Tornados en diciembre: ¿Una clara señal del cambio climático que veremos con más frecuencia?
Una seguidilla de tornados que estuvieron entre los más mortíferos de la historia de Estados Unidos arrasó varios estados recientemente, en su mayoría en el Medio Oeste del país, causando la muerte de al menos 90 personas y estableciendo varios récords, en parte, por su fuerza destructora.
Por su naturaleza, los tornados son un fenómeno meteorológico escurridizo y debido a esto y a los pocos estudios existentes son limitados los datos que se tienen sobre ellos.
El tornado que azotó el oeste de Kentucky el 19 de diciembre llevaba vientos de entre 136 y 165 millas por hora. Con una huella de hasta tres cuartos de milla de ancho, destrozó almacenes y casas a lo largo de una trayectoria de más de 200 millas. Las autoridades de Kentucky afirmaron que ese y otros tornados que arrasaron el estado en esos días fueron los más devastadores de su historia. Estados como Illinois, Arkansas, Oklahoma y Tennessee también fueron golpeados por tornados y tormentas.
Debido al hecho de que es inusual que en diciembre se registren tornados, científicos esgrimen que lo que ocurrió en Estados Unidos es una clara señal de que el cambio climático habría incidido en su formación.
El potencial impacto de una ola de calor
Los científicos señalan especialmente las temperaturas más cálidas de lo habitual registradas en el Golfo de México y una ola de calor observada en diciembre en gran parte de Estados Unidos, en la que varios estados y ciudades marcaron récords como el primer mes del invierno más cálido que se haya registrado.
El área de Houston, por ejemplo, empató las temperaturas más cálidas registradas en ese mes con las anotadas a mediados de la década de 1980. Según el Servicio Meteorológico Nacional, algunas zonas pueden registrar temperaturas entre 20°F y 40°F por encima de la media para esta época del año.
Si bien una ola de calor en diciembre puede ser un acontecimiento bienvenido por algunos, el calor puede provocar fenómenos meteorológicos extremos.
Energía térmica que alimenta fenómenos meteorológicos
"Un impulsor clave de los fenómenos meteorológicos es la energía térmica", dijo John Englander, un oceanógrafo y experto en calentamiento global que es el autor de un nuevo libro 'Moving to Higher Ground'.
"Al igual que los huracanes, los tornados son impulsados por la atmósfera. Todos ellos son síntomas de un planeta que se calienta, así que no es de extrañar que veamos más de ellos a medida que aumenta el calor en el sistema", añadió, señalando el tiempo más cálido de lo habitual en todo Estados Unidos.
El aire húmedo y cálido procedente del Golfo de México se convierte en la energía térmica, o combustible, que permite la formación de grandes tormentas. " La atmósfera trabaja para equilibrar las condiciones inestables y eso es lo que hacen las tormentas (...) que distribuyen el exceso de energía. Cuando el desequilibrio es grande, también lo es la tormenta", explica Bob Bunting, fundador del Centro de Adaptación al Clima de Sarasota, Florida.
Cuando el aire caliente entra en o con lo que se conoce como una 'corriente en chorro', bandas de vientos fuertes que se mueven rápidamente en la atmósfera superior, puede causar el dramático efecto giratorio que hace que los tornados y huracanes sean tan destructivos.
"Cuando la 'corriente en chorro' desciende tanto en latitud como en altura sobre el suelo en una masa de aire inestable, se crea la cizalladura vertical del viento (...) Así que hubo una gran cizalladura en la dirección y también en la velocidad del viento", dijo Bunting.
Faltan datos confiables sobre los tornados
Pero los científicos advierten que puede ser demasiado pronto para llegar a conclusiones formales, ya que los datos fiables sobre tornados, a diferencia de los huracanes, no se remontan a más de 20 años. Hasta ahora, los científicos afirman que no han detectado una tendencia observada a largo plazo en la frecuencia de los tornados más violentos.
