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El descarnado racismo que se oculta tras las burlas de Trump a la risa de Kamala Harris

Los comentarios de Trump y los republicanos sobre la risa de Harris se han vuelto más que frecuentes en esta campaña electoral. ¿Qué hay históricamente detrás de estas críticas y qué tan frecuentes son entre las mujeres negras?
Publicado 3 Ago 2024 – 07:37 AM EDT | Actualizado 3 Ago 2024 – 07:37 AM EDT
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Con el ascenso de la vicepresidenta Kamala Harris a la cima de la lista demócrata, los republicanos están reconstruyendo una estrategia de campaña que durante meses se centró en competir contra el presidente Joe Biden.

El tema del que se habla ahora es que Harris se ríe demasiado y en momentos inapropiados, como parte de un argumento más amplio que asegura que Harris es "rara".

"Yo la llamo laughing Kamala (algo así como ‘Kamala la risueña’)", dijo el expresidente Donald Trump en un mitin en Michigan el pasado 24 de julio. "¿La han visto reír alguna vez? Está loca. Se puede saber mucho de alguien por su risa... Ella está loca".

Como profesora de estudios estadounidenses con enfoque en la raza y la política, sé que las mujeres negras en EE. UU. cuentan con una historia de lucha contra la violencia y la opresión.

Y con demasiada frecuencia, cuando experimentamos alegría y la mostramos en público, somos ridiculizadas. Se dice que somos demasiado ruidosas, demasiado emocionales... en fin, demasiado "mujeres negras".

La historia muestra que esto es un discurso familiar. En la cultura popular, las mujeres negras han sido caracterizadas como la sexualmente provocativa Jezabel, la enfadada y masculinizada Sapphire o la servil y protectora Mammy.

Claramente, ninguna de esas etiquetas encaja con Harris, por lo que Trump ha creado un nuevo calificativo para ella: crazy laughing (la “loca que ríe”).

La invisibilidad ha perseguido durante mucho tiempo a las niñas y mujeres negras. En respuesta, sus elecciones —desde la vestimenta hasta la espiritualidad o los grupos activistas— a menudo se centran en lograr ser visibles. Lo hacen para resaltar la injusticia y ofrecer una visión de la justicia basada en sus experiencias.

En mi opinión, las mujeres negras merecen que parte de esa visibilidad sea alegre. Y en ese sentido, Harris está allanando el camino.

Exaltación en la lucha

Muchas opiniones públicas sobre Harris no reflejan la visión de Trump. Las anécdotas de la vicepresidenta, su sonrisa, su risa e incluso —sorprendentemente— sus bailes en público han inspirado una oleada de publicaciones y videos de fans en redes sociales que destacan su energía y lo que el experto en medios Jamie Cohen describe como su “torpeza entrañable”.

Para estos analistas, Harris encarna la idea del Black Joy (Alegría negra), un movimiento nacional que comenzó en 2020 después del asesinato de George Floyd.

“La alegría negra es una parte esencial de la historia completa de las personas negras en su lucha por la dignidad y la recuperación... la capacidad sin restricciones de salir y disfrutar de todas las cosas buenas de la vida”, explica Lindsey Norward, redactora sénior del Fondo de Defensa Legal de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAA, por sus siglas en inglés).

Acto de autodefinición

En un libro que coedité junto a Julia Jordan-Zachery, profesora de Ciencias políticas de la Universidad Wake Forest, examinamos un concepto relacionado: Black Girl Magic (La magia de la chica negra).

Nuestro libro describía cómo las niñas y mujeres negras mantienen su humanidad frente a la hostilidad fomentando la comunidad, contrarrestando la invisibilidad y creando espacios para la libertad.

A veces, eso significa llamar la atención sobre sus luchas. Un ensayo del libro cita a la directora ejecutiva del Foro de Políticas Afroamericanas, Kimberlé Crenshaw, explicando el hashtag #SayHerName (Di su nombre), que se creó para crear conciencia sobre las mujeres negras víctimas de la brutalidad policial y la violencia contra los negros.

“Aunque las mujeres negras son asesinadas, violadas y golpeadas de forma rutinaria por la policía, sus experiencias rara vez se destacan en la comprensión popular de la brutalidad policial”, escribió Crenshaw.

