Colombia comienza la deportación de migrantes cubanos varados en su territorio

Por: Alba Tobella
BOGOTÁ, Colombia.- Colombia comenzó este jueves la deportación de inmigrantes cubanos como parte de un “plan de choque” que busca -según las autoridades- evitar que los extranjeros en tránsito hacia Estados Unidos queden varados en el país indefinidamente, sobre todo en la localidad de Turbo, fronteriza con Panamá, donde muchos viven hacinados en almacenes y se lavan con agua del mar.
Desde ese pueblo de la costa del Caribe, donde más de 1,200 hombres, mujeres y niños permanecen hace meses a la espera de poder continuar su ruta hacia el norte, 16 personas —13 cubanos y tres indios — fueron trasladados hacia Bogotá en aviones de la Fuerza Aérea. Vestidos en shorts y chanclas, alistaban las pertenencias que les quedan en bolsas de plástico negras.
Un hombre llevaba un pantalón estampado con la bandera de EEUU, mientras los que se quedaron mostraban la de Cuba, hecha con pedazos de ropa de los que han pasado por ahí.
En la capital, los 13 cubanos, que dormían en hoteles del municipio de Turbo, ubicado una zona violenta de Colombia con fuerte presencia del narcotráfico y grupos armados ilegales, están ultimando los trámites para ser retornados a la isla. La canciller María Ángela Holguín dijo en la mañana del viernes en una entrevista que las autoridades cubanas se han comprometido a no tomar represalias contra ellos.
Pero a su paso por Colombia, no todos tienen la capacidad de pagar un hospedaje. Después de recorrer por carretera, a menudo a pie, gran parte del trayecto, muchos siguen durmiendo en la calle o en chozas, con colchonetas, en cartones o directamente sobre el piso.
Cubanos en Turbo
“El pueblo de Turbo se ha quitado la comida y nos la ha dado”, cuenta Nelson Peña, de 43 años, que lleva casi dos meses en esa localidad compartiendo cuatro sanitarios con centenares de personas.
Los cubanos en Turbo están cada vez más desesperados por la presión de las autoridades migratorias, que les han dado de tres a diez días para solicitar la deportación voluntaria. Después, tendrá que ser obligatoria, afirmó Holguín, una declaración que los migrantes se toman como una “amenaza”.
Peña cuenta que este ultimátum ha empujado a varios cubanos a salir por la selva del Darién, una travesía llena de peligros y leyendas: “dicen que son cuatro o cinco días cruzando pantanos y subiendo lomas, si uno no lleva comida y bebida, se muere. Cuentan que por el camino hay hasta esqueletos humanos”.
En las últimas 24 horas, más de 120 ciudadanos cubanos se han acercado a nuestras oficinas para ser deportados voluntariamente, dijo el jueves a medios Christian Krüger, director de Migración Colombia, que espera una autorización judicial para poder entrar a una bodega donde duermen unos 800 hombres, mujeres y niños, con decenas de ventiladores en esa zona selvática, húmeda y asfixiante.
“No es conveniente que por cuestiones de salubridad y seguridad que tantas personas estén en una misma bodega”, agregó sobre el almacén propiedad de un anónimo que abrió las puertas a los migrantes cuando empezaron a aglutinarse en esa localidad.
En Turbo corre el rumor de que estos días saldrá un avión hacia México, que ellos mismos pidieron y que permitiría a los migrantes saltarse la carrera de obstáculos en la que se ha convertido Centroamérica.
Más deportados
En los últimos meses, Nicaragua, Costa Rica y Panamá han reforzado de manera progresiva los controles en sus fronteras que, hasta entonces, no bloqueaban el paso de personas hacia Estados Unidos, pero han permitido también varios puentes aéreos que descogestionaron la zona e ilusionaron a los cubanos. Pero Colombia, que ha retornado 9.300 extranjeros este año, asegura que no va a pasar.
Además de los 16 deportados desde Turbo, esta semana las autoridades colombianas han retornado a unos 350 migrantes, la mayoría haitianos que todavía no había alcanzado Turbo, sino que se encontraban en departamentos sobre todo del sur del país, cercanos a Ecuador, Perú y Brasil, por donde entra la mayoría, y fueron retornados por tierra a la frontera por la que habían entrado, todas ellas también selváticas, porosas y peligrosas.
El primero era, precisamente, uno de los pocos países que no pedía visa a los cubanos. Con el temor de que el deshielo entre Washington y La Habana les anulara sus beneficios migratorios en Estados Unidos, muchos aprovecharon para iniciar una ruta cada vez más complicada.
La semana pasada, en una carta firmada por “los cubanos varados en Turbo”, que cifran en más de 2.400, pidieron al presidente Barack Obama “por favor que intervenga y use sus medios para que podamos llegar de una manera segura a su país”. También en Ecuador han empezado las deportaciones: unas 120 la semana pasada, según Holguín.
“Ahora el único paso libre es Guyana”, explica Peña, que entró a Colombia por Cúcuta, en la frontera con Venezuela, cerrada desde hace un año, y se quedó bloqueado en Turbo, “en la miseria, pero con la esperanza de estar cada vez más cerca de Estados Unidos”.
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