" Los tornados son difíciles de observar", dijo Jeff Masters, meteorólogo de Yale Climate Connections. "Si no pasa por encima de un edificio no sabemos lo fuerte que fue y eso hace difícil ver las tendencias".
Como los tornados aparecen con poco aviso, se mueven rápidamente y pueden durar solo unos minutos o segundos, eso los hace mucho más difíciles de estudiar que los huracanes, que se mueven lentamente y pueden permanecer durante días, si no semanas.
Las mediciones de los tornados empezaron a mejorar después de que el éxito de taquilla de la película Twister en 1996 despertó un mayor interés del público por este mortífero fenómeno meteorológico. Pero los datos no han mostrado de forma confiable -al menos hasta esta semana- una mayor intensificación del número de tornados fuertes, como ocurre con la historia reciente de los huracanes importantes, los de categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson.
Los tornados recientes fueron inusuales en el sentido que duraron entre una y dos horas y se ha registrado que uno de ellos recorrió 140 millas. "Es posible que los tornados sean cada vez más fuertes. Lo que hemos observado es que los tornados tienden a producirse en lotes más grandes, en brotes más grandes", dijo Masters.
Los meteorólogos también han observado que la actividad de los tornados se ha desplazado al este del tradicional 'Callejón de los Tornados' en Texas y Oklahoma, hacia el valle del Mississippi. Los tornados también se producen ahora durante todo el año, en lugar de sólo en primavera. "Los tornados de invierno son cada vez más frecuentes. Esa es una señal del cambio climático en la que podemos creer", dijo Masters.
Los avances gracias a los radares Doppler
Los datos fiables sobre la historia de los tornados solo se remontan a alrededor de 2004, después de la introducción de los radares Doppler a nivel del suelo en la década de 1990, que fueron capaces no solo de detectar sino también de seguir el movimiento de un eco.
Esto permitió a los expertos medir el viento dentro de una tormenta, distinguir entre lluvia, nieve o granizo y ver y predecir la formación de tornados. Pero con apenas 158 en todo el país, a cientos de kilómetros de distancia, eso deja lagunas. La curvatura de la Tierra también dificulta a menudo ver lo que ocurre en la superficie.
La reciente introducción de camiones Doppler móviles ha permitido tener vistas más cercanas, pero solo hay un puñado de ellos en funcionamiento. Desde 2017, la flota de 'Doppler sobre ruedas' del Centro de Investigación de Condiciones Meteorológicas Severas (CSWR) en Boulder, Colorado, ha recogido datos en 200 tornados y dentro de los núcleos de trece huracanes.
La proliferación de satélites meteorológicos permite a los científicos conocer aún mejor la formación de las tormentas y, sobre todo, las condiciones que pueden crear un tornado. La istración Nacional Oceánica y Atmosférica opera con satélites geoestacionarios, pero su gran altitud (14 millas/22 kms) proporciona una pobre resolución.
Una de las lecciones que han dejado los últimos tornados es la necesidad de abordar los códigos de seguridad de los edificios para incluir el requerimiento de que haya una 'sala de seguridad' en oficinas y fábricas.
La fábrica de velas de Kentucky en la que murieron ocho personas recibió un aviso de tornado, pero no disponía de una 'sala de seguridad' en la que pudieran refugiarse los trabajadores. Esa fábrica había estado produciendo las 24 horas del día, en parte para abastecer la demanda de velas en la época navideña.
Esto se aplica especialmente a las nuevas zonas afectadas en el valle del Mississippi, donde las medidas de seguridad contra los tornados son relativamente nuevas.
"En estas regiones no hay tantas salas de seguridad ni sótanos", dijo Masters. "Una de las cosas que estamos aprendiendo con el cambio climático es que nuestras infraestructuras se construyeron para el siglo 20, no para el siglo 21. Tenemos que adaptarnos a este nuevo clima".
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