"Háganlo por humanidad, hemos caminado muchas horas desde Yoro (norte), para que nos digan que no podemos pasar, es la primera vez que estamos intentando salir del país porque ya no podemos vivir aquí", le dijo una inmigrante hondureña a agentes de la Policía Nacional y a un oficial del Instituto Nacional de Migración que estaban solicitando "los documentos que dice la ley".
La inmigrante era parte de un grupo familiar de unas nueve personas, hombres, mujeres y niños, que los policías hicieron a un lado de las dos filas en las que estaban formados muchos de la caravana que este sábado salió hacia Estados Unidos desde la Central Metropolitana del servicio interurbano de autobuses, en cuyas frías aceras y áreas verdes durmieron el viernes.
Pocos minutos antes de salir con dos de sus hermanos y varios primos, Franklin Zaldívar, de 17 años, dijo a Efe en la Central Metropolitana que se iba por la pobreza que afecta a toda su familia y la muerte de su padre, Elmer, de 50 años, el pasado día 8, en un tiroteo en Choloma, unos doce kilómetros al norte de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras.
Franklin fue uno de los inmigrantes de la caravana que, por ser menor de edad y no portar pasaporte, y viajar sin sus padres, no pudo cruzar de manera legal la frontera de Corinto para ingresar a Guatemala. Lo hizo por uno de los "puntos ciegos", ruta que también tuvieron que hacer las decenas de nicaragüenses.
María Santos, una cocinera, madre de cuatro hijos, afirmó a Efe que la violencia criminal la sacó del sector del Merendón, en San Pedro Sula, por lo que se tuvo que trasladar con su esposo y demás familiares a Choloma, dejando en el abandono su casa y un pequeño negocio de venta de comida.
Pero en Choloma la situación fue igual, como que si la violencia, que atribuyó a pandilleros, le persiguiera. María es otra de las inmigrantes de la primera caravana de hondureños de 2022, que hoy abandonó su país acompañada de dos de sus hijos, uno de 20 años y la menor, de 13. Según indicó, los otros dos hijos los dejó bajo el cuidado de su esposo.