Cómo "el Trump de los 90" animó a una generación de latinos a tomar el poder en California

Por Fernando Peinado y Jika González desde Los Ángeles, California
¿Habrá dreamers que den las gracias a Donald Trump dentro de 20 años por haber llegado a alcaldes, congresistas o gobernadores?
La idea de que los jóvenes activistas indocumentados puedan decir algo positivo sobre el virtual nominado republicano parece descabellada, pero en California hay un grupo de líderes electos latinos que hoy atribuyen su dedicación al servicio público a otro candidato que hace dos décadas provocó el repudio de una comunidad contra la que encendió los ánimos.
Senadores estatales como Kevin de León, Ricardo Lara y asambleístas como Lorena González o Manuel Pérez dieron sus primeros pasos en política a mediados de los '90 al mismo tiempo que surgía un fuerte activismo latino contra el gobernador Pete Wilson.
El republicano Wilson hizo campaña por la reelección en 1994 sometiendo a referéndum una norma, la proposición 187, que negaba servicios públicos como la educación y la sanidad a las personas sin papeles. "Siguen viniendo: dos millones de inmigrantes ilegales en California", decía un narrador en un anuncio de televisión con el que Wilson promovió la medida.
Los latinos reaccionaron organizándose contra la propuesta de un modo sin precedentes. Una marcha tres semanas antes de la votación, el domingo 16 de octubre de 1994, movilizó a unas 100,000 personas desde East Los Angeles hasta el centro de la ciudad.
El día de la votación los latinos participaron como nunca antes pero no consiguieron evitar que la medida fuera aprobada y que Wilson consiguiera su reelección. Su victoria fue ilusoria. Los tribunales federales tumbaron la proposición 187 por inconstitucional y el Partido Republicano comenzó a sufrir derrotas en el estado de modo casi ininterrumpido.
Fue el rechazo a Wilson lo que motivó a algunos activistas latinos que se movilizaron contra él a dar el salto a la política.
Es el caso de De León, hoy presidente del Senado californiano, quien a sus 27 años era un profesor de clases para la ciudadanía cuando Wilson lanzó una campaña que a él y muchos otros les pareció "repugante y vil".
Criado en la pobreza por una madre soltera, De León nunca había pensado en ser político. Su vocación la descubrió en lo que él llama "las trincheras", los días de campaña contra la proposición 187. Él fue uno de los organizadores de la gran protesta en Los Ángeles.
En un video de aquella marcha se le puede ver en el escenario ante un mar de banderas mexicanas y con la mano en el pecho mientras una banda de mariachis toca el himno nacional estadounidense.
"Era algo nuevo ver a tantos latinos marchando", recuerda. "Fue algo muy poderoso simbólicamente".
Otro de los organizadores Fabián Núñez, amigo de la infancia de De León, llegó a la asamblea estatal en 2002 en una campaña como demócrata que dirigió el propio De León.
Cuatro años más tarde, De León siguió con éxito los pasos de su amigo y llegó aún más lejos, convirtiéndose en 2014 en el primer latino en liderar el Senado desde 1883.
"Salir a luchar"
El senador Lara, hijo de indocumentados mexicanos, participó en la marcha contra la proposición 187 cuando era aún un adolescente que se preparaba para entrar en la universidad.
"Era un momento definitivo, ¿qué iba a hacer?, ¿me iba a quedar sin decir nada?, ¿o iba a salir a luchar? Y, lo que realmente me puso a pensar fue el sacrificio que hicieron mis padres. El sacrificio que ellos me decían, nunca dejes que nadie te humille, tú tienes que estar orgulloso de quien tú eres, y de donde tú vienes".
Con ocasión del 20 aniversario de la medida, Lara reunió a varios de los líderes de minorías en la asamblea californiana para que posaran con mensajes irónicos en que agradecían a Pete Wilson por haberles llevado al poder. En total, 13 se sumaron a la iniciativa que fue difundida en redes sociales.
"La proposición 187 nos unió a todos porque la idea era si eres marrón o tu familia habla con un acento, eres sospechoso", dice una de las participantes en aquella campaña, la asambleísta demócrata Lorena Gonzalez, cuyos padres también eran indocumentados.
Aunque no se puede atribuir únicamente a la proposición 187 el aumento en el número de cargos electos latinos en California -la población latina se ha duplicado desde 1990-, la medida contribuyó a que los latinos se involucraran mucho más en el funcionamiento de la democracia.
Las solicitudes para obtener la ciudadanía y la participación de latinos en las urnas aumentaron exponencialmente en los años '90, lo que allanó el camino para la llegada de representantes de la comunidad. Al mismo tiempo, el Partido Demócrata sobre todo, impulsó las candidaturas de varios aspirantes, indica Rosalind Gold, directora de investigación en NALEO la principal organización latina de cargos públicos electos.
"Esa promoción interna fue crítica", dice Gold, "para ganar campañas era necesario que esos latinos contaran con la infraestructura política, apoyos destacados y la capacidad de recaudar fondos".
En 1996, había 693 latinos ocupando posiciones electas en California. En 2015, la cifra había crecido hasta 1,337, según NALEO. El número de legisladores estatales y congresistas federales de California pasó en ese mismo periodo de 16 a 34. Aún así, California sigue teniendo una infrarrepresentación de líderes latinos en relación con la cantidad de latinos elegibles para votar en el estado, un déficit que es habitual en el país.
En marzo, los latinos de California alcanzaron un nuevo hito cuando Anthony Rendón se convirtió en el presidente de la Asamblea y el estado tuvo por primera vez en su historia a dos latinos al frente de las dos cámaras de la legislatura.
Aún así, California sigue teniendo una infrarrepresentación de líderes latinos en relación con la cantidad de latinos elegibles para votar en el estado, según un análisis de NALEO. Ese déficit es habitual en otros estados del país.
Relevo
Hoy, el estado que aprobó la proposición 187 tiene una de las legislaciones en materia de protección a los indocumentados más avanzadas del país. Los indocumentados de California pueden obtener licencias de manejo, becas escolares para la universidad y un seguro de salud público para menores de edad.
Los legisladores latinos dicen que aún tienen trabajo por delante para conseguir reducir la desigualdad de ingresos y los peores niveles educativos que sufren los latinos. También piden sacar de las sombras a los tres millones de indocumentados que se estima viven en el estado. Pero aseguran estar vacunados contra líderes con mensajes de discriminación racial.
"Lo que está sucediendo a nivel nacional con el ascenso de Trump jamás puede suceder en California", dice De león.
Mientras, entre los republicanos de California cunde el miedo a que Trump agrave su problema de imagen. "Aún no nos habíamos sacudido el efecto Wilson y ahora Trump echa más fuego a la lumbre", lamenta el estratega republicano Héctor Barajas. Solo dos de los legisladores latinos californianos son latinos y uno de ellos, Rocky Chávez, se ha desmarcado claramente de Trump, calificando su mensaje de ofensivo para los latinos.
Tanto para republicanos como para los demócratas de California, la campaña de Trump y la reacción que ha suscitado entre hispanos de todo el país es una historia familiar. De León cree que las consecuencias serán similares a las del gobernador Wilson: "Sin lugar a dudas son los jóvenes de DACA, de DAPA, todo este movimiento que alza la voz y pide dignidad, ellos serán quienes se encargarán de tomar el relevo".
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