Muchos candidatos y pocos apoyos: ¿por qué los líderes demócratas no han apostado por uno de los aspirantes presidenciales?

La mayoría de los grandes nombres relacionado con el Partido Demócrata se han mantenido al margen, sin dar su apoyo a los candidatos que aspiran a la nominación presidencial del 2020 para enfrentarse a Donald Trump.
A menos de cuatro meses de que se inicien las primarias demócratas, los líderes políticos latinos aún no apuestan por un sólo candidato en la carrera presidencial, a pesar de que un hispano está en competencia.
El exsecretario de Vivienda Julián Castro sólo ha recibido el respaldo de dos legisladores en el Congreso: su hermano Joaquín Castro y el congresista de Texas Colin Allred.
Antes del debate en Ohio, de mediados de octubre, el ex alcalde de San Antonio anunció una lista de 58 líderes estatales, locales y comunitarios que apoyan su campaña. Pero en ella no había ningún gobernador, senador, congresista o alcalde, los cargos ‘pesados’ que suelen generar más resonancia entre el electorado.
El caso de Castro no es una excepción entre los candidatos demócratas. Todos tienen el mismo problema. La lista de endosos hispanos de cada candidato es pequeña y la diferencia es de una a dos personas.
- Kamala Harris, la senadora de California es quien ha logrado hasta ahora el mayor número de respaldos entre la comunidad hispana, en total cuatro nombres importantes. Tiene con ella a los congresistas de Arizona Rubén Gallego y de California Jim Costa y Nanette Díaz, junto con el alcalde de Long Beach Robert García.
- Bernie Sanders, el senador de Vermont acaba de lograr el apoyo de la representante Alexandria Ocasio-Cortez, una figura en rápido ascenso entre la juventud del partido y quien hace tan solo cuatro años trabajó como voluntaria de la campaña contra Hillary Clinton. El senador ya contaba con Carmen Yulin, alcaldesa de San Juan, Puerto Rico.
- Cory Booker, el senador de Nueva Jersey tiene el apoyo del otro senador del estado: Robert Menéndez y del congresista Albio Sires.
- Joe Biden, el exvicepresidente tiene a los congresistas de Texas VIcente González y Filemon Vela, junto con Lou Correa de California.
- Elizabeth Warren, la senadora por Massachussetts tiene al legislador de Arizona Raúl Grijalva.
- Beto O’Rourke, el exrepresentante de Texas cuenta con su sucesora en el Distrito 16, que abarca la ciudad de El Paso, la congresista de Texas Verónica Escobar.
- John Delaney, el representante de Maryland apuntó al congresista de California Juan Vargas en sus filas.
Solo Amy Klobluchar, Pete Buttigieg y Steve Bullock no han alineado a hispanos de alto perfil en las listas de apoyo a sus campañas.
Parece claro que hasta ahora los líderes políticos latinos no han puesto su capital en un sólo candidato. Un problema que no se extiende sólo a este grupo, sino a la élite política entera del Partido Demócrata y que habla de una elección atípica.
“La mayoría está sentado esperando a ver quién consolida su ventaja. Muy diferente a elecciones pasadas en ambos partidos, como la de George W. Bush o de Al Gore, donde claramente tenías el apoyo de grandes nombres desde el principio”, explicó a Univisión Noticias, David Karol, profesor de gobierno y política en la universidad de Maryland y uno de los autores del libro “El partido decide: nominaciones presidenciales antes y después de la reforma”.
¿Una primaria atípica?
En el libro, publicado en 2008, se analizaron 16 elecciones y los autores (Marthy Cohen, Hans Noel y John Zaller, además de Karol), vieron que el candidato que lideraba los endosos el día anterior al caucus de Iowa ganó 10 nominaciones, o el 63% de las veces. Su tesis plantea que el apoyo oficial de un candidato por parte de figuras destacadas en el partido tiende a liderar las preferencias de los votantes en primarias y ganar la nominación. ¿Pero es así en esta elección?
“Los endosos son un buen predictor, pero no en una elección como esta, donde los demócratas están divididos. Ahora, ver este factor nos sirve para dar cuenta que mucha gente está ambivalente. Por ejemplo, aunque Warren está liderando en las encuestas, muchos dentro del partido están preocupados por su posibilidad real de ganar a Donald Trump”, comentó Karol.
Para algunos demócratas respaldar a alguien a estas alturas de la carrera por la nominación podría ser un riesgo que no vale la pena correr, sobre todo después que en 2016 la campaña de Hillary Clinton, y los presentaron como el ala más rígida y anquilosada de la coalición.
Según analistas políticos como Dave Hopkins, profesor de Boston College, los cambios en la manera de hacer campaña le han quitado protagonismo a los endosos.
“En los viejos tiempos si querías recaudar dinero o construir una organización de campaña, había mucho valor en que alguien te entregara su apoyo, porque eso venía con redes dentro del partido y financieras”, dijo a Univisión Noticias.
“Pero en estos días muchos candidatos están tratando de construir sus campañas fuera de estas redes tradicionales. Están recolectando dinero de pequeños donantes en internet, entonces son mucho menos dependientes de los donantes grandes”, agregó.
“Ahora los candidatos pueden ir directo a los votantes o se pueden armar super PAC y eso está cambiando la función que las élites políticas del partido solían tener”, explicó a Univisión Noticias Marty Cohen, profesor de James Madison University y otro de los autores de "El partido decide".
Aunque es Warren quien ha acaparado la mayoría de los titulares por su falta de respaldo dentro del partido, según Hopkins los números son una mala noticia para Biden y no para la senadora.
“Él es el tipo de candidato que necesita esa clase de respaldo, más que los otros y naturalmente uno tendería a asumir que él es el favorito de la elite política. Tiene más endosos que nadie en número, pero considerando que es un exvicepresidente y que ha servido por muchos años con la mayoría de los líderes demócratas, uno esperaría que fuera favorecido enormemente en esta área”, explicó Hopkins.
Los expertos coinciden en que la primaria demócrata tiene el potencial de cambiar rápidamente después de febrero de 2020, cuando se realicen los primeros comicios en Iowa y New Hampshire y que será entonces cuando el respaldo de la mayoría de las figuras del partido será más claro.
En este caso serán primero los votantes quienes inclinaran la balanza a favor o en contra de los candidatos y eso posiblemente moverá la clase política del partido y no al revés, como en elecciones pasadas. Una señal de cambio.