Los demócratas pelean en New Hampshire por presentarse como la carta segura para sacar a Trump de la Casa Blanca
No hubo el pronosticado choque entre el senador Donald Trump d e la Casa Blanca.
Aunque por momentos los siete candidatos demócratas -de los 11 que siguen en a carrera- que participaron sucumbieron a la costumbre de criticarse mutuamente, los golpes no resultaron muy contundentes y la cordialidad fue la marca de la noche, con abrazos y bromas entre los aspirantes a enfrentarse a Trump en noviembre.
La dinámica entre Buttigieg y Sanders era la que más atención generaba, debido a que ambos se consideran los ganadores del caucus de Iowa, con cerca del 26% de los votos cada uno, aunque no se haya dado un ganador oficial, cinco días después de las asambleas con las que abre el proceso de primarias para la selección del candidato presidencial.
Hubo un par de ocasiones en las que pareció que el esperado choque se produciría, como cuando el exalcacalde puso en duda que la solución a la coyuntura política actual pueda darse recurriendo a lo que llamó “la larga experiencia” en Washington, en clara alusión a la mayoría de sus contrincantes a excepción del empresario Andrew Yang y el multimillonario Tom Steyer.
Sanders no devolvió el golpe hasta tiempo después cuando, al hacer una crítica a la campaña del también multimillonario Michael Bloomberg, aprovechó para hacer una alusión a las campañas que se financiar con dinero de grupos de interés y grandes corporaciones, como la de Buttigieg.
En general, la actuación de los aspirantes demócratas pareció reproducir los encuentros anteriores. Solo la senadora Joe Biden, quien lució un poco más confiado que en debates previos, pese al cuarto lugar que obtuvo en los caucus del estado del Medio Oeste.
Estos son los puntos destacados del octavo debate demócrata.