¿Pretende Trump mejorar su voto hispano a base de taco bowls?

Donald Trump tiene un problema con los números y uno grande. Si los análisis de elecciones presidenciales recientes se aplican a ésta, el virtual nominado republicano perderá en noviembre por su baja popularidad entre los hispanos.
De acuerdo con los números que los propios republicanos consideran válidos, un candidato presidencial necesita más de un 40% del voto hispano para llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, la aprobación de Trump entre la comunidad oscila en torno al 15% y sus matemáticas con los hispanos son negativas en estados claves para la elección.
Es una diferencia abismal para cualquier candidato y campaña. 25 puntos de diferencia y una primaria que no dejó más que heridas abiertas en temas tan espinosos como la inmigración indocumentada y la seguridad fronteriza.
Un estudio realizado por la firma Latino Decisions en 2015 mostró que el Partido Republicano necesita entre un 42% y un 47% del voto hispano en estados claves para la elección como Virginia, Ohio, Nuevo México, Florida, Nevada y Colorado.
Eso implica que Trump tendría que obtener casi el doble del porcentaje alcanzado por Mitt Romney en 2012, quien sólo llegó al 27% a nivel nacional.
Hasta ahora, en la coalición de votantes de Trump predominan los hombres blancos, de edad avanzada y de extracto obrero. Pero mientras que estos votantes le han bastado para triunfar en las primarias republicanas, el virtual nominado republicano necesitaría una movilización sin precendetes recientes de esos mismos votantes si quiere ser competitivo en noviembre.
Por eso ahora surgen cuestiones sobre si Trump tratará de expandir su atractivo dirigiéndose a esta minoría. ¿Modulará su mensaje?, ¿Contratará a portavoces de medios hispanos? ¿Hará campaña en eventos donde predominen los de la comunidad?
“No le creo nada”
Durante décadas los candidatos republicanos confiaron en el voto de los hombres blancos para competir por la Casa Blanca, pero el cambio demográfico ha hecho que esa estrategia sea insuficiente. En 1980, Ronald Reagan arrasó con el apoyo del 63% de ese grupo, pero 32 años más tarde, un porcentaje de respaldo similar, 62%, no le sirvió a Romney para vencer a Obama.
Hasta ahora la campaña del magnate no ha dado señales sobre una estrategia seria para capturar el voto hispano. No cuentan con una persona que maneje los asuntos latinos en su interior y hasta ahora han dado señales cuestionables de su llegada con este grupo. Al tiempo de publicar esta nota, una portavoz de la campaña no había respondido a una solicitud de Univision para conocer más sobre este tema.
La semana pasada Trump puso una foto en su cuenta de Twitter con una ensalada de tacos para el Cinco de Mayo. “Amo a los hispanos”, escribió.
Ese ha sido su esfuerzo más reciente.
Una encuesta realizada por Univision y Washington Post este año mostró a Trump con un 16% de las preferencias entre los hispanos frente a un 73% para Hillary Clinton.
La ciudadana estadounidense de origen mexicano, Adriana Cadenas nunca ha votado en su vida. Pero ahora está decidida y participará en estas elecciones.
“Me da terror que pueda ganar Trump. Me parece un tipo mentiroso, vulgar, racista, ignorante y está prometiendo cosas que no va a cumplir”, explicó Cadenas, quien vive en Texas.
De acuerdo a un análisis realizado por el periódico Houston Chronicle en Texas las ceremonias de naturalización han aumentado a 2,200 por mes -desde una base de 1,200-. Más del 80% de ellos se está registrando para votar en esta elección.
El elefante en la habitación
La Coalición Nacional de Diversidad por Trump está rompiendo terreno a favor del magnate.
Esta organización fundada en marzo de este año tiene como objetivo crear una plataforma con personas de diferentes orígenes, líderes en sus comunidades, que puedan dar una perspectiva multicultural al debate en la campaña de Trump.
Su director ejecutivo, el líder comunitario Bruce LeVell, aseguró a Univision que son un “puente de comunicación entre el público, los medios y la campaña”.
Pero no existe una relación formal entre el grupo y la campaña, como tampoco una coordinación explícita en temas de diversidad.
“Somos voluntarios, no estamos recibiendo un sueldo por parte de la campaña. Cualquier información que encontramos, cuando llegamos a un consenso sobre un tema, se lo comunicamos a la campaña”, explicó LeVell.
“Hay dos formas en que pueden tomarlo: decir lo enfrentaremos ahora o lo dejaremos para después”, agregó.
Entre los integrantes del directorio en la coalición está Michael Cohen, abogado de Trump y el segundo al mando en las empresas del magnate.
“Sé que la manera en que Donald Trump habla genera polarización, pero al serlo pone el elefante en la habitación al frente de una vez y lo coloca al centro de la conversación”, dijo LeVell.
Entre los temas que el grupo ha identificado como prioritarios para las minorías están la reforma del sistema judicial y trabajos.
Participación
A nivel nacional hay más de 27 millones de hispanos elegibles para votar según datos de Pew Research Center, un aumento de 17% en comparación con la elección en 2012.
Organizaciones como la Asociación Nacional de Latinos Electos y Designados (NALEO) aseguran que el número llegará incluso a 28,5 millones.
Pero en 2012 los hispanos representaron sólo un 8,4% del total de votantes en la elección, con cerca de 11,2 millones de electores.
La participación continúa siendo uno de los problemas principales entre los hispanos.
Según Arturo Vargas, director ejecutivo de NALEO, los latinos se sienten ignorados por las campañas, perciben que el debate sólo se centra en inmigración, olvidando temas como salud, economía, trabajos y educación.
Vargas insistió en que los demócratas toman el voto latino por ganado y eso aumenta las posibilidades de Trump, quien es un experto en “hacer borrón y cuenta nueva”, aseguró.
“Los demócratas no invierten en la movilización de los latinos en los estados donde están concentrados (California y Texas). El enfoque será sobre los latinos en Florida, Nevada, Colorado y quizás Nuevo México”, dijo.
“Los demócratas están confiados sobre el voto hispano y creo que ese es el riego más grande que pueden correr”, aseguró.
“Son expertos en eso. En aprovecharse de los latinos y creer que los tienen en el bolsillo, sin hacer campañas significativas para llegar a ellos. Luego se quejan de por qué los latinos no salen a votar”, agregó Vargas.
Un grupo donde Trump tiene más alcance es entre los cubanoamericanos. Una encuesta realizada esta semana por Univision 23 y Miami Herald mostró que el millonario acaparó un 41% de las preferencias entre los cubanoamericanos del condado de Miami-Dade, versus Hillary Clinton con 29%. Pero ni eso le daría un triunfo en el condado en general.
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