¿Evangélicos hispanos con Trump? Las divisiones entre creyentes que generan las presidenciales
En la recta final de la contienda electoral, los evangélicos latinos quieren dejar en claro que ellos no tienen las mismas inclinaciones ni prioridades políticas que su contraparte blanca, no son un monolito y están divididos sobre el presidente Donald Trump, así que no se puede prever cómo votarán el 3 de noviembre.
Líderes de las tres organizaciones de evangélicos latinos más grandes de Estados Unidos dijeron a Univision Noticias que ellos son difíciles de encasillar y no caben en la plataforma de ningún partido político debido a que son fuertemente pro-vida y pro-justicia social.
“ Los hispanos evangélicos somos desamparados políticos”, dijo Gabriel Salguero, presidente de la Coalición Nacional de Evangélicos Latinos. “No estamos buscando un partido para darle nuestro apoyo. Estamos buscando un partido que nos apoye”.
Según el Instituto Público sobre Investigaciones Religiosas, PRRI, en Estados Unidos hay casi cinco millones de evangélicos hispanos adultos y 36 millones de evangélicos blancos, aunque no hay una definición completamente aceptada de “evangélico”. Por lo general, el término aplica a las personas que creen en la salvación personal a través de Jesús, fomentan la evangelización y viven en base a la Biblia como máxima autoridad.
Pocos y muy conservadores
Los evangélicos hispanos son el subgrupo más grande del bloque religioso hispano (22%) en Estados Unidos, después de los católicos (55%), y representan el 2% de la población nacional, según el Centro de Investigaciones Pew.
Políticamente, ellos tienden a ser por lo general más conservadores que los hispanos católicos y latinos no religiosos, según un estudio de la profesora Janelle Wong, de la Universidad de Maryland. Pero a la vez tienen posturas menos rígidas que el conservadurismo tradicional en temas como, por ejemplo, la justicia social, dijeron los líderes religiosos.
En cuanto a aborto, defienden no solo la vida desde de la concepción sino desde ese momento hasta la muerte, dijo Luis Cortés, fundador y director ejecutivo de Esperanza.
“Ser pro-vida significa que debemos de ayudar a las personas desde el día de la concepción hasta el día de la muerte por el bien común y para ser parte del bien común, independientemente de que la persona sea rica o pobre”, dijo Cortés, quien ha colaborado con los gobiernos de Barack Obama.
En temas de justicia social, los evangélicos blancos tienen una postura diferente a su contraparte latina. Por ejemplo, el 50% de los evangélicos blancos cree que los inmigrantes tienen un efecto negativo en la economía, en comparación al 25% de los evangélicos hispanos, agrega análisis de la Universidad de Maryland.
“En la justicia social cabe reforma migratoria, la reconciliación racial, la reforma del sistema judicial, la lucha contra la pobreza, la búsqueda de la igualdad educativa. Eso es lo que nos hace diferentes (de los evangélicos blancos)”, dijo Sammy Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano.
Su inclinación hacia el bienestar social los alinea más con los demócratas; mientras que su postura antiaborto los sitúa con los republicanos. El 48% de los evangélicos hispanos se identifica como demócrata, el 30% como republicano y el 22 como independiente, según un análisis del Pew del 2014.
Ni azules, ni rojos
“No somos azules (demócratas) ni rojos (republicanos). Somos marrones (hispanos)”, puntualizó Cortés.
El perfil de este grupo, que incluye varias denominaciones como los Southern Baptists, Asambleas de Dios y la Iglesia de Dios, muestra que el 60% es inmigrante y el 40% nació en Estados Unidos, la mayoría son mujeres (52%), el 48% tiene entre 30 y 49 años, la gran mayoría tiene educación básica a lo mucho (65%), el 39% habla mayormente español, mientras que el 35% es bilingüe y el 27% habla inglés, agrega el Pew.
El grupo de evangélicos latinos está creciendo, pero es menos propenso a votar que su contraparte blanca. Creció en 4% del 2010 al 2013, según el Pew, pero el 37% no está inscrito para votar, en comparación con el 11% de los evangélicos blancos, de acuerdo con el PRRI.
