Kyrsten Sinema, la primera mujer que llega al Senado por Arizona al arrebatar un puesto seguro a los republicanos
En 2012, Kyrsten Sinema se propuso demostrar su resistencia física y mental al inscribirse en un triatlón de 140.6 millas denominado Ironman en su estado natal de Arizona, que se haría al año siguiente. Entrenó duramente por doce meses y el día de la competencia terminó las 2.4 millas de natación, 112 millas de ciclismo y 26.2 millas de carrera de resistencia en poco más de 15 horas.
Este martes, tras una dura competencia y viniendo de atrás, la demócrata de 42 años nacida en Tucson ganó otra carrera: las elecciones en su estado por un asiento en el Senado Federal de Estados Unidos en la que venció a la representante republicana Martha McSally en la contienda por reemplazar al senador republicano Jeff Flake.
Tras un lento conteo de votos después de las elecciones del 6 de noviembre, que hizo contener la respiración en ambos partidos políticos, Sinema terminó imponiéndose con una diferencia de 1.7% sobre su rival republicana, con lo cual se convierte en la primera senadora demócrata por Arizona desde 1994.
Pero por lo visto, nada ha sido fácil en la vida de esta dirigente política, graduada en Trabajo Social por la Brigham Young University, en 1995, y Ph.D. en Justicia Social por la Arizona State University, 2012.
" Viví durante dos años en una gasolinera abandonada sin agua corriente ni electricidad después de que mis padres se divorciaron y mi padrastro no pudo conseguir un trabajo. Así que pienso mucho en familias como la mía, que eran de clase media y luchaban. Así que esa experiencia realmente impulsa mi filosofía", dijo al sitio Politico hace cinco años, cuando competía por un puesto en la Cámara de Representantes que obtuvo de la misma manera, peleando contra la poderosa maquinaria republicana en el estado.
Centrista y de espíritu independiente
Sinema se ha proyectado como una política moderada capaz de conciliar acuerdos para alcanzar objetivos. Durante sus seis años en el Congreso, sus posiciones fueron referencia entre las más centristas de la bancada demócrata; de hecho, votó por propuestas respaldadas por Trump en más del 60% de las ocasiones.
Entre otros, respaldó proyectos para aumentar las sanciones en contra de las personas que estaban ilegalmente en el país y que cometieran crímenes.
En un debate el pasado 10 de octubre, Sinema se refirió a su voluntad de trabajar al otro lado del pasillo, pero mencionó varias áreas en las que no estaba de acuerdo con el presidente, incluyendo los aranceles y la política de separaciones familiares en la frontera con México.
Cuando se le preguntó sobre el muro fronterizo propuesto por Trump, Sinema dijo que podría ser parte de una solución, pero que no era suficiente. Refirió que en el pasado se había "resistido" a su partido para apoyar el aumento de fondos para la patrulla fronteriza y la aplicación de la ley de inmigración.
En el cara a cara, la demócrata mostró su desacuerdo con la postulación del juez Brett Kavanaugh a la Corte Suprema porque lo considera demasiado partidario y por supuestamente haber mentido bajo juramento durante su testimonio en respuesta a las acusaciones de agresión sexual contra él.
"Creo que es nuestro deber enfrentarnos al presidente cuando está haciendo algo mal, pero unirnos a él cuando está haciendo algo bien, como trabajar para los veteranos", dijo Sinema.
Sinema cerró su discurso proclamándose a sí misma como la "tercera miembro más independiente" del Congreso y dijo que trabajaría de manera bipartidista para conseguir que las cosas se hagan.
Activista contra la guerra
Durante la férrea campaña electoral, seguida con interés en el ámbito nacional, los ataques de su adversaria política Martha McSally fueron constantes.
McSally, expiloto de la Fuerza Aérea que respaldó al presidente Donald Trump después de oponérsele durante las elecciones de 2016, desempolvó el archivo histórico para exhibir las protestas contra la guerra de Irak en las que participó Sinema cuando era portavoz del Partido Verde y activista liberal.
Quince años más tarde, la republicana blandía en la campaña aquella fotografía de su adversaria política como una “traición” a la patria que la hacían inelegible para el cargo de senadora.
Pero la ahora demócrata ya tenía experiencia en campañas muy duras. En 2011, cuando apenas empezaba a trotar en el terreno político, ya supo a lo que se enfrentaría. “Los republicanos gastaron más de $4 millones en atacarme, es decir, en atacarme brutalmente.... Y no teníamos esa cantidad de dinero de afuera. Sentir esa sensación de temor al ver todo ese dinero entrando en tu contra, y luego despertarse al día siguiente y ver a los cientos y cientos de voluntarios de base que venían a trabajar para ti, para mí ese fue el verdadero punto culminante".
Ese año entró al Senado estatal de Arizona. “Éramos una super minoría, y sin embargo aprobé ocho proyectos de ley", incluyendo un proyecto de ley que concedía la matrícula estatal inmediata a los veteranos en el estado.
Dos años más tarde, se calzaba los zapatos deportivos para participar en el reto de Ironman. Lo hizo en apoyo de la Desert States Charitable Foundation, una organización benéfica que proporciona becas y apoyo a los niños del área, y también de la Leukemia and Lymphoma Society.
Ahora, al conseguir el escaño en el Senado, volvió a asomar su posición centrista. "Durante todo el tiempo que he servido al estado de Arizona he trabajado para ayudar a otros a ver nuestra humanidad común y encontrar un punto en común. Ese es el mismo enfoque que adoptaré para representar a nuestro gran estado en el Senado, donde seré una voz independiente para todos los arizonianos", dijo en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
Al aceptar su derrota, McSally también la llamó para aceptar el resultado y la felicitó en un video difundido en redes sociales. "Le deseo mucho éxito. Estoy muy agradecida con todos aquellos que me apoyaron. Estoy inspirada por el espíritu de nuestro estado", dijo la republicana.