noviembre de 2020, tenía 1.6 millones de s. A finales de marzo de 2021, ya contaba con 31 millones. En abril de 2020, Rumble albergaba videos sobre leones, pájaros y animales domésticos. Recibía cerca de 120 nuevos contenidos cada 30 días. Un año después, bajo la bandera de quienes rechazan la moderación de contenidos online, la plataforma tiene un promedio de 27,000 nuevos videos por mes y, entre los más vistos, están los que debaten teorías conspirativas. La grabación más vista en abril de este año, por ejemplo, era sobre los fraudes supuestamente registrados en las elecciones estadounidenses de noviembre de 2020. Un contenido comprobadamente engañoso.
CNN describe a Gab como una “red social alternativa, popular entre los conservadores, los militantes de la extrema derecha y otros extremistas en general”. Gab ganó millones de s después del ataque del 6 de enero al Capitolio, en Washington. Después de que centenas de seguidores del entonces presidente, Donald Trump, invadieran la casa legislativa, interrumpiendo el reconocimiento de Joe Biden como ganador de las elecciones, Gab se popularizó. Sirvió de abrigo a muchos perfiles (y personas) que, por incitar a la violencia, habían perdido a las redes sociales más comunes, y también al igualmente controvertido Parler (una plataforma que fue temporalmente borrada de las tiendas de Apple y Amazon por no tener políticas contrarias a las publicaciones que incitan violencia).
BitChute, por otro lado, nació en 2017, en Inglaterra, con el empresario Ray Vahey. En abril de 2021, era un lugar para criticar a los “medios tradicionales”, “Bill Gates” y la “Organización Mundial de la Salud (OMS)”. El vídeo más visto en abril último invitaba a las personas a dejar de usar mascarillas porque su uso era parte de las mentiras contadas por “enemigos de América”. Vahey afirmó varias veces que está en favor de la total libertad en internet y, por lo tanto, dice, no debe hacerse nada para frenar ni el odio ni la desinformación.
Este texto es un resumen de la nota completa que fue publicada por Chequeado. Es parte de “Los desinformantes”, una serie de investigaciones sobre diferentes actores que han desinformado durante la pandemia, que está realizando LatamChequea, la red de verificadores latinoamericanos coordinada por Chequeado, y cuenta con las ediciones de las organizaciones que participan y del periodista Hugo Alconada Mon.
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