¿Por qué la carrera por la Casa Blanca empieza con el caucus de Iowa?

La primera y más visible prueba de apoyo a los candidatos en las elecciones presidenciales de 2020 es el caucus de Iowa, que se llevará a cabo el 3 de febrero. Si bien Iowa no controla quién se convierte en el candidato de cada partido, la selección que se hace en este estado casi siempre termina marcando al resto de la nación.
Uno de los arquitectos de los caucus modernos de Iowa, que comenzaron en 1972, escribió que la importancia de esa elección no se había previsto. "Ni en nuestros sueños nos dimos cuenta de que seríamos ‘primeros en la nación’, ni esperábamos que alguien de fuera de Iowa prestara mucha atención”, escribió el profesor retirado de ingeniería de la Universidad Estatal de Iowa Richard Seagrave.
Seagrave dijo que no fue un cálculo político lo que llevó a decidir que el caucus se hiciera a principios del año electoral. Fue la "inmensa cantidad de papeleo" necesaria para documentar los procedimientos del caucus con solo una máquina de mimeógrafo lento lo que hizo que se escogiera una fecha de caucus tan temprana.
"Recuerde que en 1972 no teníamos computadoras" fáciles de usar "ni máquinas copiadoras de alta velocidad", escribió Seagrave.
La importancia de posicionarse como primeros en la nación no quedó clara hasta que un gobernador de Georgia entonces apenas conocido, Jimmy Carter, llegó a Iowa en 1976 a probar las aguas para una carrera presidencial.
Ese año la opción 'no comprometido' (los ciudadanos indecisos) obtuvo 14,508 votos (37%). mientras que Carter, que tuvo 10,764 votos (27%), fue declarado ganador en Iowa. Más tarde, obtuvo la nominación y ganó la presidencia. El hecho de que un candidato relativamente desconocido —gastando poco dinero pero mucho tiempo en hacer campañas cara a cara— pudiera ganar fue sorprendente.
¿Por qué un caucus?
Antes de que se inventara el sistema moderno para elegir candidatos presidenciales, el mecanismo desde 1832 para la nominación ha sido una convención política nacional de cada partido. Los votantes en cada convención estatal eligen delegados a la convención nacional. Un caucus es una forma en que los líderes de los partidos estatales eligen a quién enviar y a quién deben apoyar esos delegados.
Poderosos jefes políticos, como Huey Long de Louisiana, William “Boss” Tweed, de Nueva York, James Michael Curley, de Boston, y Tom Pendergast, de Kansas City, tenían el poder real en el siglo XIX y principios del XX a través de sus organizaciones políticas. Los jefes ofrecieron servicios (vivienda, atención médica, comida, ropa) a las personas antes de que los servicios gubernamentales se volvieran comunes.
Pendergast le dijo una vez a The New York Times: "Cuando un hombre pobre acude a los muchachos del viejo Tom en busca de ayuda, no hacemos ninguna de esas malditas investigaciones tontas como estas organizaciones benéficas de la ciudad. No, por Dios, le llenamos el estómago, le calentamos la espalda y hacemos que vote a nuestro modo".
Un vestigio de esa era política duró hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando las acciones de un veterano jefe político de Chicago, el alcalde demócrata Richard Daley, condujeron a un cambio profundo en el proceso de selección de candidatos presidenciales.
La convención demócrata de 1968 tuvo lugar en Chicago, una ciudad estrechamente controlada por Daley. Sus agentes se habían ocupado de que la gente votara por él y los candidatos que había elegido.
Pero 1968 fue un año de violencia relacionada con el racismo y la guerra de Vietnam. Los disturbios interrumpieron en la convención. El alcalde Daley usó su fuerza policial para aplastar las protestas.
Todo esto se vio en vivo por la televisión. La violencia y el prejuicio amenazaban con manchar al Partido Demócrata.
