La hepatitis C mata a más estadounidenses que cualquier otra enfermedad infecciosa

Aunque es una enfermedad prevenible y tratable, hoy hay más muertes por hepatitis C que por otras 60 enfermedades infecciosas —como el VIH, el neumococo y la tuberculosis— y entre las grandes causas están la falta de información y de chequeos rutinarios. Un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dado a conocer esta semana reveló que en 2014 se registraron 19,659 muertes asociadas al virus.
La mayor incidencia de la enfermedad recae en los baby boomers: personas nacidas entre 1945 y 1965; muchos de ellos se infectaron durante procedimientos médicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando las inyecciones y transfusiones de sangre no eran tan seguras como ahora. Y hay una nueva ola de infección entre personas jóvenes que se inyectan drogas, casos que han aumentado más del doble desde 2010.
"Una vez las pruebas de diagnóstico y el tratamiento de hepatitis C se vuelvan rutinarios como ya lo son para el colesterol alto o el cáncer de colon, veremos a la gente disfrutar de las largas y saludables vidas que merecen", dijo Jonathan Mermin, director del Centro Nacional de los CDC para la prevención del VIH/sida, la hepatitis viral, las enfermedades de transmisión sexual y la tuberculosis.
Como la hepatitis es silenciosa y suele tener pocos síntomas notorios, el número real de nuevos casos suele ser más alto de lo que se reporta, según lo explica el director de la división de hepatitis viral en los CDC John W. Ward. Muchos pueden infectarse y no saberlo. "Debido al diagnóstico y reporte limitado, estimamos que el número de nuevas infecciones está cerca de los 30,000 casos al año. Debemos actuar ahora para diagnosticar y tratar las infecciones ocultas antes de que sean mortales, y prevenir nuevos casos".
Los CDC recomiendan que los programas de prevención integrales se implementen e incluyan pruebas regulares para la hepatitis C, pues, una vez diagnosticados, los pacientes pueden tratarse de forma eficaz.
En el caso de la comunidad hispana en en EEUU, existen ciertas barreras y disparidades que la hacen una enfermedad preocupante, dijo a la agencia EFE la directora de políticas de la coalición National Viral Hepatitis Roundtable (NVHR), Christine Rodríguez. “Hay barreras de lenguaje y culturales, pero además no hay suficiente concientización acerca de la enfermedad entre los pacientes y tampoco entre los proveedores de salud, que en muchos casos ni siquiera ofrecen la prueba de diagnóstico”.
Según la experta en salud pública, los hispanos tienen menos probabilidades de que se les realicen pruebas de diagnóstico y de recibir tratamiento, y por el contrario más posibilidades de morir a causa de la enfermedad.