Trump ha mencionado dos casos para justificar un eventual regreso a sus duras medidas migratorias, que prometen deportaciones a granel y detener una supuesta “invasión” de extranjeros con antecedentes penales. Aunque las estadísticas no verifican sus dichos. De hecho, confirman que los migrantes cometen menos crímenes que quienes nacieron en este país.
El primer caso que mencionó el expresidente es el de Jocelyn Nungaray, quien fue agredida sexualmente antes de ser estrangulada en Texas. El crimen, dijo Trump, fue cometido por “dos inmigrantes ilegales de Venezuela que cruzaron la frontera y luego liberados”. Trump dijo que recientemente conversó con la madre de Nungaray.
El otro caso es el de Rachel Morin, de 37 años, quien fue violada y asesinada. Morin dejó cinco huérfanos. La sospechosa era una mujer salvadoreña que vino a este país. “La Casa Blanca la dejó entrar”, criticó Trump. Antes del crimen de Morin, la acusada atacó a una niña de nueve años y a su madre en California.
Aquí las cifras que refutan el discurso de Trump: El TRAC de la Universidad de Syracuse, un centro que recaba cifras a través de solicitudes de datos oficiales, publicó un análisis del tema al analizar las causas por las que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) inició procesos de deportación en 2016. De los 239,086 procesos de ese año, 86% partieron de que los migrantes entraron al país sin pasar por una inspección —lo cual no es delito— o por algún otro cargo por una violación de migración —que sí pueden constituir delito, pero ninguno que pueda amenazar la seguridad nacional.
Solo 2.02% —casi 5,000 personas— fue deportado ese año por haber cometido un delito grave. Y solo 0.01% —25 personas— porque pudo atentar contra la seguridad nacional. Y cuando se revisa un rango mayor de datos (del año fiscal 2007 a cinco meses del año fiscal 2017) los indocumentados a los que se le inició un proceso de deportación por haber amenazado la seguridad nacional representaron entre 0.01% y 0.03%.
Esta afirmación es falsa, porque los buques de guerra rusos y un submarino nuclear salieron de la isla, con destino desconocido, el 17 de junio de 2024, cinco días después de una visita oficial a Cuba.
Si bien las embarcaciones generaron inquietud, especialmente en Estados Unidos y la comunidad internacional (porque detectaron sus movimientos, y porque no hubo un aviso por parte de Rusia), desde el gobierno de Cuba afirmaron en un comunicado, que se acogieron “estrictamente a las regulaciones internacionales de las cuales Cuba es Estado Parte” y que “ninguno de los navíos es portador de armas nucleares, por lo que su escala en nuestro país no representa amenaza para la región”.
De forma engañosa, Trump asegura con una gráfica que sus políticas migratorias disminuyeron de forma histórica la llegada de inmigrantes a la frontera. Uno de los elementos fundamentales de esa disminución fue la pandemia de covid-19, que llevó al cierre de la frontera.
Trump, además, reclamó que el gobierno de Biden hubiera acabado con los Protocolos de Protección de Migrantes, conocidos comúnmente como MPP. Su istración los puso en marcha en enero de 2019 para enviar a solicitantes de asilo a esperar por sus casos en las ciudades más peligrosas de la frontera con México. Hasta ese momento, cualquiera que solicitara asilo en Estados Unidos podía esperar la resolución de su caso en suelo del país.
Estos protocolos se implementaron contraviniendo leyes, acuerdos y reglamentos. Mientras estuvieron vigentes, más de 70,000 personas —que incluyeron a mujeres embarazadas y a niños en situación de riesgo— fueron enviadas a México sin ninguna protección de sus derechos. Distintas organizaciones de derechos humanos acumularon denuncias de estos migrantes que habían sido víctimas de robos, secuestros, extorsiones, violaciones sexuales e incluso se conoció de asesinatos.
En este link puedes leer el especial de Univision Noticias 'Atrapados en México', que contó en profundidad el impacto que tuvo esta política y cómo atacó al sistema de asilo que por décadas estuvo vigente.
Es falso que la tasa de criminalidad esté subiendo, como afirmó el, ahora, candidato oficial republicano. Los datos facilitados por el FBI dicen que, fijándose en el tamaño de las ciudades, los crímenes violentos han caído en todo el país al comparar el primer trimestre de 2023 con el primer trimestre de 2024.
