null: nullpx
Univision Noticias
Estados Unidos
    Armas nucleares

    La tragedia de los 'downwinders': los estadounidenses marcados de por vida por la prueba nuclear de Oppenheimer

    Comunidades en Arizona, Nevada, Nuevo México y Utah han sufrido por generaciones las consecuencia de haber estado expuestas a contaminación radiactiva debido a las pruebas nucleares realizadas en sus cercanías. Para los habitantes de un área de Nuevo México, quienes nunca fueron advertidos del peligro que corrían, las consecuencias y la frustración han durado más de siete décadas.
    Publicado 23 Jul 2023 – 10:18 AM EDT | Actualizado 23 Jul 2023 – 11:19 AM EDT
    Comparte
    Cargando Video...

    Ni los oficiales del Ejército ni los científicos investigadores que participaban en el programa de desarrollo de la bomba atómica, conocido como Proyecto Manhattan, se imaginaron la magnitud ni el alcance de la primera prueba atómica de la historia llevada a cabo el 16 de julio de 1945 en un desierto de Nuevo México.

    La nube radioactiva, u ‘hongo nuclear’, causada por la portentosa detonación, conocida como la “prueba Trinity”, alcanzó entre 50,000 y 70,000 pies de altura superando por mucho las expectativas de los investigadores y convirtiendo el alcance de la radiación en una incógnita.

    Aunque comunidades en varios estados fueron directamente afectadas por la radiación cancerosa generada por la prueba Trinity y las muchas otras pruebas que le siguieron, 78 años más tarde, el gobierno de Estados Unidos aún no habla del asunto.

    Tampoco habla del costo humano de la prueba la película biográfica Oppenheimer, sobre la vida de J. Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica y director del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, donde fue diseñada la terrible arma de destrucción masiva.

    La tragedia de los downwinders

    Nunca reflexionarán sobre el hecho de que los neomexicanos dieron sus vidas”, dijo a The Associated Press Tina Córdova, fundadora del Consorcio de Downwinders de la Cuenca Tularosa en Nuevo México, en referencia a los del Proyecto Manhattan. “Hicieron el más sucio de los trabajos. Invadieron nuestras vidas y nuestras tierras y luego se fueron”.

    Downwinders es el nombre con el que son conocidas las personas y comunidades en Arizona, Nevada, Nuevo México y Utah, que por generaciones han sufrido las consecuencia de haber sido expuestas a contaminación radiactiva debido a las pruebas con armas nucleares atmosféricas y subterráneas.

    Uno de los grupos que ayuda a la organización de Córdova para llamar la atención sobre lo que el Proyecto Manhattan le hizo al pueblo de Nuevo México es la Union of Concerned Scientists, creada en 1969 para iniciar un examen crítico de la políticas gubernamentales en áreas donde la ciencia y la tecnología son de importancia real o potencial.

    Según Lilly Adams, coordinadora principal de divulgación del grupo “el costo humano de la prueba Trinity de Oppenheimer, y todas las actividades de armas nucleares, es una parte crucial de la conversación sobre el legado nuclear de Estados Unidos”.

    En declaraciones a The Associated Press, Adams dijo que “ tenemos que tener en cuenta este costo humano para comprender completamente el legado de Oppenheimer y el daño causado por las armas nucleares”.

    Al desarrollar y probar armas nucleares, Adams dijo que el gobierno “envenenó a su propio pueblo, y muchos de los afectados aún esperan reconocimiento y justicia”.

    El lugar de la prueba Trinity

    Los funcionarios del Proyecto Manhattan eligieron el extremo norte del campo de bombardeo de Alamogordo, en el condado de Socorro, cerca de las ciudades de Carrizozo y San Antonio, como el lugar de la prueba Trinity porque era remoto, aislado, plano, sin población y tenía vientos predecibles.

    Sin embargo, y debido a la naturaleza secreta del proyecto, no advirtieron a los residentes de las áreas vecinas.

