Coyotes adolescentes, los nuevos traficantes de indocumentados que tratan de burlar a la Patrulla Fronteriza

Un Nissan Versa conducido por un adolescente de 17 años se acercó a un puesto de control que agentes de la Patrulla Fronteriza colocaron a finales de 2017 en la carretera 19 en Nogales, Arizona. Un perro policía ladró alertando por algo extraño dentro del vehículo. Los oficiales enviaron al chofer a una segunda inspección, pero éste aceleró tratando de escapar. Tomó la peor decisión.
Varias patrullas lo siguieron a toda velocidad hasta que el muchacho perdió el control y volcó el coche a la altura de Green Valley, según un comunicado. Mientras el menor era atendido, los agentes federales descubrieron a un mexicano de 16 años oculto en la cajuela. Los dos resultaron con lesionados leves. El chofer fue acusado de tráfico de personas y su “cliente” por violaciones a las leyes migratorias.
No es un incidente aislado. Los oficiales de la Patrulla Fronteriza han notado en años recientes una tendencia inquietante: son cada vez más comunes los arrestos de muchachos que se dedican al contrabando de personas.
Las organizaciones criminales los convencen pagándoles miles de dólares, aunque a veces solo les dan un par de billetes y abren una deuca que jamás se salda. Los reclutan en las escuelas y redes sociales. En ocasiones tienen tan corta edad que llevan poco tiempo manejando. Su inmadurez y las agresivas persecuciones policiales en caminos de terracería frecuentados por coyotes parecen ser los causantes de accidentes de consecuencias fatales.
Eso ocurrió la noche del 21 de junio, cuando Domonik Martínez, entonces de 17 años, conducía a exceso de velocidad una camioneta Ford F-250 intentando alejarse de los vehículos de la Patrulla Fronteriza en un camino rural en Eagle , Texas. No llegó muy lejos. La pick-up se volcó dejando un saldo terrible: un mexicano muerto, una mujer con el brazo amputado y varios migrantes terminaron con fracturas.
Nueve indocumentados salieron expulsados de la caja de la F-250 durante el accidente. Martínez y su pasajero, Felipe Miranda, de 17 años, dijeron que aceptaron llevar a los migrantes hasta San Antonio, un viaje de tres horas por carretera, para repartirse un pago de 10,000 dólares.
Cuatro jóvenes más iban en otra camioneta que salió antes para verificar que no hubiera policías en el camino. Eran estudiantes de la preparatoria C.C. Winn High School en Eagle .
Se trata de Jorge Guardado, de 19 años; Fernando Martínez, de 18; y dos más menores de edad. A cada uno les prometieron un pago de 1,000 dólares.
Los seis muchachos ahora enfrentan cargos de asesinato y tráfico de personas. Uno de ellos estaba en el equipo de fútbol americano del plantel, otro entrenaba atletismo y uno más era activo en su iglesia. Dos de ellos recién se habían graduado de esa preparatoria.
Martínez, el chofer de la F-250 que se volcó, quería inscribirse en una escuela de soldadura que le cobraría una colegiatura de 20,000 dólares. Su familia le dijo al diario The Washington Post que jamás pensaron que se metería en un problema legal tan grave. “Estaba en la escuela”, dijo su abuela Patricia Delgado al mismo medio. “Estoy tan sorprendida. Todos lo estamos ¿Por qué? ¿Por qué?”, preguntó.
22 muertes por huir de ‘La Migra’
Las peligrosas persecuciones de la Patrulla Fronteriza estuvieron bajo la lupa de un reporte elaborado por el diario Los Angeles Times y ProPublica, el cual concluyó que por éstas en cuatro años al menos 22 personas perdieron la vida y alrededor de 250 resultaron heridas. El análisis advierte que, en promedio, cada nueve días ocurre un choque que deja lesiones graves y fallecimientos por dicha táctica.
Es el resultado de técnicas de conducción ofensivas y arriesgadas a alta velocidad, el uso de tiras con clavos para pinchar los neumáticos de los que huyen, así como perseguir a los coyotes en caminos montañosos, carreteras, vecindarios, estacionamientos de plazas comerciales y hasta en zonas escolares.
Otro adolescente que aceleró su vehículo para escapar de los oficiales migratorios terminó realizando una maniobra peligrosa que causó una volcadura. El accidente se registró en octubre de 2017 en la zona de Mission, en Texas. El chofer es un ciudadano estadounidense y su pasajero fue identificado como un menor mexicano. Ellos llevaban a cinco indocumentados. Fueron hozpitalizadas Seis personas por este percance vial.
“Es extremadamente preocupante ver a las organizaciones criminales transnacionales que se aprovechan de los adolescentes en nuestras comunidades que se convierten en contrabandistas despiadados, utilizando tácticas peligrosas sin tener en cuenta la vida humana”, dijo entonces Manuel Padilla, jefe de la Patrulla Fronteriza en el sector de Mission.
Al referirse a este caso, la dependencia advirtió: “No deberíamos tolerar este tipo de comportamiento de delincuentes juveniles e instamos a los inmigrantes a que no pongan en peligro sus vidas al ingresar ilegalmente a Estados Unidos”.
Ocho jóvenes detenidos en cuatro meses
Varios arrestos de jóvenes ocurren en caminos y autopistas cercanas a la frontera, porque recogieron a los indocumentados en casas de seguridad o cuando recién cruzaron hacia EEUU.
A finales de noviembre, cerca de Nogales, Arizona, las autoridades arrestaron a una estadounidense de 19 años por transportar a tres mexicanos sin papeles (de 21, 30 y 31 años). Los llevaba ocultos en un auto Mercedes Benz color blanco. La detuvieron después de una corta persecución.
Los agentes federales la siguieron cuando observaron que tres hombres salieron de la maleza, a un costado de la carretera 19, y entraron a la cajuela de su Mercedes Benz.
Al revisar sus antecedentes penales, los oficiales descubrieron que la conductora, residente de Phoenix, había cumplido siete meses antes una condena de 60 días por tráfico de personas. En el interior de su auto ella llevaba una estatua de la Santa Muerte, una imagen venerada por los delincuentes.
Solo de junio a octubre de 2018, por lo menos ocho jóvenes de entre 16 y 19 años terminaron enfrentaron cargos de tráfico de personas en cuatro incidentes separados ocurridos en las áreas de Tucson y Nogales, Arizona, de acuerdo con reportes de las autoridades.
Uno de esos casos involucró una camioneta pick up robada. El conductor, un estadounidense de 17 años, también intentó escapar, pero lo detuvieron poco después. Llevaba siete mexicanos sin papeles.
Otros dos muchachos de 17 y 18 años terminaron bajo custodia por llevar a dos indocumentados en la cajuela. Los llevaban por la carretera 19 y fueron descubiertos en un retén federal.
En otro incidente, dos hermanas de 16 y 18 años fueron detenidas en la ruta estatal 286 cerca de Sasabe, una zona utilizada por los coyotes. Un agente las vio detener su Chevrolet Cruze de color azul a un costado de la carretera y salir de éste. Al acercarse, el oficial vio a dos hombres ocultos bajo una manta en el asiento trasero del coche y al abrir la cajuela encontró a otros dos.
La conductora de 18 años fue acusada de contrabando de personas y su hermana menor fue puesta en libertad bajo el cuidado de un tutor legal.