La base de datos del FBI se nutre de las fuerzas de seguridad locales, y no todas presentan datos, por lo que es posible que no reflejen con precisión la magnitud de la caída reciente de la delincuencia.
Según los datos recopilado por Jeff-alytics, y utilizados entre otros por The New York Times y CNN, la caída de los delitos violentos denunciados en 2023, sugiere que el año pasado es el que “probablemente tuvo la tasa de delitos violentos denunciados más baja a nivel nacional desde finales de la década de 1960”, de acuerdo con la explicación de Jeff-alytics.
En cuanto a los asesinatos, según Jeff-alytics los datos dicen que hubo un descenso de 13% “a nivel nacional”. Un descenso tal, en 2023, deja la tasa de asesinatos en el país “aproximadamente un 17% por debajo de donde estaba en 2020”, último año de Trump en la Casa Blanca.
Trump retomó su guerra contra la pandilla Mara Salvatrucha, a la cual le declaró la guerra durante su mandato, aunque no logró erradicarla.
Este grupo, que nació en California en la década de 1980, parece haberse replegado por las duras medidas implementadas por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele.
“Sé que hay mucha gente aquí. Son muy duros. Pero ellos han ingresado (al país) y probablemente es la peor pandilla del mundo. Yo deporté a miles y miles en mi gobierno”, dijo Trump sobre la MS-13, a cuyos catalogó de “asesinos”.
Las autoridades calculan que hay unos 100,000 de la Mara Salvatrucha en este país, los cuales están distribuidos en varios estados.
Esa aseveración de Trump sobre “la frontera más segura” es falsa. Según el registro de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, que data de 1960, en el año fiscal de 2017, año en que Donald Trump asumió el cargo como presidente, el número anual de encuentros en la frontera sur con personas indocumentadas fue de 303,916.
Esta cifra fue la más baja desde 1971 de acuerdo con la agencia gubernamental. Sin embargo, esos mismos registros señalan que en el año fiscal de 1960, bajo la istración del presidente Dwight D. Eisenhower, se registraron tan solo 21,022 encuentros de este tipo, aproximadamente 93.1% menos que en el mandato de Trump.
En 2018, primer año fiscal íntegro de la istración de Trump, la Patrulla Fronteriza reportó 396,579 encuentros fronterizos con personas que se encontraban en el país ilegalmente. Durante 2019, la cifra ascendió a 851,508 y en el año fiscal de 2020, último año íntegro bajo la istración del republicano, a 400,651 encuentros de este tipo.
En 2021, cuando el republicano dejó la Casa Blanca, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) reportó 1,662,167 encuentros fronterizos con individuos que intentaron entrar al país ilegalmente. Por lo tanto los niveles de inmigración ilegal eran más altos que cuando Trump asumió la presidencia.
Trump dejó el cargo como presidente el 20 de enero de ese año, pero datos oficiales muestran que ese mes se registraron 78,000 encuentros, “6% más de lo registrado en diciembre de 2020”.
Si bien la afirmación de Trump es parte de sus propuestas y no lo podemos verificar, no es la primera vez que hace mención a un “mandato del vehículo eléctrico” por parte de la istración Biden.
Es falso que exista un mandato, lo que propuso el presidente Biden fue un “ Desafío de aceleración de vehículos eléctricos” con el que aspiran que “el 50% de todas las ventas de vehículos nuevos sean eléctricos para 2030”.
Para ello han presentado políticas para ayudar a los fabricantes de vehículos y a las personas a pasarse a los vehículos eléctricos. Una de esas iniciativas es la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés).
Tras recriminar a la istración de Biden que puso fin a sus políticas, Trump asegura sin evidencias que Estados Unidos sufre una "invasión histórica" y que el gobierno de Biden "no hace nada para frenarla".
Igual que ha dicho en otras ocasiones, dice que quienes están llegando al país son presidiarios y personas con enfermedades mentales. Asegura, nuevamente, que mientras las tasas de criminalidad bajan en países como Venezuela, las de Estados Unidos suben.
No existe evidencia que pueda sustentar la idea de que son millones de personas que vienen a Estados Unidos con esa descripción que señala Trump. Es posible que algunos tengan récord criminal, pero no existen cifras detalladas sobre este tema.
Cifras de la Agencia de Protección de Aduanas y Seguridad Fronteriza (CBP) muestran que desde el año fiscal 2021 hasta lo que va del año fiscal 2024, han arrestado a poco más de 110,000 no ciudadanos con antecedentes criminales en Estados Unidos o en el exterior.