    Entre ellos se encontraban los pobladores de la cuenca de Tularosa, un población rural que vivía de la tierra criando ganado y cuidando jardines y granjas, quienes no tenían idea de que la fina ceniza que se depositó en el área en los días posteriores a la explosión eran los residuos tóxicos de la primera explosión atómica de la historia de la humanidad.

    El gobierno incluso trató de ocultar el origen de la explosión, de la cual los residentes habían escuchado el estruendo y visto una luz muy brillante hasta a más de 160 millas de distancia, diciendo que habían sido causados por una explosión en un depósito de municiones. Pero cuando Estados Unidos arrojó dos bombas sobre Japón, los residentes de Nuevo México supieron lo que habían presenciado.

    Según el Parque Histórico Nacional Proyecto Manhattan, grandes cantidades de radiación se dispararon a la atmósfera y la lluvia radiactiva descendió sobre un área de aproximadamente 250 millas de largo y 200 millas de ancho.

    Los científicos incluso rastrearon parte del patrón de lluvia radiactiva hasta el Océano Atlántico, pero la mayor concentración se asentó a unas 30 millas del sitio de prueba.

    Cordova, dijo a CBS News que las secuelas del estallido causaron formas raras de cáncer para muchas de las 30,000 personas que viven en el área, muchas de las cuales incluso a menudo hacían picnics en el lugar, ya que nunca se les informó sobre los peligros del lugar.

    Mientras los críticos de cine celebran el estreno de Oppenheimer, los downwinders siguen frustrados con el gobierno federal, y ahora con los productores de la película, por no reconocer su difícil situación.

    Especialmente para Córdova, quien es sobreviviente de cáncer. Las generaciones más jóvenes están lidiando con esa terrible enfermedad y la falta de reconocimiento es imperdonable, aseguran.

    Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer publicado en febrero dice que “los datos sugieren que varios cientos de cánceres, principalmente cáncer de tiroides, han aparecido desde la prueba nuclear y un pequeño número se prevé que ocurra en el futuro que, no habrían ocurrido en ausencia de la exposición a la radiación de la lluvia radiactiva de Trinity”.

    “Nos dejaron aquí para vivir con las consecuencias”, dijo Córdova, cuyo padre solo tenía 3 años de edad cuando se llevó a cabo la prueba Trinity. “Glorifican en exceso la ciencia y los científicos y no nos mencionan. ¿Sabes qué? Me avergüenzo de ellos".

    Más allá de los downwinders

    Un reporte del The New York Times indica que un nuevo estudio publicado el jueves, muestra que el alcance y las consecuencias de la nube radioactiva causada por la prueba Trinity fueron muchísimo mayores de los imaginado.

    Según los autores del estudio, la lluvia radiactiva de la prueba Trinity llegó a 46 estados, Canadá y México dentro de los 10 días posteriores a la explosión.

    Sin embargo, según dijo al medio Susan Alzner, coautora del estudio, es difícil calcular la cantidad de lluvia radiactiva de Trinity que aún permanece en los sitios donde cayó originalmente y aclaró que el estudio documenta la lluvia tal como originalmente llegó al suelo en 1945. “Es una imagen congelada en el tiempo”, dijo.

    Incluso años antes de la primera prueba atómica en suelo de neomexicano, los físicos del Proyecto Manhattan Otto Frisch y Rudolf Peierls advirtieron en un memorando de marzo de 1940 que “debido a la propagación de sustancias radiactivas con el viento (por ello el término downwinders), la bomba probablemente no podría usarse sin matar a un gran número de civiles" y que ello dejaba en evidencia el inmenso peligro de usarla en EEUU en el marco de las pruebas.

    Con información de The Associated Press.

    Cargando Video...
    “Habrá menos información”: ¿qué significa que Rusia suspenda su participación en el tratado de armas nucleares con EEUU?
    Comparte
    RELACIONADOS:Enfermedad del cáncer