El doble triunfo de Bernie Sanders sobre el Partido Demócrata (hasta ahora)

El empecinamiento de Bernie Sanders de seguir en la campaña por la nominación presidencial del Partido Demócrata parece estar dándole resultados, quizá no para llegar a la Casa Blanca sino para transformar la ideología de una organización a la que paradójicamente no pertenece.
El Comité Nacional Demócrata otorgó a Sanders el derecho a nombrar 5 de los 15 representantes que definirán la plataforma programática del partido durante la Convención Nacional de fines de julio en Filadelfia.
Hillary Clinton seleccionará a 6, una proporción que con seguridad satisface a los seguidores del senador por Vermont porque refleja mejor el desempeño de ambos candidatos en las primarias, aunque a algunos le parezca “desproporcionada” para alguien que no creen que vaya a lograr la nominación.
Lo crucial para Sanders es tener una voz en el comité que definirá la propuesta que presentará el candidato o candidata de los demócratas en las venideras elecciones, algo que tendrá una importante proyección por los próximo años.
Gente de pelea
Ya Sanders, autodefinido socialista, tuvo éxito en hacer que Clinton derivara más hacia la izquierda su retórica de campaña y hasta que cambiara algunas posiciones, como en libre comercio, servicios de salud, deportaciones e incluso, su posición sobre cómo manejar la crisis de menores no acompañados que siguen llegando a la frontera con México.
¿Podrá ahora sacar de su eje de centro a los demócratas para enfrentarse en las presidenciales del noviembre al casi seguro nominado de los republicanos Donald Trump?
A juzgar por la gente que propone Sanders al comité, esa es la intención.
Las voces más radicales que hablarán por el senador son las del académico Cornel West, el ambientalista Bill McKibben y el promotor de los derechos de los musulmanes estadounidenses James Zogby.
Completan el quinteto la activista por los derechos de tribus originarias estadounidenses Deborah Parker y el representante demócrata Keith Ellison, quizá no tan radicales en sus posiciones como sus compañeros del pero, con visiones no alineadas con las posturas de centro dominantes en el partido.
Jalar por la izquierda
A lo largo de la campaña de las primarias demócratas ha sido notable como el crecimiento de la candidatura de Sanders se ha nutrido del descontento con el status quo que, para muchos, está personificado en Hillary Clinton, una figura tradicional de la política estadounidense.
El impacto del mensaje del senador no se ha producido solo entre esos que podrían ser descritos como “izquierdistas trasnochados”, sino entre la generación milenial, a la que la perspectiva de ver a la primera presidenta en la Casa Blanca no le parece un argumento suficiente que les lleve a postergar sus demandas de cambio.
Es cierto que, a juzgar por los votos recibidos por cada candidato, Clinton tiene la clara preferencia del electorado demócrata, aunque la carrera por la nominación no le resultó el paseo que daban por descontado meses atrás, cuando las diferencias con Sanders en las encuestas eran de hasta 60 puntos.
Debate radicalizado
Sin embargo, el éxito de Sanders, reflejado en las masas que movilizan sus eventos políticos y hasta la pasión personal que suscita entre sus seguidores, ha dejado claro que hay un sector liberal que siente que el Partido Demócrata está demasiado al centro, casi a la derecha para sus expectativas.
Ese sentimiento lo llevarán a la convención de Filadelfia los representantes de Sanders que estarán en el comité que definirá la plataforma programática.
Así, los slogans y cánticos de la campaña podrían concretarse en propuestas políticas.
No está claro aún qué podrán lograr los de Sanders en la definición programática demócrata, pero la presencia de personajes como West o Zogby presagia un pulso interesante en esa mesa de debate.
Y la sola posibilidad de que ese intercambio se produzca entre los demócratas puede considerarse ya una victoria para un candidato al que meses atrás nadie daba ninguna posibilidad frente a la estatura política nacional y mundial de Hillary Clinton.
LOS 5 DE SANDERS
- Cornel West, profesor de la Universidad de Princeton y un activista en la promoción de los derechos civiles de las minorías. Aunque en 2008 apoyó a Barack Obama para la presidencia, se distanció de él y para su relección ya era un duro crítico de quien ha calificado como “fraude” y “esclavo de Wall Street”. West es miembro del Partido de Socialistas Democráticos de EEUU, una organización que se define como social demócrata y que es parte de la Internacional Socialista. En ese sentido, está más a la izquierda de las posiciones del Partido Demócrata.
- Keith Ellison, representante por Minnesota, el primer musulmán elegido al Congreso estadounidense. y cabeza el llamado Caucus Progresista. Es ya famosa su predicción durante una entrevista con ABC en la que dijo que Donald Trump podría ser el nominado. Era julio de 2015 cuando pocos pensaban que la candidatura del magnate tenía alguna seriedad.
- James Zogby, presidente del Instituto Árabe Estadounidense, un centro de estudios ubicado en Washington que promuévela participación de ciudadanos de origen árabe en la política nacional. Aunque Zogby no es extraño al partido –es miembro del comité ejecutivo- es también un duro crítico de las políticas de Israel en Medio Oriente, algo siempre delicado en la política estadounidense.
- Deborah Parker, una activista en favor de los derechos de las tribus originarias estadounidenses que trabajó entre 2005 y 2012 como asesora de la oficina de Asuntos de Gobierno representando a las tribus tulalips radicadas en el noroeste de EEUU.
- Bill McKibben, periodista y escritor, uno de los activistas más importantes en la lucha por la conservación del medio ambiente. Encabeza la campaña anticarbón del grupo ‘350’ y ha sido descrito por la revista Time como “el periodista más verde”