Y en ese caso específico de Venezuela, es imposible conocer las estadísticas reales de criminalidad. El gobierno de Nicolás Maduro dejó de compartir esas cifras años atrás y las que revela no son cifras apegadas a la realidad del país.
Tampoco es verídica la afirmación de que Estados Unidos vive una invasión que el gobierno demócrata no frena. Según el Instituto de Políticas Migratorias, si bien el gobierno de Biden ha respondido a cifras récord de migrantes llegando a sus fronteras, también ha aplicado políticas que, aseguran, “buscan incentivar la búsqueda de caminos legales para venir a Estados Unidos”. Entre ellos, mencionan el ‘parole humanitario’, que ha permitido a ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela llegar al país con un estatus temporal de permanencia así como con un permiso de trabajo.
También citan el uso de la aplicación CBP One, con la que los migrantes piden una cita para poder presentar sus casos de asilo en la frontera y sólo pueden presentarse en el puerto de entrada en la fecha que se les asigne. Esta última política ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos que denuncian que los migrantes deben pasar meses a la espera de una cita en ciudades con alta criminalidad de la frontera con México, expuestos a secuestros, extorsiones, robos y violaciones sexuales.
Una de las líneas económicas de Trump y los republicanos ha sido la cifra de inflación de los últimos años, pero es algo que necesita contexto, porque el alza de los precios al consumidor se aceleró en medio de las interrupciones que hubo durante la pandemia y, los precios de la energía en específico, cuando Rusia desató una guerra en Ucrania.
Desde entonces, los precios han retrocedido en medio de la agresiva campaña de alzas de la tasa de interés que puso en marcha la Reserva Federal.
La inmigración era un tema esperado en el discurso del exmandatario. Asegura que "tenemos un a crisis de inmigración ilegal" en la frontera con México, y que desarrolla al decir que ha expandido "miseria, crimen, pobreza, enfermedades y destrucción a comunidades en toda nuestra tierra".
La afirmación no es cierta. Revisamos algunos puntos:
La nota de AP señala que en el pasado, los economistas normalmente estimaban que los empleadores estadounidenses no podrían agregar más de 60,000 a 100,000 empleos al mes sin sobrecalentar la economía y provocar inflación. Pero cuando Edelberg y Watson incluyeron el aumento de la inmigración en sus cálculos, descubrieron que el crecimiento mensual del empleo podría ser aproximadamente el doble este año (de 160,000 a 200,000) sin ejercer una presión al alza sobre los precios.
“Somos una nación en decadencia”, exclamó Trump, enumerando las que considera son las principales crisis que enfrenta este país por culpa, a su parecer, del actual gobierno: la inflación, la inmigración ilegal y los conflictos internacionales.
A decir del exmandatario, la istración Biden es responsable, en primer lugar, de la inflación que golpea los bolsillos de los estadounidenses.
“Tenemos una crisis de inflación que está haciendo la vida inasequible, devastando los ingresos de las familias trabajadoras y de bajos ingresos, y aplastando a nuestra gente”, expresó.
Luego abordó el tema migratorio: “También tenemos una crisis de inmigrantes indocumentados: una invasión masiva en nuestra frontera sur que ha extendido la miseria, el crimen, la pobreza, las enfermedades y la destrucción a comunidades de todo nuestro territorio”.
El tono de Trump, en este asunto, ha sido el mismo desde que se postuló a la presidencia en junio de 2015, cuando llamó “violadores” y “criminales” a los inmigrantes mexicanos.
Pese a la afirmación de Trump, diversas investigaciones han demostrado que los inmigrantes indocumentados no cometen más delitos que los ciudadanos estadounidenses. El Centro para la Justicia Brennan, un instituto no partidista que investiga temas de política y derechos, asegura en uno de sus boletines que es posible que los inmigrantes incluso tengan menos interacción con la policía que las personas no migrantes.
Hay otro problema más allá de las fronteras generado, según Trump, por el gobierno de Biden, como las guerras de Ucrania e Israel. Pero no ofreció evidencias que sustentaran sus palabras.
“Luego hay una crisis internacional que el mundo rara vez ha visto. La guerra hace estragos en Europa y Medio Oriente, un creciente espectro de conflicto se cierne sobre Taiwán, Corea, Filipinas y toda Asia, y nuestro planeta se tambalea al borde de la ‘Tercera Guerra Mundial’, y ésta será una guerra como ninguna otra”, concluyó.