Los dreamers claman contra la falta de acción de republicanos y demócratas para protegerles: "No nos damos por vencidos"
Lucen optimistas, pero llevan la procesión por dentro. Ríen, se abrazan, comparten las experiencias vividas durante las últimas dos semanas en Washington DC, pero en sus miradas vive el temor y la incertidumbre. Cientos de dreamers que se instalaron en el Capitolio para exigir a demócratas y republicanos que aprobaran el Dream Act (Ley del Sueño) comenzaron la noche del jueves el regreso a casa con las manos vacías, pero con el compromiso de volver a comienzos de enero del 2018 para librar una nueva batalla.
“No tenemos otra opción”, dice Cristina Jiménez, directora ejecutiva de United We Dream (UWD), la principal organización de dreamers de Estados Unidos. “Los dos partidos, demócratas y republicanos, han decidido no Donald Trump canceló DACA”.
El proyecto de ley Dream Act, que cuenta con apoyo bipartidista, constituye una solución permanente para que unos 800,000 jóvenes indocumentados que entraron antes de cumplir los 16 años al país y se les conoce como dreamers y están protegidos por DACA puedan convertirse en residentes legales.
La Acción Ejecutiva de 2012 (DACA), firmada por el entonces presidente Barack Obama en respuesta a la inacción del Congreso con el tema de la reforma migratoria, les concedió a los dreamers un amparo de la deportación y un permiso de trabajo renovable cada dos años.
El pasado 5 de septiembre el fiscal general, anunció la cancelación del programa. La Casa Blanca de Trump fijó al Congreso un plazo hasta el 5 de marzo para que legisle sobre el futuro de estos jóvenes, o de lo contrario quedarán al borde de la deportación.
La agonía de un acuerdo
Tanto demócratas como republicanos se apresuraron a presentar iniciativas de ley para legalizar a los dreamers. E incluso el propio Trump se reunió a puertas cerradas con el liderazgo demócrata del Congreso para mediar un acuerdo con los republicanos. Una vez finalizado el encuentro, los demócratas anunciaron que había un acuerdo con el mandatario sobre los dreamers por medio de un proyecto de ley limpio y sin restricciones, pero inmediatamente después el propio Trump salió al paso a través de su cuenta de Twitter negando cualquier tipo de acuerdo, y exigiendo que para legalizar a los dreamers el Congreso debía incluir en la solución fondos para construir el muro en la frontera con México, y también para contratar más agentes fronterizos, nuevas cárceles y acelerar las deportaciones.
La guerra de posturas se mantuvo vigente hasta ahora. Una fuente republicana conocedora de las negociaciones internas celebradas hasta la noche del miércoles, dijo a Univision Noticias que “hubo un acuerdo previo entre un pequeño comité del Caucus para legalizar a los dreamers y otorgarles la residencia permanente, y después, por conductos regulares, permitirles que accedieran a la ciudadanía”.
El plan preliminar incluía “fondos para la seguridad fronteriza”, un tema que los demócratas, desde un principio, han rechazado. “Cuando el comité llevó el acuerdo al resto del Caucus, la mayoría lo rechazó porque no estaban de acuerdo con las exigencias de seguridad, entre ellas fondos para la reparación del muro, contratación de nuevos agentes y tecnología de vigilancia en la frontera, agregó la fuente.
Las enmiendas de seguridad añadidas el miércoles al proyecto base que discutían demócratas y republicanos fueron las mismas exigidas desde un comienzo por Trump y defendidas por el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, el republicano por Wisconsin, Paul Ryan.
El fantasma de la deportación
Jiménez advierte que “cada día que pasa 122 dreamers pierden el amparo de sus deportaciones”, y que, a partir del 5 de septiembre, cuando Sessions canceló DACA, “unos 14,000 dreamers han quedado expuestos a ser expulsados del país y perdido sus permisos de trabajo”.
“Por eso (teníamos) la urgencia de que se debata y apruebe una ley antes del receso de Navidad en el Congreso”, agregó. “Ambos partidos son responsables de que no haya una solución. Y aunque los republicanos están en control del Congreso, aquí hay una gran responsabilidad y falla del partido demócrata una vez más: tenían la opción de presionar en el Senado y no supieron defender el Dream Act. Hubo falta de liderazgo y compromiso”.
El enojo va dirigido contra los 17 votos demócratas que recibió el acuerdo de financiamiento del gobierno hasta el 19 de enero. La fecha límite para ese acuerdo presupuestario era este viernes 22 de diciembre, momento en que los dreamers esperaban que los demócratas no dieran el visto bueno sino estaba incluida una ley que los proteja.
“Había un compromiso de no votar a favor de nada si no se incluía el Dream Act. Pero ese acuerdo no prosperó. Y las consecuencias de las acciones de estos 17 senadores son claras. Los que apoyaron a los republicanos están apoyando la deportación de nuestros inmigrantes”, apuntó la activista.
“Pero no nos damos por vencidos. Nuestro movimiento ha creado su poder de manera estratégica. Estamos diciéndole a los demócratas que los estamos viendo, y también a los republicanos. Vamos a seguir presionándolos en enero, ahora regresaremos a nuestras casas a conseguir fondos para una nueva batalla que se librará a partir de la primera semana del mes entrante”, dijo Jiménez.
United We Dream ha advertido que muchos congresistas que apoyan el Dream Act han sido electos en distritos donde la mayoría de los electores no están de acuerdo con que el Congreso apruebe leyes que concedan beneficios a los inmigrantes. Y que en 2018 habrá elecciones "y muchos dejarán de apoyar la iniciativa de ley por miedo a perder sus puestos en el Congreso".
Compromiso republicano
Tras la votación en el Senado del proyecto de ley que garantiza el funcionamiento del gobierno federal por tres semanas, el senador republicano por Arizona, Jeff Flake, aseguró en su cuenta de Twitter que el Dream Act será votado en enero.
El legislador, quien en 2013 apoyó e impulsó una reforma migratoria para legalizar a la mayoría de los 11 millones de indocumentados, advirtió sin embargo que no estaba seguro si la Cámara de Representantes hará lo mismo.
Al menos 11 gobernadores republicanos (Ohio, Colorado, Minnesota, Montana, Pensilvania, Carolina del Norte, Nevada, Massachusetts, Vermont, Utah y Alaska) dicen que más de 100 beneficiarios de DACA cada día pierden el amparo de sus deportaciones y le piden al Congreso que actúe y vote una ley que regularice sus permanencias.
“Pero el Congreso no hecho nada todavía”, dice Jorge Mario Cabrera, director de comunicaciones de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de Los Angeles (CHIRLA). “Es hora que el Congreso se ponga a trabajar y apruebe proyectos de ley que realmente beneficien a los estadounidenses, no solo a las grandes corporaciones”.
En un escueto comunicado poco después de que la Cámara de Representantes aprobara fondos para el gobierno hasta el 19 de enero y sin citar el futuro del Dream Act, Ryan dijo: “Espero que (los demócratas) regresen en el nuevo año dispuestos a trabajar con nosotros para completar nuestro trabajo”.
Para algunos activistas, se trata solo de palabras. “Solo vemos compromisos verbales, no hay nada escrito que garantice, por ahora, que en enero el Congreso aprobará el Dream Act y el presidente Trump promulgue una ley”, dice Gabriela Pacheco, del Bridget Project.