Republicanos no podrán hacer mucho contra los Common Core

Los aspirantes republicanos a la presidencia de EEUU que han prometido eliminar los estándares académicos (Common Core) no podrán hacer mucho contra éstos si llegaran a la Casa Blanca porque los mismos son iniciativa de los estados y no están bajo el ámbito del gobierno federal, dijeron varios expertos entrevistados
De los tres aspirantes que quedan en contienda, sólo uno, el gobernador de Ohio, John Kasich, apoya los Common Core, que fueron adoptados por su estado en 2010, un año antes de que asumiera la gobernación.
Los Common Core son una serie de normas que establecen los conocimientos que todos los estudiantes de kínder a doceavo grado deben tener en matemáticas y artes del lenguaje para poder llegar preparados para la universidad. Se crearon con el fin de regularizar la educación alrededor del país y que todos los estudiantes aprendan los mismos conceptos no importa donde residan.
Fueron iniciativa de los estados, no del gobierno federal.
La confusión proviene del hecho de que el gobierno federal, mediante el desaparecido programa Race to the Top, que tenía como propósito estimular y recompensar iniciativas educativas innovadoras a nivel estatal y de distrito, comenzó a asignar fondos adicionales para la educación a los estados que adoptaran los estándares.
Sin embargo, la nueva ley educativa Every Student Succeeds Act (ESSA, Que cada estudiante tenga éxito), prohíbe expresamente al gobierno federal promover estándares académicos específicos, como los Common Core, o cualquier otro.
El hecho, sin embargo, no ha impedido que los dos aspirantes republicanos con más apoyo en las encuestas, el empresario Donald Trump y el senador Ted Cruz, dejen de atacar a los estándares y prometan eliminarlos.
"Nos vamos a deshacer de los Common Core", dijo Trump en un debate en Miami el pasado 10 de marzo. "Quiero educación local. Quiero que los padres, y quiero que todos los maestros, y quiero que todo el mundo se una alrededor de la escuela y devuelva la grandeza a la educación".
El senador Cruz, por su parte, ha dicho que los Common Core son un mandato "perverso". En el mismo debate dijo que los estándares "son un desastre, y si soy elegido presidente, en los primeros días como presidente daré instrucciones al departamento de Educación para que los Common Core terminen ese día".
El problema con las declaraciones de Trump y Cruz es que los Common Core, al igual que la educación pública, no están bajo el ámbito del gobierno federal, sino de los estados.
Esa noción de que el gobierno federal "debe detener" a los Common Core es contraria a los principios republicanos de que las escuelas públicas son asuntos de los estados, dijo Chad Aldeman, de la empresa asesora en educación Bellwether Education Partner.
"Es un poco irónico que hayan estado dando la alarma sobre el control federal y ahora los principales candidatos republicanos, todos quieren tomar acciones federales contra una iniciativa estatal", dijo Aldeman. "Realmente no hay nada que puedan hacer para detener los Common Core más allá de utilizar la tribuna para tratar de convencer a los estados de que desistan de sus propios compromisos asumidos", agregó.
Trump ha reconocido que los Common Core fueron iniciativa de los estados, pero dice que "ahora han sido tomados por burócratas en Washington, y en muchos casos no les interesa lo que esté pasando en Miami o en Florida".
Kasich, por su parte, dijo en Miami que favorece "estándares altos" para Ohio, y que "en nuestro estado la junta escolar estatal determina los estándares".
Cruz, por otro lado, no asistió a la votación de la ley ESSA en el Senado, aprobada por mayoría bipartidista en diciembre pasado y que limita sustancialmente el rol del gobierno federal en las escuelas públicas.
"Los republicanos están haciendo campaña con temas de conversación obsoletos", opinó Aldeman.
"Es importante tomar todo esto con cautela", agregó Robert Pondiscio, del Instituto Thomas B. Fordham, un organismo conservador de investigación de política educativa. "Es posible que algunos estados les cambien el nombre, pero la idea de que vamos a ver una retirada generalizada de los Common Core...no creo que eso vaya a pasar no importa quien gane en noviembre".
Pondiscio explicó que los estados ya han invertido muchos millones de dólares en desarrollo profesional, en los exámenes estandarizados alineados con los Common Core y en materiales, como para dar marcha atrás.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard y publicado este mes halló que los maestros en 5 de los 42 estados que adoptaron los Common Core también han hecho un gran esfuerzo por adaptarse a la enseñanza bajo los estándares, han invertido tiempo en cambiar sus planes de clases y materiales de instrucción, y la mayoría ya los ha aceptado.
De los 45 estados que habían adoptado los Common Core en 2013, tres de ellos -Indiana, Carolina del Sur y Oklahoma- se retiraron de la iniciativa en medio de quejas de conservadores que alegaban que se trataba de una injerencia del gobierno federal en la educación pública.