1968 provocó reformas
El Partido Demócrata creó la Comisión McGovern-Fraser en 1968 en respuesta a los eventos de Chicago. Las nuevas reglas cambiaron el proceso de nominación presidencial del partido en un intento por hacerlo más sistemático y transparente, así como para alentar una mayor participación de grupos minoritarios, jóvenes y mujeres —aproximadamente proporcionales a sus números en los estados.
Fueron estas reformas las que lanzaron las asambleas de Iowa en 1972. En 1976, el Partido Republicano de Iowa siguió a los demócratas y comenzó a celebrar asambleas en la misma fecha adelantada.
Eso aumentó la visibilidad de las asambleas de Iowa desproporcionadamente a su influencia numérica real en la convención de nominaciones, donde en 2020 enviará solo 49 delegados del total estimado de 4,594 de los demócratas.
De hecho, las asambleas son en gran parte un evento mediático, un concurso de belleza, como han sugerido los especialistas Hugh Winebrenner y Dennis J. Goldford.
Un evento legendario ocurrió en 2004, cuando el gobernador de Vermont, Howard Dean, quien llegó en tercer lugar, estaba animando a sus seguidores mientras contemplaba una campaña nacional. Pero un mal funcionamiento del micrófono amplificó su entusiasmo. Lo que se conoce como el “Dean Scream” derrumbó su candidatura.
En 2008, un senador en su primer período, Barack Obama, ganó los caucus de Iowa, lo que lo impulsó a una nominación muy reñida y a dos mandatos en la Casa Blanca.
Y en 2016, el demócrata socialista Bernie Sanders casi venció a Hillary Clinton en Iowa.
Cómo lo hacen
En la noche del caucus, los votantes registrados demócratas y republicanos se reúnen en aproximadamente 1,700 lugares. Estas han sido escuelas, bibliotecas, iglesias, estaciones de bomberos y hogares de personas. En 2020, los demócratas también tendrán comités satélites, algunos incluso en el extranjero.
Hay discursos de partidarios para cada candidato que se reúnen en grupos. Se cuentan los números en cada grupo.
Para los demócratas, un candidato debe tener al menos el 15% de todos los participantes en ese recinto para ser viable. De lo contrario, ese candidato se declara "no viable" y se pide a los seguidores que se unan a otro grupo o que permanezcan indecisos.
Una vez que se han declarado los grupos viables, un cálculo matemático complejo determina cuántos delegados se asignan a cada candidato sobreviviente.
En las asambleas republicanas, los asistentes votan y los delegados se reparten de acuerdo con los resultados estatales.
Los caucus de Iowa se convierten en una tradición
Los caucus de Iowa se han convertido en una tradición política bien observada porque los medios dedican mucha atención a las actividades de los candidatos allí y luego a cómo se desempeñan en la noche del caucus.
Han surgido críticas. La población pequeña y mayoritariamente blanca de Iowa ha sometido al comité a la acusación de que no es representativo de la nación en su conjunto.
Una encuesta reciente de USA Today/Suffolk University atestigua esa preocupación:
- Una mayoría del 57% estuvo de acuerdo en que celebrar los concursos de apertura en Iowa y New Hampshire era un buen sistema “porque obliga a los candidatos a hablar directamente con los votantes”.
- Una mayoría del 52% también estuvo de acuerdo en que celebrar los concursos de apertura en Iowa y New Hampshire no era un buen sistema “porque los dos estados no reflejan la diversidad de la nación”.
También existe la preocupación de que los caucus sean eventos difíciles en los que participar porque los votantes deben asistir personalmente y de noche. La tasa de participación de votantes elegibles es baja, rondando el 10%, mientras que las primarias normalmente tienen una participación del 35% o más.
En 2020, hay un debate renovado sobre cómo los estadounidenses deben seleccionar a sus candidatos para presidente. Los caucus son ahora generalmente desfavorables, y muchos estados se están mudando a las primarias.
Una cosa está clara. Así como la selección de candidatos estadounidenses evolucionó desde los días de los jefes políticos hasta los caucus y las elecciones primarias de hoy, ese proceso continuará evolucionando.
César Segovia tradujo este artículo al español.