Por qué Trump ya no prioriza tres estados que hasta hace semanas eran claves en su campaña
El estado de New Hampshire no ha recibido la visita de Donald Trump desde que ganó las primarias republicanas en enero. Tampoco han visto a de alto perfil de su partido desde la pasada primavera.
Sin embargo, hasta hace unas semanas se trataba de un estado que la campaña de Trump veía como una de sus opciones para ampliar su mapa electoral.
Un momento clave para los republicanos fue, sin duda, el ya famoso debate celebrado entre su candidato y el presidente Joe Biden, en el que el pobre desempeño del entonces aspirante demócrata a la reelección desencadenó serias dudas de su aptitud física y mental para continuar en la campaña.
Encuestas realizadas justo después del debate mostraron cómo Trump había borrado la ventaja que Biden tenía en el también conocido como “estado de granito”.
El presidente del Comité Nacional Republicano, Michael Whatley, dijo entonces que su partido había comenzado a “participar” y ser tenido en cuenta en New Hampshire y otros estados en los que hasta entonces apenas veían posibilidades de victoria.
Sin embargo, todo cambió con la llegada de Kamala Harris.
Desde entonces, las posibilidades de los republicanos volvieron a desplomarse en este estado. Las últimas encuestas muestran que la vicepresidenta está logrando una amplia ventaja y, prueba de ello, es el acto que realizó este miércoles en New Hampshire para hablar de su nuevo plan de exenciones fiscales para pequeñas empresas.
Los tres estados en los que Trump ya no invertirá esfuerzos en la campaña electoral
Sin embargo, New Hampshire no es el único estado en el que los republicanos han dejado de invertir esfuerzos en las últimas semanas tras ver el notable impulso logrado en ellos por la candidatura de Harris.
Según el diario The Guardian, de hecho, su campaña ya desvió fondos de Minnesota, Virginia y New Hampshire para centrarse en otros estados más disputados. Hasta hace pocas semanas, Trump se jactaba de sus opciones de ganar en estos tres lugares.
Ahora, la inversión republicana se está enfocando en los tres estados del “muro azul” ( Pensilvania, Wisconsin y Michigan) considerados clave para las elecciones de noviembre y en los que Biden fue el más votado en 2020.
El interés republicano en ellos es lógico, dado que aún se contempla la victoria de cualquiera de los dos candidatos. Según una reciente encuesta de CNN, Trump y Harris están prácticamente empatados en Pensilvania con un 47% de intención de voto cada uno.
También se están transfiriendo recursos republicanos a otros cuatro estados en los que Trump contaba con una mayor ventaja antes de que Harris entrara en escena: Carolina del Norte, Georgia, Nevada y Arizona.
En Carolina del Norte, por ejemplo, la campaña republicana y MAGA Inc. (un Comité de Acción Política que la apoya) gastaron más de $16 millones en anuncios tras ver que Harris está cerca de alcanzar a Trump en las encuestas, pese a que los demócratas no ganan elecciones presidenciales en este estado desde hace más de 40 años.
Pese a todo, al menos oficialmente, la campaña de Trump asegura que no dan por perdido ningún estado y que siguen pugnando por la victoria.
"El equipo de Trump sigue desarrollando el juego de campo más sólido y moderno que jamás haya existido", dijo Rachel Reisner, directora de Trump en los estados en disputa, al medio Axios.
"Nuestro equipo no hace más que crecer (tenemos nuevo personal, oficinas y voluntarios cada semana) con más entusiasmo, energía y apoyo de personas y estados que los demócratas dan por sentados", agregó.
Cómo ha cambiado el mapa estatal de prioridades electorales para los republicanos
Todos estos indicios muestran lo mucho que han cambiado las estrategias de ambos partidos y sus prioridades estatales en los últimos meses.
En la Convención Nacional Republicana de julio, el partido aún mostraba su confianza en ganar Minnesota, New Hampshire y Virginia. Incluso Trump y su aspirante a vicepresidente, JD Vance, realizaron un mitin en Minnesota poco después.
Pero el torbellino que supuso el cambio de Biden por Harris puso todo patas arriba en la campaña. También jugó a favor del cambio el hecho de que la vicepresidenta eligiera como su número dos al gobernador de Minnesota, Tim Walz, como uno de los estados en juego.
Aunque los republicanos habían anunciado la apertura de nuevas oficinas y más contrataciones en Minnesota en el marco de la campaña, no todas se llevaron a cabo y la mayoría de nuevas sedes fueron abiertas antes de la llegada de Harris al proceso electoral según Axios.
Las cosas también cambiaron en Virginia. Este estado fue el elegido por Vance para dar su primer discurso en solitario tras ser nombrado aspirante a vicepresidente republicano. Pero Trump no ha vuelto a dar un mitin allí en el último mes y medio.
Mientras, en New Hampshire, los republicanos tienen sentimientos encontrados. Algunos lamentan en privado la falta de inversión del partido en el estado. Otros, reconocen que es más práctico centrar sus esfuerzos en otras partes donde haya opciones más claras de ganar.
“Esta elección se ganará en siete estados clave” y no en New Hampshire, dijo al medio Politico Lou Gargiulo, quien copreside la campaña de Trump en este estado. “Ahí es donde hay que poner el esfuerzo”, concluyó.
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