Boy Scouts de EEUU se declara en bancarrota para poder indemnizar a víctimas de abusos
La organización de Boy Scouts de Estados Unidos (BSA) se declaró en bancarrot este martes en un esfuerzo por salvaguardar las indemnizaciones a las víctimas de abuso sexual, según un comunicado.
La quiebra ayudará a "compensar equitativamente" a las víctimas a través de la creación de un fideicomiso y permitirá que la organización continúe operando a nivel local, indicó el texto.
"La BSA se preocupa profundamente por todas las víctimas de abuso y se disculpa sinceramente con cualquiera que haya resultado perjudicado durante su estancia" en la organización, dijo su presidente ejecutivo, Roger Mosby, en el comunicado.
La solicitud ante la corte federal de bancarrotas en Wilmington, Delaware, pone en marcha la que podría ser una de las mayores y más complejas quiebras jamás registradas en Estados Unidos. Decenas de abogados han reclamado acuerdos en nombre de miles de hombres que dicen haber sufrido abusos hace décadas cuando eran niños exploradores a manos de exploradores mayores u otros líderes, y que no han pudieron demandar hasta una reciente modificación en la prescripción de delitos de varios estados.
Al acudir a la corte, los Scouts pueden paralizar esas demandas por el momento. Pero en último término podrían verse obligados a vender parte de sus numerosas propiedades, incluidos campamentos y zonas de senderismo, para reunir dinero para un fondo de compensación que podría superar los mil millones de dólares.
“Los programas de exploradores continuarán durante este proceso y durante muchos años por venir”, dijo Evan Roberts, portavoz de la organización. “Los consejos locales no se declaran en bancarrota porque son organizaciones legalmente distintas y separadas”.
Las finanzas de los Boy Scouts han sufrido en los últimos años por un descenso en las inscripciones y los acuerdos extrajudiciales sobre demandas de abusos sexuales.
Las cuentas empeoraron el año pasado después de que Nueva York, Arizona, Nueva Jersey y California aprobaran leyes facilitando que las víctimas de antiguos abusos presentaran demandas. Equipos de abogados de todo el país han encontrado a cientos de clientes para demandar a la organización.
“Hay muchos hombres muy enfadados y resentidos que no permitirán que los Boy Scouts se escapen sin declarar cuáles son todos sus activos”, dijo el abogado Paul Mones, que representa a numerosos clientes que demandan a la entidad. “No quieren dejar piedra sin levantar”.
Con 110 años de historia y 2.2 millones de entre 5 y 21 años, BSA ha sido acusada de encubrir abusos contra miles de sus jóvenes integrantes durante generaciones y de no hacer lo suficiente para acabar con los pedófilos en su seno.
Más de 12,000 de sus han sido víctimas de abuso desde 1944, dijo el año pasado el abogado Jeff Andreson, quien agregó que dentro de la organización había más de 7,800 abusadores.
La existencia de esos datos figura en lo que dio en llamarse "archivos de perversión" se conoció por primera vez en un caso judicial de 2012.
La bancarrota supone un doloroso giro para una organización que lleva generaciones siendo un pilar de la actividad civil estadounidense y formando a futuros líderes. Durante años, alcanzar el rango de Águila ha sido un orgulloso logro que políticos, líderes empresariales, astronautas y otras personas pusieron en sus currículums y biografías oficiales.
Los Boy Scouts no son la única gran institución que paga un alto precio por abusos sexuales en Estados Unidos. Las diócesis católicas de todo el país, así como centros educativos como Penn State y Michigan State, han pagado cientos de millones de dólares en indemnizaciones en los últimos años.
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