“Sin embargo, la inclusión de las experiencias de las mujeres negras en los movimientos sociales, las narrativas de los medios y las demandas políticas en torno a la policía y su brutalidad es fundamental para combatir eficazmente la violencia estatal racializada hacia las comunidades negras y otras comunidades de color”, agregó.

El pasado 23 de julio, Harris publicó una declaración en la que expresaba su pesar por la “muerte sin sentido” de Sonya Massey, una mujer negra de 36 años que recibió un disparo mortal en su casa de Illinois por parte de un ayudante del sheriff que respondió a una llamada alertando de un posible intruso en la zona.

El agente ha sido despedido y acusado de asesinato, una vez que se conocieron las imágenes de la cámara corporal de otro agente que lo mostraban amenazando y después disparando a Massey después de que ella lo increpara.

“Sonya Massey merecía estar a salvo”, escribió Harris. “Las imágenes perturbadoras publicadas ayer confirman lo que sabemos por las experiencias vividas de tantas personas: tenemos mucho trabajo por hacer para garantizar que nuestro sistema de justicia esté a la altura de su nombre”. En otras palabras, Harris pronunció el nombre de Massey.

Escribiendo su propia historia

Nuestro libro argumentó que en la era de Trump, a quien las mujeres negras ven como hostil hacia sus intereses casi de manera universal, encontrar el equilibrio entre la humanidad y la magia es más importante que nunca para las niñas y mujeres negras.

Como dijo la entonces primera dama Michelle Obama en un discurso durante los premios Black Girls Rock de marzo de 2015, las jóvenes negras a menudo escuchan “voces que te dicen que no eres lo suficientemente buena, que tienes que lucir de cierta manera, actuar de cierta manera. Que si hablas, eres demasiado ruidosa. Si das un paso adelante para liderar, estás siendo mandona”.

En esa época, la autora e influencer de redes sociales CaShawn Thompson comenzó a tuitear el hashtag #BlackGirlMagic porque, dijo, “la magia es algo que la gente no siempre entiende. A veces nuestros logros parecen surgir de la nada, porque muchas veces las únicas personas que nos apoyan son otras mujeres negras”.

El hashtag se popularizó en los premios Black Entertainment Television de 2016, donde el actor y activista Jesse Williams pronunció un apasionado discurso sobre la raza en EEUU que terminó con un sutil guiño:

“La responsabilidad de los maltratados no es confortar a los espectadores. Ese no es nuestro trabajo, ¿de acuerdo? Dejen de hablar de eso… el asunto es que el hecho de que seamos mágicos no significa que no seamos reales”.

Williams hizo así una respetuosa referencia al movimiento #BlackGirlMagic, en alusión al hecho de que las identidades de las niñas y mujeres negras incluyen la resistencia contra las narrativas que las excluyen y la voluntad de definirse por sí mismas.

Harris ha enfrentado este desafío muchas veces a lo largo de su carrera como fiscal de distrito, fiscal general estatal, senadora y vicepresidenta. Ahora tiene que reinventarse de nuevo como candidata presidencial. E incluso contando con un gran equipo de campaña, Harris tendrá que hacerlo por sí misma.

Tal y como destacó la ganadora del Premio Nobel Toni Morrison, la mujer negra no tiene “nada a lo que recurrir: ni a la masculinidad, ni a la blancura, ni a la feminidad, ni a nada. Y es muy posible que, a partir de la profunda desolación de su realidad, se haya inventado a sí misma”.

Nuestro libro destacó la fortaleza emocional de la que se valen las mujeres negras para lograr tantas hazañas y, al mismo tiempo, romper barreras insondables. No es una exageración decir que lo que hacen es magia.

Harris necesitará mucho apoyo para tener una campaña exitosa, tanto por parte de las mujeres negras como de muchas otras personas. Habrá cuestiones serias sobre las que debatir, desde la seguridad fronteriza hasta la política exterior y la economía.

Pero Harris también tiene una oportunidad real de contrastar su humor y su energía positiva con una visión muy oscura del Partido Republicano, sin dejar que ellos le digan cuándo está bien reírse.

* Duchess Harris es profesora de Estudios Estadounidenses en la universidad Macalester College, en el estado de Minnesota. Es miembro del consejo asesor de The Kamala Harris Project, un grupo de académicos en política, comunicación, historia y políticas públicas dedicado a estudiar el mandato de la primera mujer negra en ocupar la vicepresidencia de EEUU en la historia. La autora no tiene parentesco con Kamala Harris.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer en inglés el original aquí.

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