Estaban en el asiento trasero del auto calcinado: la historia del hombre y el perro que no pudieron escapar de las llamas en Maui
Cuando la cifra de muertos por el voraz incendio en Hawaii se aproxima al centenar y se hacen esfuerzos para recuperar e identificar a las víctimas en medio de restos carbonizados, algunos de quienes lograron sobrevivir cuentan cómo lograron escapar de las llamas y recuerdan a familiares, amigos o vecinos que perdieron la vida.
Es el caso de Geoff Bogar, un capitán de bomberos jubilado que vivía con su esposa Shannon Weber-Bogar, su mejor amigo Franklin Trejos y su perro Sam en Lahaina, la ciudad costera de la isla de Maui que quedó practicamente reducida a cenizas el miércoles pasado.
Mientras las llamas avanzaban y arrasaban todo a su paso, Bogar y Trejos, su amigo de hacía 35 años, decidieron quedarse el martes en la ciudad para ayudar a otros y también salvar la casa de Bogar.
Pero la labor fue imposible. Las llamas seguían creciendo y en un momento ambos comprendieron que debían huir.
Cada uno intentó escapar en su propio auto. El vehículo de Bogar no arrancó, pero el exbombero rompió una ventana para salir y se arrastró por el suelo hasta que una patrulla de policía lo encontró y lo llevó a un hospital.
Trejos no escapó.
Su amigo murió intentando proteger al perro de las llamas
Bogar pudo regresar a su casa al día siguiente, donde encontró los huesos de su amigo de 68 años en el asiento trasero de su auto, tendidos sobre los restos del querido golden retriever de 3 años, al que había intentado proteger.
Trejos, natural de Costa Rica, había vivido durante años con Bogar y su esposa, ayudándola con sus convulsiones cuando su marido no podía. Llenó sus vidas de amor y risas.
"Dios se ha llevado a un hombre muy bueno", dijo Weber-Bogar.
El incendio en Hawaii, el más mortífero en Estados Unidos en más de un siglo, destruyó o dañó seriamente al menos 2,200 edificicaciones en Maui Occidental, casi todas casas residenciales. En toda la isla, los daños se estimaron en cerca de 6,000 millones de dólares.
La identificación de los cuerpos recuperados está siendo muy difícil porque la mayoría están carbonizados. Las autoridades piden a los familiares de las personas desaparecidas someterse a pruebas de ADN para contribuir con este proceso.