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    Salud Mental

    Julian Sarafian: el joven que renunció a su prestigioso trabajo de 200,000 dólares porque "la prioridad es ser feliz"

    Al ver que su vida se desmoronaba, a pesar de que para los ojos de todos los demás estaba pleno con tan solo 24 años, Sarafian renunció a todo en pos de su salud mental y para cambiar de rumbo. Ahora, con su historia ayudando a miles de personas, asegura que el significado de éxito hay que reformarlo para disfrutar de la vida.
    Publicado 17 Oct 2022 – 09:28 PM EDT | Actualizado 18 Oct 2022 – 09:03 AM EDT
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    El día que Julian Sarafian escuchó de la boca de un doctor que, a sus 24 años y con un trabajo de 200,000 dólares al año en una firma de abogados prestigiosa, tenía una profunda ansiedad que lo conduciría a una eventual depresión, no pudo evitar sentir una gran tristeza.

    "No solo estaba triste por mí, sino por todas los miles de personas que sabía que estaban sufriendo por lo mismo”, precisó Sarafian en entrevista a Univision Noticias.

    Era 2018 y, aunque pudo controlar su estrés, tal como se lo recomendaron los médicos, dos hechos contundentes marcaron su vida y pusieron su mundo de cabeza: la pandemia del coronavirus y –sobre todo– la muerte de su abuela.


    “Fue un baño de humildad”, recuerda Sarafian, cuando comprendió que seguir la dirección correcta establecida por la sociedad para alcanzar el éxito y la felicidad, con un trabajo bien remunerado, aunque muy demandante, simplemente no estaba funcionando para él.

    Así, con la convicción de cambiar de rumbo y valorar su salud mental, Sarafian renunció en julio de 2021 a ese trabajo soñado por la mayoría, aunque no sabía bien qué hacer después.

    Una vez con suficiente espacio para respirar con calma, el joven graduado de Harvard se arropó en sus amigos cercanos, pero sobre todo en su prometida Catherine y en sus padres, donde encontró el apoyo que necesitaba para reinventarse y entender que solo él sería el que determinaría lo que lo haría feliz.

    Poco a poco, siempre con persistencia, fue transitando “muchos meses en los que sentía que no estaba progresando”, con la firme perspectiva de que la decisión que había tomado requería cambios que no sucederían de la noche a la mañana.

    “Entonces, después de la tristeza, vino la libertad”, rememora con orgullo Sarafian.

    Con la firme intención de enfocarse en sí mismo y no en la forma en la que lo veían los demás, dejando de lado un supuesto prestigio que a todos nos han enseñado a perseguir a toda costa, Sarafian comenzó a construir rutinas saludables enfocadas solo en él.

    “Ya sabes, primero te dicen que hagas meditación, meditación y después meditación”, recuerda Sarafian, quien pronto se dio cuenta que más que ayudarle, le provocaba cierta frustración no conseguir los resultados que anhelaba.

    Como parte de ese proceso de autoconocimiento enfocado en edificar su propia felicidad generadora de salud mental, un día el joven prominente abogado supo que lo que le servía para liberar el estrés era jugar videojuegos.

    Descubrir ese pequeño aspecto no solo fue reconfortante, sino suficiente motivación para saber que, si quería seguir encontrando la paz que tanto anhelaba, había que ponerse creativos, siempre con la firme idea de que tendría que generar hábitos saludables para él, consciente de que todas las personas somos distintas y, por ende, requerimos soluciones diferentes.

    Con la menta abierta, Sarafian descubrió una actividad que hoy invita a probar a todos con los que interactúa: “ respiren profundamente cada vez que puedan, sin importar el lugar, la situación o la hora; no importa si estás comiendo, conduciendo o en medio de una conversación”.

    Esa pequeña y simple maniobra -“que me tomó 25 años valorarla”- puede generar algo muy significativo si se convierte en una actividad constante “porque estimula tu cerebro”.

    Una vez que aprendió que enfocarse en su salud mental había cambiado su vida, Sarafian pensó que tal vez su testimonio podía ayudar a alguien más. Con esa idea en la cabeza, Julian escribió su historia en LinkedIn y de inmediato se hizo viral, logrando llegar a más de 2.5 millones de personas en tan solo 15 días.

    A partir de ese momento, Sarafian construyó una comunidad en redes sociales y en espacios en varios medios de comunicación en los que creaba contenido dirigido a establecer la salud mental como un ente prioritario en la vida de todos.

    Sin embargo, fiel a su propia recién forjada filosofía, Sarafian no se dejó cegar por esas vistas, likes y seguidores que para muchos podrían significar tener éxito en la vida, por lo que llevo más allá su nuevo propósito y fundó la firma ‘For Creators, by Creators PC’, desde donde ha comenzado a ayudar a los emergentes generadores de contenido para proteger sus creaciones.

    Con la fama ganada de ser un defensor de la salud mental, Julian toma ese título “con responsabilidad”, dejando claro que, aunque haga diversas cosas en distintos espacios -como dar charlas a niños en escuelas- ese siempre será su enfoque.

    “La educación mental estará siempre presente en porque es parte primordial de la plataforma que he construido”, señala Sarafian.

    "La prioridad es ser feliz"

    Parte primordial del mensaje de Sarafian es entender que el prestigio no es más que una trampa que nos hace trabajar duro y que al final “nos llevará a nada”, debido a que no hay un límite.

    Consciente de que no es fácil romper con esa mentalidad inculcada desde siempre “porque hemos crecido en un mundo capitalista”, Julian cree que la gente debería enfocarse en lo que disfruta.

    “No puedes tener solo metas en tu vida porque no funciona así”, dice Julian, quien invita a todos a revaluar las prioridades “y enfocarnos más en perseguir algo que nos guste hacer”.


    Al final, asegura Sarafian, lo que importa es construir un balance entre trabajo y vida “que hay que cultivar diario para que no sea tan difícil mantenerlo de manera constante”.

    Incluso él mismo reconoce que está lejos de lograr el balance que cree que necesita, pero que enfocarse en encontrarlo es parte de un proceso. “Es la mejor manera de vivir, porque cuando logras ese balance puedes disfrutar y tener una vida que te llene”, afirma.

    Porque a Julian le gusta pensar que todos estamos aquí para pasarla bien todos los días, porque a pesar de que “no existe una vida perfecta exenta de sufrimiento”, en realidad “qué caso tiene hacer cosas si no lo disfrutas”.

    Esa forma de pensar se ha convertido en la filosofía de Julian y, aunque los recientes eventos de su vida lograron reafirmar ese pensamiento, el joven reconoce que todo empezó con su querida abuela.

    “Ella vivió disfrutando de la vida y me inculcó que la prioridad es ser feliz; no importa nada si no eres feliz; ella me inspiró y por eso fue la mejor persona que he conocido en mi vida”, concluyó.

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