Exclusiva: gobernador pide revisar el caso del hispano que lleva 22 años en la cárcel siendo "inocente"
David Díaz, un hispano que lleva 22 años en una prisión de California pagando un crimen que incluso su presunta víctima asegura que no cometió, podría salir libre. El gobernador Gavin Newsom firmó este martes una carta en la que pide se revise la condena de 37 años a cadena perpetua que le impusieron en 1999 por intento de homicidio, la cual él, su familia y grupos de ayuda han batallado al considerarla una injusticia.
Este caso fue investigado por Univision Noticias desde 2016, cuando este hombre nacido en Los Ángeles llevaba 19 años tras las rejas. A lo largo de un año, este medio revisó el proceso penal de Díaz hasta publicar un reportaje que reveló varias irregularidades en el proceso, entras las cuales la propia víctima del tiroteo advertía que se estaba cometiendo una injusticia por el encarcelamiento de este hispano y la principal testigo reconoció que había elegido al azar a Díaz para quitarse la presión de los detectives.
“Me puse muy feliz. Dije: ‘Gloria a Dios’. Porque Dios es el que hizo todo esto y tocó los corazones de mucha gente para ayudarle a David”, expresó conmovida su esposa Lidia Pérez a Univision Noticias. “Hablé con David unos cinco minutos. Se oía que quería llorar. Le cambié de tema porque está muy emocionado”, dijo.
La solicitud que Newsom firmó esta semana no reconoce los errores que se cometieron en este caso, pues su carta solo menciona la buena conducta de Díaz mientras cumplía su sentencia.
“Estando en prisión, el señor Díaz se comprometió a su rehabilitación. El señor Díaz ha participado en programas de autoayuda, obtuvo un certificado como paralegal y ha tomado cursos universitarios. Él actualmente colabora como mentor en un programa de tratamiento por abuso de sustancias ilegales”, señala la carta de Newsom.
“El personal de la prisión ha elogiado a Díaz por su comportamiento positivo y sus esfuerzos de rehabilitación”, agrega.
El gobernador subraya en su misiva que otros elementos para la posible liberación de este hispano es que este era joven cuando lo acusaron del crimen, que se ha convertido en un “ciudadano productivo” y que es un buen prospecto para reinsertarse en la sociedad.
Lo que falta es que la Junta estatal de Libertad Condicional revise el caso y que Díaz sea sometido a un análisis de salud.
Además de este hispano, otros 62 presos recibieron el indulto del gobernador esta semana.
La familia de Díaz cree que la presión de la prensa y la intervención del programa California Innocence Project, que desde 1999 ha liberado a varias personas que fueron enjuiciadas injustamente, fueron fundamentales para lograr su excarcelación. “Todo se fue dando”, dijo Pérez.
Este es el primer reportaje sobre el caso de Díaz que se publicó en julio de 2017:
Cómo lo condenaron injustamente
David Díaz tenía 19 años cuando fue arrestado por un comando de la policía en agosto de 1998 bajo sospecha de que le había disparado a un pandillero rival en un barrio hispano de Los Ángeles.
El 18 de noviembre de 1999, un juez de la Corte Superior de ese condado le dictó una sentencia de 37 años de prisión a cadena perpetua, lo cual significa que tras cumplir ese tiempo en prisión la Junta de Libertad Condicional puede analizar su condena. Lo declararon culpable por el delito de intento de homicidio y le sumaron agravantes en ese crimen.
La última parte de su castigo lo ha pasado en la cárcel Pleasant Valley, en el condado de Fresno, en el valle central de California, el sexto penal al cual lo han trasladado desde su polémico juicio.
La principal testigo, Martha Sierra, lo acusó por el intento de homicidio de su novio, Remberto Preciado, cuando ambos caminaban en el barrio Lincoln Heights. La Policía indicó que se trató de un pleito entre pandillas y que a Preciado le preguntaron "¿de qué barrio eres?" y le dieron un tiro en la pierna.
Sierra estaba en el hospital cuando los detectives la interrogaron y le mostraron un álbum con fotos de pandilleros registrados. Bajo la presión de los policías, ella apuntó al primero que vio, a David Díaz.
Pero dos décadas después, Sierra reconoció que eligió a Díaz "al azar", porque los policías la forzaron a que escogiera a alguien, quien fuera. Dice que el verdadero culpable ni siquiera se parecía a Díaz, pero que no lo identificó en el álbum que le mostraron los investigadores. Se sospecha que el responsable ya murió.
"Me dijeron 'tienes que encontrar al culpable para irte a casa'. Les dije: 'Ok, fue este muchacho'. Pero no sabía quién era", aseguró Sierra a Univision Noticias en 2017. "David Díaz no fue el pistolero (...) Me siento mal porque él no debería estar ahí", lamentó.
Este medio también se comunicó con Remberto Preciado, quien dijo que en el juicio de Díaz declaró que él no fue quien le disparó. A pesar de su testimonio lo condenaron.
"Él es inocente", afirmó Preciado en una carta que envió a este medio desde la cárcel estatal Salinas Valley, donde purgaba una condena por otro caso. "En el juicio yo testifiqué que David Díaz 'no era el pistolero' que me disparó. Él es víctima de una injusticia en las cortes de Los Ángeles", escribió.
Por si fuera poco, Díaz recibió una compensación de más de $100,000 que le entregó el gobierno de Los Ángeles para cerrar una demanda colectiva interpuesta por las malas prácticas de los policías que llevaron su caso. Gastó parte de ese dinero pagando abogados y detectives privados para probar su inocencia, pero todo fue en vano.
A pesar de todos los obstáculos, Díaz, quien ahora tiene 42 años, continuó su vida tras las rejas y se casó con una amiga de la adolescencia, Lidia Pérez, el 28 de abril de 2018. Ella se sumó al esfuerzo para liberarlo, logrando que activistas y abogados retomaran el caso. También lanzó una campaña que colectó más de 57,000 firmas pidiendo al gobierno de California que le indultaran. Incluso la mamá de Remberto Preciado, la víctima del crimen por el cual lo condenaron, ha pedido que liberen a Díaz.
"Me siento totalmente bendecido; siento que este es el milagro que le he pedido a Dios todos estos días", dijo Díaz poco después de su matrimonio, que se realizó en la cárcel estatal Pleasant Valley. "Siempre dije que una vez que la gente supiera lo que me pasó se conmoverían y querrían hacer algo”.
El milagro que tanto pidió este hispano ocurrió 22 años después.
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