Los evangélicos blancos, entre tanto, son un pilar electoral para el presidente (el 81% de ellos votó por él en el 2016). Este grupo también votó contundentemente por candidatos republicanos en las últimas elecciones presidenciales: 78% en el 2012, 74% en el 2008 y 78% en el 2004, según el Pew, que no tiene data comparativa sobre los evangélicos latinos.
Los evangélicos latinos han llamado la atención de la campaña de Trump, que los está cortejando insistentemente. La campaña del presidente y el Comité Nacional Republicano, RNC, han estado cortejando a los evangélicos hispanos a través de la coalición "Evangélicos por Trump" y eventos para líderes de este grupo, según The Washington Post.
Trump, quien ha exaltado el apoyo de los evangélicos en general, lanzó la coalición en enero en Miami. El anuncio lo hizo en El Rey Jesús, una de las mega-iglesias hispanas evangélicas más grandes del país dirigida por el hondureño Guillermo Maldonado, quien llama a sus líderes pastores, apóstoles y profetas.
El RNC dijo al Post que miles de pastores latinos habían participado en varios eventos hasta antes del brote del coronavirus en marzo.
“Antes de mi elección, los creyentes religiosos estaban bajo ataque como nunca antes. Ustedes saben eso. Tantos líderes que hay aquí presente”, dijo Trump al anunciar la coalición. “Pero el día que juramenté (como presidente), la guerra del gobierno federal contra la religión se acabó abruptamente”.
Los evangélicos latinos son más importantes que nunca para Trump, ahora que la ventaja del candidato demócrata a la presidencia encuestas se ha mantenido estable en las últimas semanas.
El índice de protestantes latinos que ve al presidente favorablemente aumentó a nivel nacional de 37% a 50% del 2019 al 2020, de acuerdo con un análisis del PRRI. La campaña de Biden, entre tanto, dijo al Post que en las últimas semanas ha comenzado a cortejar a los latinos religiosos.
Trump perdió terreno con los evangélicos blancos a principios de año. Casi el 80% de ellos aprobaba su gestión en marzo, pero para fines de mayo había perdido el 15% de este apoyo, de acuerdo con un sondeo del PRRI publicado a principios de junio.
El declive ocurrió luego que Trump posó con una Biblia en la mano afuera de una iglesia que está diagonal a la Casa Blanca, luego que agentes despejaron el área con policía montada y gases lacrimógenos, reprimiendo a manifestantes que protestaban pacíficamente afuera de la casa presidencial para que él pueda salir caminando y tomarse la foto.
Muchos criticaron al presidente por reprimir una manifestación pacífica, posiblemente en violación de los derechos civiles de los manifestantes, y líderes religiosos también lo censuraron diciendo que había usado de un símbolo religioso para propósitos políticos.
“Los creyentes se sienten insultados por lo que hizo. Hubiera sido mejor si se hubiera arrodillado y orado por el país, si hubiera abierto la Biblia y leído un pasaje y orado por la paz y dicho que los estadounidenses tienen derecho de protestar” dijo Cortés.
Los líderes evangélicos latinos entrevistados por Univision Noticias están divididos sobre Trump. Uno lo asesora, otro dice que tiene un récord mixto como cualquier presidente y otro lo censura duramente.
Esto teniendo en cuenta el récord del presidente, quien ha dicho que puede abusar de mujeres manoseándolas en la entrepierna, ha pagado a una actriz porno para encubrir una aventura extramarital, ha dicho que nunca ha pedido perdón a Dios y ha soltado una maldición durante una reunión de religiosos con funcionarios del gobierno conocida como National Prayer Breakfast, según The New York Times.
Trump también ha calificado a los mexicanos de violadores y criminales y ha tenido una postura de mano dura hacia inmigrantes, especialmente con centroamericanos que escapan de la violencia de sus países, a la vez que se ha jactado de avanzar las prioridades del sector religioso.
“He hecho tanto por la religión. La Enmienda Johnson. Poner fin a (la política conocida como) Ciudad de México. Nadie pensó que algo de esto podría pasar. (Nombrar) dos jueces de la Corte Suprema”, dijo Trump en junio durante una entrevista con su exportavoz Sean Spicer.
El presidente aludía a la Enmienda Johnson, cláusula en el código federal impositivo que prohíbe que las organizaciones religiosas y otras organizaciones sin fines de lucro apoyen o se opongan a candidatos políticos. Trump firmó una orden ejecutiva pidiendo al Departamento de Justicia que sea tolerante al aplicar las leyes relacionadas a esta cláusula.
La política de Ciudad de México prohíbe el uso de fondos estadounidenses para organizaciones no gubernamentales extranjeras que ofrezcan cualquier tipo de servicios relacionados a aborto, como referencias o consejería, incluso si los servicios no son pagados con fondos estadounidenses. Para este propósito, elimina resquicios para que las organizaciones podían usar para evadir las restricciones originales de la política.
Salguero exaltó a Trump por su trabajo sobre la política de Ciudad de México y la enmienda Johnson, pero dijo que “su trato a las mujeres, su política inmigrante y retórica contra inmigrantes han sido muy dañinas para nuestra comunidad. Su política hacia Puerto Rico después del paso del huracán María no ha sido la más acertada”.
“Al igual que otros gobiernos, Trump tiene un legado mixto”, dijo.
Salguero dijo que no ha participado en ningún evento donde ha estado Trump, pero en el pasado se ha reunido con Obama, W. Bush y en agosto dirigió la oración de apertura de la Convención Nacional Demócrata.
El presidente ha creado divisiones entre los evangélicos fundamentalistas latinos y el resto del grupo, dijo Cortés, quien colaboró con el gobierno de Trump en el 2018, cuando el vicepresidente Mike Pence fue el orador principal del National Hispanic Prayer Breakfast.
“El comportamiento de Trump, sus acciones, sus tuits y posturas morales han creado una división moral entre lo que voy a llamar evangélicos latinos ultraconservadores o súper conservadores que lo siguen apoyando y los evangélicos latinos que tienden a ser conservadores no fundamentalistas”, dijo Cortés. “Los fundamentalistas van a estar con Trump pase lo que pase pero muchos conservadores han roto con Trump debido al muro (fronterizo), sus acciones con los niños (inmigrantes en la frontera), con la manera derogatoria como habla de los latinos y sus acciones sobre el Covid-19”.
Por otro lado, está Rodríguez, a quien muchos evangélicos latinos critican por asesorar al presidente y defender su gobierno. Rodríguez fue uno seis pastores invitados a orar en la juramentación de Trump en enero del 2017 y el año pasado contradijo reportes de expertos y legisladores que denunciaban maltrato a inmigrantes en un centro de detención de Texas.
“También me criticaron cuando asesoré a Obama y cuando estuve con (George W.) Bush. No me importa. Yo sé cuál es mi papel. Sé por qué lo hago. Lo hago porque Dios me tiene allí para avanzar una agenda buena, de vida, de libre expresión de religión, una agenda que incluye una reforma migratoria”, dijo Rodríguez. “Estoy allí abogando por nuestra gente. A mí no me importa. A mí los críticos no me definen. A mí me define el propósito de Dios en mi vida”.
Rodríguez dice que el presidente no es perfecto y no lo juzga. Prefiere ver su papel como la de un intermediario que puede influir en el presidente y cree que Trump lo está escuchando.
“No digo que me escucha todo el tiempo. Digo que hay veces que me han escuchado”, señaló Rodríguez agregando que hace poco le sugirió establecer una comisión para abordar temas de reformas policiales.
Algunos evangélicos como Gaby Pacheco, quien fue una de las pioneras del movimiento de los dreamers, dijo que Rodríguez se ha pasado de la raya al colaborar con Trump.
“De algún modo, siento que Sam protege a Trump y al apoyarlo lo está envalentonando”, dijo Pacheco al Times.
“Solo porque uno está dispuesto a conversar con él y tratar de hacerle cambiar de opinión sobre los inmigrantes no quiere decir que vaya a servir en su junta de asesores”, agregó la activista. “Eso es legitimar lo que hace”.
Salguero recalcó que los demócratas históricamente creen que tienen a los latinos en el bolsillo y advirtió que no deben de asumir que cuentan con el voto de los evangélicos latinos solo porque muchos no van a votar por Trump.
“(Los demócratas) históricamente han ignorado parte de nuestros reclamos … Piensan que porque somos latinos, somos demócratas y los republicanos creen que porque somos evangélicos, somos republicanos, pero la realidad es que somos latinos evangélicos y por lo tanto no deben tomar por dado nuestro voto”, puntualizó.